Mis estimados contlapaches que
siguen este su cojín cuando vieron lo que una verborrea como la mía ha podido
hacer y se han sentido hechizados… ¡Já ja ja! ¿Cómo han estado? ¡Espero que
muy bien!
Con la novedad en el frente de que
las heridas ya están cerrando, y ya me siento otra vez joven y fuerte!
¡Seriamente! ¡La vida es muy corta para pasársela triste! ¡Uno viene a este
mundo a reír! No a trabajar, no a consumir, no a tener cosas ni nada de eso…
¡Uno viene a dar y a reír! ¡Y ya! Y para ser congruente con mi afirmación
anterior, permítanme, en el espíritu de la festividad de San Valentín que se
acerca a pasos agigantados, ofrecerles humildemente la última rima que he hecho
y que es la primera del año:
Al Rey Mago del Norte.
I.
¿Es un lamento esto que se
oye?
¿Qué extraña voz parte estas
soledades?
Prolongado “Ay” agudo que se
rompe,
Se desvanece justo a la
mitad y cae al Hades.
Sonido que forma una silueta
Recortándose contra el
silencio
Que es esta tierra baldía y
yerma.
Se alza un dolor, un
desafiante espectro.
Vagabundo y errante, mágico
Rey,
Un sendero dibujas con tus
pisadas:
Estela de la vida de este
trágico ser.
Se pinta el suelo de rojo y
lágrimas.
¡Sea, pues, la sangre tu
corcel!
Extravagante y demente Rey
Mago
Que pintas al amor con
oropel,
Cruzas desde el Norte el
solitario llano…
No criaste a tus propios
hijos,
Por eso amas a los cachorros
de extraños.
Solitario ente, huérfano de
amigos,
De su amistad nadie te
ofreció un trago.
La sed de amor te mata,
El hambre de compañía te
hace daño.
Arrastras tu lúgubre silueta
antes del alba…
Errante Rey, ¿a quién darás
tus necios regalos?
II.
Atisba y asoma su quebrado
amor por la ventana
Mientras la magia se despide,
dice adiós…
Son casi las cinco, a punto
del alba,
Y el extraño Rey Mago,
obliga a latir su corazón
Para darle a estos dos
pequeños
Su último obsequio de
frustrado padre;
Unas cuantas cosas saca de
su seno:
Su corazón en pedazos, todo
lo entrañable
Y lo reparte completo a
partes iguales.
Lo coloca junto a los
pequeños zapatos
Que calzan sus amados
ángeles
De tan sólo tres tiernos
años.
¡Y la magia se va!
Ahora huye y llora…
Espero que tu último acto de
bondad,
Rey Mago, haya sido una
bella obra.
Pero esta última bondad
Te congela en embeleso…
Completo el corazón das,
Tu último regalo es
agradecimiento
A la alegría que estos niños
te dieron,
Estos jilgueros que amas
casi con rabia.
¡Cómo te duele, Rey Mago,
que sean ajenos!
Cómo duele este amor sin
fruto, sin semilla ni savia.
III.
El partido corazón obrará su
magia.
Cada pedazo junto al zapato
Late, se volverá imaginería.
La felicidad ronronea cual
contento gato.
¿Podrá ser fantasía este
bello cuadro?
¿Podrá realizarse este
embeleso?
¿No estará tu corazón
partido, abandonado?
¿Arrojado a la basura cual
trasto viejo?
Aún así, neciamente crees,
te aferras a lo bello
Juntas toda tu fuerza,
imaginante supremo,
Cual antigua araña te
encaramas;
Tenso, sujetas tu dolor a la
ventana
Deseando que la risa de los
jilgueros
Poderosa estalle en
carcajadas
Apenas abran los ojos, dejen
el sueño,
En cuanto el sol se asome
por la mañana,
Y la estufita y las
guitarras,
El cinto de herramientas, la
muñeca y el balón
Hagan que de felicidad se
agiten las alas
Y jueguen felices los
jilgueros con tu amor…
¡Qué se haga realidad este
cuadro!
Oras en silencio a Dios,
Oras tenso, aferrando juntas
las manos
Para que no se escape vano
este amor…
IV.
Adiós a sus manecitas
jugueteando por aquí.
Sus manos, multicolores
mariposas, Jonathan, Leilani.
Adiós a los piececitos que
iban a tu casa
Como rebaños de corderitos
de blanca lana…
Frustrado y triste Rey de
piedra,
Tu alegría es hoy eclipse;
atado,
Vencido, permites que el
tiempo cual hiedra
Te estorbe hasta la
inmovilidad, Rey Mago.
Se te han ido los Ángeles,
Se han escapado de tu lado.
El cariño no ha podido
contenerles
Y se alejan de ti, miserable
Rey Mago.
Semilla muerta lo que hay
entre tus piernas,
Saco del amor tu hoy vacío
pecho.
No hay más que dar. Todo se
dio, fruncidas cejas.
No hay siquiera fuerza en
sus manos para sostenerlo…
Cae el vencido y frustrado
Rey Mago
Alejándose del alba que
despunta ya.
La luna se despeña dentro
del lago
Que son sus ojos a punto de
reventar.
Llora en tormenta por dentro.
Llora en huracán por fuera.
Lágrimas es su resguardo, su
techo.
Lágrimas es lo que corre por
sus venas.
Invocas, Rey Mago, a la
Muerte para que venga,
Con su guadaña aplaque para
siempre tu dolor.
Pero quienes aparecen son
los pájaros en la verja,
Llamando con sus trinos al
deslumbrante Sol.
V.
Todo lo diste, no hay más
que luto.
El viento de la mañana
corre, te envuelve
Y se filtra silbando adentro
tuyo.
El frío te obliga a
levantarte, te muerde.
Te vas sin obtener nada.
Ni una última sonrisa de los
peques,
Una última risa para tu
alma,
Una última alegría para los
Reyes.
Vuelve, Rey Mago, de donde
vienes.
Vuelve al obscuro y muerto
Norte,
Que nadie entiende lo que
sientes,
Que nadie entiende tu
sufrimiento de hombre.
¿Qué les pareció? Esta rima me costó
mucho trabajo. Comencé a hacerla el cinco de Enero, la víspera de los Reyes
Magos, para dos niñitos que amo mucho y que desgraciadamente parece que ya no
podré volver a ver. Así que tenía que darles algo, algo que valiese la pena
como un último agradecimiento a la gran alegría que me dieron, y lo terminé el
28 de Enero después de varios borradores. También tengo en mente hacer un
cuadro, del que ya comencé a hacer los bosquejos. Mi hermano me consiguió una
tabla grande, como de setenta por setenta centímetros, la cual voy a entelarla
y ahí voy a hacer un cuadro que no sé si me salga bonito, pero que será por lo
menos, humilde y sincero al reflejar mi amor por estos niñitos, y que espero
ponerles pronto. No sé…
Con este cuadro voy a recomenzar a
pintar después de bastante tiempo que no lo hacía. No se crean, estoy un poco
nervioso. Pintar es a veces un suplicio para mí, ya que me aterra la superficie
limpia de un lienzo, por no saber que es lo que va a quedar al final. Pero de
momento tengo tiempo y lo voy a emplear, claro, aunque sea un día a la semana,
ya que aunque de momento esté desempleado, tengo mucho trabajo con las
animaciones y la parte final de mi novela “Hadas”, además de que tengo parada
de momento la historieta “Xibalbar” y un libro para niños, “Gusanito y el
Vampiro” que tengo proyectado desde el año pasado. Híjole, como que de pronto
tengo mucho trabajo para ser un vago profesional que no gana ni un quinto con
esto…
Y bueno, mis camaradas peludos, como
siguiente regalo de San Valentín, quiero ofrecerles la siguiente parte de las
“Sombras en el Adoquín”:
¿Qué tal va? Como les decía la
entrega anterior, esta mujer, la Sirena, es la suma de todas las mujeres del
Mundo, ya sean reales o ficticias, y es algo obscuro y hecha de fuego griego
porque es acuática, es de un fuego que resiste el agua y no se apaga con
facilidad. Y como es fantástica, se le escurre a José Galicia entre sus garras
de gato, sus tristes y furiosas garras que no comprenden cómo es posible que el
plomo se transforme en oro, la alquimia de los cuerpos mezclándose con el alma,
y que ésa alquimia se dé incluso en la triste habitación de un hotel de paso…
José Galicia, mi abuelito, se ha enamorado, como sólo los hombres pueden enamorarse
cuando lo hacen: de verdad.
Y como en este su cojín los
consiento, permítanme darles un último regalo de San Valentín: la última (sí,
es la última, lo prometo) carta que escribí para el “feisbuq”:
Otra más 7.
“Y ya vamos llegando al final de
este año. ¿Se irá a acabar el mundo? ¿Realmente importa? La neta, no lo sé… Uno
ve por ahí tantas injusticias, uno ve por ahí tanto corazón roto y tanto
corazón duro, que quizá no fuera del todo malo que la ‘Canica’ vuele por todo
el firmamento en cachitos. Hablando seriamente, creo que es el momento de una
revolución, pero para que sea de a deveras tendría que partir desde adentro, y
los finales de año son magníficos para este tipo de propósitos. En serio. Para
que cambien las cosas en este país uno tiene que empezar desde adentro,
comenzar a cincelazos a deshacerse de este viejo y apolillado corazón de madera,
sacarse el avispero de adentro y recuperar lo sensible y una buena forma de
hacerlo es con rolas viejas… (¡Oh no!
¡Aquí viene de nuevo este Gato Jazz! ¡Sálvese quién pueda! ¡Sácame de este
infierno, Joe! ¡Sácame de aquí…!) Sé lo que les digo. ¿Por qué han sido
traicionadas tantas revoluciones que hemos tenido, comenzando por la del gran
Temanaxtle, la primera guerra de independencia que se da en México y
olímpicamente no nos la enseñan en la escuela porque fue una revolución de
indios? ¿Por qué fueron traicionadas la revolución de Independencia, la de
Reforma, la de 1910, etc etc y un inmenso etc? Podrán decirme que por
cuestiones de poder y económicas y toda la amplia gama de razones conocidas y
por conocer, pero lo cierto es que mientras haya un corazón egoísta que quiera
tener más que los demás, mientras haya un corazón que vea como virtud el ser
ambicioso, y mientras haya corazones que sean cobardes y sólo piensen en ellos
mismos, que sigan pensando como en tiempos de Santa Anna que “lo que pase más
allá del zaguán no me importa”, cualquier intento de democratización -que no es
otra cosa más que un invento de los ricos para darnos atole con el dedo y
disfrazar su dictadura perfecta; una verdadera democracia sería más semejante a
un estado comunista y que valga la utopía, ya que el mal llamado ‘comunismo
real’ no tenía de comunista más que el nombre- será en vano. Cambiarán los
gobernantes, pero mientras no cambien los gobernados, seguirá habiendo niños
descalzos y trabajando, seguirán habiendo ancianos pidiendo limosna en las
calles, jóvenes y no tan jóvenes sin futuro, represiones brutales a inconformes
como la que vimos el pasado 1ro de diciembre y una ‘crisis global’ que se
eterniza y que no es más que el resultado del rico poderoso comiéndose a otros
ricos menos poderosos, llevándose entre sus patas de cabro a países indefensos
como Grecia, España y a casi toda América Latina.”
“Esto convierte al problema de
este país y de este mundo en algo espiritual, aunque muchos de ustedes no creen
en el alma, y por eso no pueden ver el verdadero problema. Por eso les he
propuesto escuchar ruqueces, para comenzar a ablandar al corazón, receptáculo
tradicional del alma, valga la redundancia, pero he tenido poco éxito. Parece
que esto del feis, además de ser una especie de droga cibernética, es
únicamente para platicar chismes y poner fotos chuscas, pero nunca para hablar
en serio. Apenas ven más de dos renglones, y nadie quiere leer. Qué lástima, en
serio. Por eso prefiero el asunto de bloggear que el microblog. De hoy en
adelante, todo lo que platicaré será en el cojín, ya saben ustedes la
dirección.”
“Las canciones que escogí para
esta última vez son cuatro que me gustan mucho, y que no eran rucas cuando las
escuché por primera vez, pero ya saben, ‘no es lo mismo los tres mosqueteros
que veinte años después’. La primera es, me parece, de Astor Piazzolla, el gran
bandoneonista (¿esta bien escrito?) argentino que elevó al tango de ser mera
música de barrio a alturas sinfónicas, y si, también escribió canciones. Se
llama ‘Los Pájaros Perdidos’ y la canta maravillosamente Eugenia León, en el
disco ‘Otra Vez’:”
“Amo los pájaros perdidos
Que vienen desde el más allá
A confundirse con un cielo
Que nunca más podré recuperar.”
“Vuelven de nuevo los recuerdos
Las horas jóvenes que di
Y desde el mar llega un fantasma
Hecho de cosas que amé y perdí.”
“Todo fue un sueño,
Un sueño que perdimos
Como perdimos los pájaros y el mar.
Un sueño breve y antiguo como el tiempo
Que los espejos no pueden reflejar.
Después busqué perderte en tantas otras,
Y aquella otra,
Y todas eran vos.
Después logré reconocer
Cuando un adiós es un adiós
La soledad me demoró
Y fuimos dos.”
“Vuelven los pájaros nocturnos
Que vuelan ciegos sobre el mar,
La noche entera es un espejo
Que me devuelve tu soledad.”
“Soy solo un pájaro perdido
Que vuelve desde el mas allá,
A confundirse con un cielo
Que nunca más podré recuperar.”
“Buena canción. Se puede leer
incluso como si fuese un poema, para redondear lo que les decía el otro día
acerca de que la poesía y la canción son bien unidas. La segunda también viene
en el mismo disco, pero la han cantado infinidad de gentes. Me parece que una
de las mejores interpretaciones es la que hace la bella Eugenia León. Se llama ‘Como
yo te amé’ y es una canción harto dolorosa:”
“Como yo te amé
Jamás te lo podrás imaginar,
Pues fue una hermosa forma de sentir,
De vivir, de morir,
Y a tu sombra seguir,
Así yo te amé.”
“Como yo te amé
Ni en sueños lo podrás imaginar,
Pues todo el tiempo te pertenecí,
Ilusión no sentí
Que no fuera por ti,
Así es como te amé.”
“Como yo te amé
Por poco o mucho tiempo
Que me quede por vivir,
Es verbo que jamás podré
Volver a repetir…
Comprendo que fue una exageración
Lo que yo te amé.”
“Como yo te amé
No creo que algún día
Me lo quieras entender,
¡Tendrás que enamorarte
Como lo hice yo de ti!
Para así saber
Cuánto yo te amé.”
“¡Híjole, hasta se hace un nudo
en la garganta cuando uno oye esto! Creo que hay una rola de jazz, creo que de Nina
Simone, si la memoria no me es infiel y salvo mejor conocimiento de ustedes,
que se llama ‘Cry me a river’ y una de sus partes dice más o menos: ‘tendrás
que llorarme un río para que sepas lo que he llorado por ti’. Esa rola también
la ha cantado mucha gente, hasta Michel Bublé lo ha hecho, pero de momento no
me interesa compartir canciones en inglés.”
“Las otras dos, últimas últimas
canciones que les quiero compartir son casi del soundtrack de mi vida, como
reza aquel programa de Horizonte FM, donde entrevistan a famosos y les piden
que platiquen anécdotas de su vida, y qué canción oían entonces. Las escogí
porque reflejan fielmente mi estado actual, y son de un artista desperdiciado
por nosotros. Un gran cantautor al que poco reconocimiento se le ha hecho (como
tantos otros, no es una historia nueva en éste país, donde tienes que entrar al
‘Círculo Cuadrado de Artistas e Intelectuales’ para tener algo de
reconocimiento, y si no, a limpiar mesas y baños para poder comer) y gente del
calibre de Café Tacuba ha cantado canciones suyas. Si no, chequen la rola ‘Pachucos
Cholos y Chundos’ que hasta en Japón la cantaron. Me refiero al talentoso Jaime
López.”
“La primera viene en su disco ‘La
Primera Calle de la Soledad’ y se llama ‘Corazón de Cacto’:”
“Noche tras noche el amor con distinta piel
Envolvió al velador trasnochado de mi corazón.
Noche tras noche al saciar el sueño su sed,
Deja un beso distinto en los labios de mi soledad.”
“El amor como un nubarrón,
Llueve recio y tupido y luego se va.
Y si llega a quedarse
Se ve evaporando, se va…”
“Sorbo tras sorbo
En el fondo del viejo bar,
Absorbiendo el amor
Gota a gota está un corazón.”
“Sorbo tras sorbo
En el bache del eje vial,
Trasplantado te veo
En el desierto de esta ciudad.”
“El amor como un nubarrón,
Llueve recio y tupido y luego se va.
Y si llega a quedarse
Se va evaporando, se va…”
“Ese beso que ya se secó,
Todavía crepita, se crispa y palpita
En un corazón.
Corazón de cacto,
Tacto de asfalto,
Corazón de cacto,
Tacto de asfalto,
Sigue guardando beso tras beso,
Que ya lloverá,
Ya lloverá.”
“Es un rolón este. Jaime se me
figura un poco como Al Jarreau, guardando la debida distancia entre uno y otro
ya que cantan géneros muy diferentes; aun así, Jaime también es un ‘malabarista’
de la voz. Lo mismo canta rancheras que rolas duras como esta, con un estilo
único, ‘malabareando’ la voz como si fuese un jazzero consumado, aunque esté
más emparentado al rollo de Bob Dylan y el rock rupestre. La otra canción viene
en uno de sus mejores discos en mi humilde opinión, ‘Mujer y Ego’, y también es
una rola dura que se llama ‘Hombre muerto que deambula’:”
“Siempre estuvo ahí un lugar para encontrarnos,
Nunca nos faltó ni ganas ni osadía,
Siempre hubo un beso rápido a la mano,
Y jamás imaginamos la apatía”
“Al creer que entre nosotros ciertas cosas
Crecerían solas como vegetales.
La desconexión se dio sin vuelta de hoja,
Sin piedad, sin eutanasia, nada amable.”
“Erase una vez que el alma no importaba,
Siempre por ahí contamos con el cuerpo.
Y aunque frente a ti yo mismo deambulaba,
Era ya de todos modos hombre muerto.”
“Hombre muerto que deambula sentenciado.
Hombre muerto que deambula en el presidio.
Hombre muerto que deambula aquí a tu lado.
Hombre muerto que deambula en el olvido.”
“Tú pregúntale a la calle cuántas veces
No me vio con tu recuerdo andar del brazo.
Con la lluvia de las tres y media y ese
Viejo, duro asfalto gris recién bañado.”
“Y es que viéndolo ya bien y a esta hora
Esto no es la silla eléctrica por cierto,
Ni la cámara de gases ni la horca,
Es de noche y es un bello cielo abierto.”
“Se vale sobar, me cae que si. Y
como diría el gachupín -sin afán de ofensa, es más bien chanza y compañerismo,
que luego los hermanos españoles se ofenden con facilidad cuando a nosotros los
mexicanos nos dicen más feo: ‘prietos’,
‘frijoleros’, ‘haraganes’, ‘ratones’, ‘pulqueros’, ‘rateros’ y a últimas fechas ‘drogadictos’
y ‘asesinos’- Altan en su Novela
Gráfica ‘Cristóbal Colón’, si no se les arruga, tendrán un (KLAUSURADO!) en el
corazón! ¡Ja ja ja! Bueno, esta fue la última vez que hago este experimento, ya
no los atormentaré más con estas cosas. Gracias a todos ustedes. Sayonara.”
Inicio de Diciembre de 2012.
Y como digo al final de esta última
carta, les digo a ustedes lo mismo, camaradas, y les prometo que ya tampoco les
atormentaré con tanto rollo, dejaré que la imagen sea la que hable, y les
quiero dar las gracias por su paciencia y su aguante, ya que era necesario sacar
la pus y los gusanos de la herida que traigo y que parece que ya comenzó a
cerrar, ¡y a reír se ha dicho!
¡SAYONARA!
¡HASTA LA ENTREGA QUE VIENE! ¡HISTORIETA
O MUERTE! ¡VENCEREMOS!