viernes, 28 de noviembre de 2008

Pintura de Caballote: "El Cielo" y "El Infierno".




Ya estamos aquí de nuevo. Lo siguiente que quiero presentaros es un díptico hecho en un par de charolas para pastel, que casualmente cayeron en mis manos. Como los pasteles ya los venden con todo y charola, me dije "¿para qué desperdiciar dos soportes tan excelentes en algo que, de todas maneras va a hacerse popó?" Y el tema... Me encanta éste tema. La mujer, la bruja, la zorra, que nos envenena el alma, que no sabe dar nada más que "la sombra que en la tarde da una pared, y el vino que me ayuda a olvidar mi sed. ¿Qué más puede ofrecer una mujer?" como diría mi gurú personal, el Serrat. Y ahí vá uno de terco y de necio, tratando de estar con ellas. Nos gusta jugar con fuego, ésa es la verdad. Las buscamos, a sabiendas de que vamos a salir quemados como las insignificantes polillas que somos los hombres ante la flama viva que es un cuerpo de mujer, ante el crisol que es su intelecto, y la espada de fuego que nos impide el paso al edén que es su alma. Los pechos, donde está el corazón, según dicen los entendidos, tiene que ser algo celestial, y así se llama la primera parte del díptico: "El Cielo", en contraposición directa con el gustoso infierno en que quisiéramos arder, sumergirnos gozosos y perecer calcinados... Éso es "El Infierno". Espero que les gusten.

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