Mis
estimados contlapaches, quiero darles un saludo afectuoso y compartir con
ustedes cuatro esculturas (¿es cultura?
Quizá. ¿Ex cultura? Probablemente. ¡Es cool tura! ¡Echacatamente!) con un
tema que a mí, siempre me ha apasionado. Crean o no en nuestros Hermanos
Mayores, hayan sentido o no su presencia en alguna ocasión, el tema es
fascinante, y por lo mismo, sujeto a controversia. Es como se dice en la Matrix,
los ángeles son seres trabajadores que, si hacen bien su trabajo, uno ni
siquiera se percata de su presencia. Aparte están Los Caídos, los que siguieron
a Luzbel en su caída, y de ellos se escucha todo el tiempo. Tengan la certeza de
que la abuelita que murió hace chorrocientos años y que se aparece junto a su
ropero ciertas noches, la idea de la reencarnación y de las vidas pasadas, el
perro que habla y que se te aparece justo sobre aquel pirul mirándote con sus
ojos rojos como carbones encendidos, no son otra cosa que el actuar de ellos,
Los Caídos, buscando engañarnos.
Todo
está en la Biblia. Invito a quienes tengan dudas, que la lean. Habla de
apariciones angelicales muy bonitas, como en 1ra de Jueces, cuando se aparece
el Ángel de Dios a los padres de Sansón, y hay otras terribles, como el
llamamiento a Ezequiel, cuando de pronto, se ve frente a los querubines que
custodian la Santidad del Señor. Yo, creo firmemente en su existencia.
Hice un
video, que espero que disfruten:
Y bueno, para no hacerla cansada,
déjenme comentarles que esta idea de estos cuatro ángeles, surgió en clase,
justo después del día de Muertos del año de 2015, cuando todavía daba clases en
el DIF
Algunos
salieron muy buenos, y otros, una verdadera lástima que hubiesen abandonado y
que no llevasen a buen término su proyecto. Sin embargo, la idea fue más allá
de hacer un mero angelito. Como en toda obra de arte, el artista dice qué es lo
que trae adentro, y esto convierte a éstos angelitos, estos ensayos, en una
obra viva. Si no me creen, fíjense en la forma de estos tres pasados mensajeros
(ángel significa mensajero), la influencia que la fantasía, los videojuegos y
el ánime tienen sobre ellos. Son obra de gente muy joven, tres jóvenes artistas
que andan en el rango de los 13/15 años. El primero, el del yelmo de dragón y
su lanza, es de Dante; el que sigue, es de Eduardo, y el último, inacabado
(quizá yo lo termine un día de éstos), es de Mónica. Los tres están construidos
con plastilina autofraguante con plumas naturales, y andan por el rango de los
20/25 cms. de largo.
Y de
aquí quiero saltar a mi propio quehacer. Junto a mis alumnos y alumnas, quise
hacer yo también cuatro ángeles que dijeran las cosas que me preocupan, las
cosas que en un momento dado me alegran y que me hacen estar vivo. Siguiendo
este orden de ideas, quiero dividir en dos a estos ángeles, y ponerles primero
los que surgieron a partir de una novela que tardé once años en escribir,
aunque la idea me rondaba ya desde que iba a la secundaria. “HADAS”, y que
espero compartirla con ustedes pronto.
El
primero es el protagonista de esta novela, y aunque en un principio no es un
ángel, su mismo trasiego hará que se gane su sitio en el coro. Le quiero
presentar un acercamiento a Cassandra, con todo y su arma angelical, su Shudarsshana
Cakra, la espada que es al mismo tiempo escudo, un disco de luz:
El
siguiente va por este orden de ideas, y es, siguiendo la idea coloquial de que
los ángeles son asexuados –aunque en el
libro del Génesis los ángeles, viendo a las mujeres hermosas, bajan del cielo y
procrean hijos con ellas, y estos son los famosos gigantes-, este siguiente
ángel tiene un rol importantísimo en “HADAS”; nada más ni nada menos, es éste
ángel la madre biológica de Cassandra. Les presento a Aurel, cuyo nombre humano
es Aurelia:
Este
angelito tuvo su origen en uno que estaba haciendo una dentista. Aquí es hasta
donde ella hizo:
Y la verdad, siempre que lo vi, se me hizo que este
ángel estaba embarazado. Como fue abandonado, lo retomé a partir de aquí, y ya
conocen el resultado. Los dos siguientes responden a una idea, más bien,
angustia que tuve en 2013, cuando tuve un conato de infarto, y me puse a
sopesar seriamente, por enésima vez, la brevedad de la vida, su paso a través
de nosotros, y el natural miedo a morir. Por lo mismo, son ángeles que a mucha
gente les parecen horrorosos, acostumbrados a la idea católica de que un ángel
debe ser hermoso, y aquí podemos discurrir acerca de qué es hermoso, pero en
fin, eso sería una discusión bizantina. Sólo diré que para mí, la belleza no es
otra cosa sino una idea elaborada de la nostalgia, el anhelo de regresar al
Reino de Dios, de volver a convivir con Él. Y más en estos horribles tiempos en
los cuales nos desenvolvemos. Tenemos miedo a todas horas, ya sea de los
asaltantes, ya sea de la inflación, de horribles enfermedades que de pronto,
aparecieron por todos lados; salimos al mundo con los puños cerrados, los ceños
fruncidos, esperando responder a una agresión que sentimos en el aire. Mucha
gente no tiene paz ni siquiera en su hogar, donde tienen la desgracia de vivir
con el enemigo. Ésa es la idea de estos ángeles, el primero, Ángela, con su
grito inscrito en medio de su pecho: “¡MUERTE, ALÉJATE DE MÍ!”
El
siguiente es más “agradable”, por lo menos a la vista. La idea de Angelina, es
un poco la del poeta Miguel Hernández cuando dice “porque donde unas
cuencas/vacías amanezcan,/ Ella pondrá dos piedras/de futura mirada, /y hará
que nuevos brazos/ y nuevas piernas crezcan/en la carne talada”… “Ella”, es la
Vida, ése Ente que se complace en Crear desde cero, y que yo conozco como Dios,
y que consuela, y que hace que las lágrimas se conviertan en risa. Ángela es el
deseo de abrazarle, y no permitir que se vaya de uno, por ello lleva inscrito
en su costado, como un moretón, una herida, “VIDA, NO TE VAYAS DE MI”.
Ambivalencia
humana, el que a veces queramos, como dice Patxi Andión, el querer morir por
sentirse viejos a los veinte años, y la rebeldía de no querer morir, cuando se
tiene sesenta. La vida es fugaz, un delirio, un embriagamiento, quizá
intoxicación, pero es lo único que hay. Jaime Sabines declara en uno de sus
poemas que “es inútil vivir, pero es más inútil morir”. Como sea, quiero seguir
vivo, quiero seguir creando, quiero seguir dibujando y pintando y escribiendo
todo lo que se pueda, para que, cuando llegue el momento del salto, lo pueda
hacer sin remordimientos, quiero irme satisfecho de que el don que Dios me ha
dado, lo he empleado lo mejor que he podido.
Un par de fotos más, ya nomás para
terminar. Soy yo, el Gato Jazz, haciendo a Angelina, cuando daba clases en la
Fundación Emprender y Sorprender A.C.:
Y aquí estoy en mi
taller-cochera-casa, poniéndole la pátina:
¡Já ja ja! Estas fotos me las tomó mi hermano H.P., y
en la segunda, estoy junto a un autoretrato justo cuando acababa de cortarme el
cabello. ¿No lo han reconocido? ¡Es la foto que tengo de perfil!
Y bueno,
es todo por hoy, camaradas y camarodos; espero que les hayan gustado estas
angelitas y el video, ya que me costó bastante hacerlo. La compu desde la cual
les escribo es muy vieja ya, y se traba, o no carga las imágenes. Le cuesta
trabajo hacer cosas que pesen un giga, aunque después pesen menos. (Se aceptan donaciones de equipo, se cambian
cuadros por equipo funcional XD) Me despido desde el otro lado del Muro de
las Trompetillas, el país del “ya merito”, esperando traerles más cosas la
próxima vez que los vea. ¡Sayonara! ¿Consigna política? Únicamente Resistir. No queda de otra, ni Peña ni
Trump serán eternos. ¡Hasta la entrega que viene!