miércoles, 27 de febrero de 2013

Histerieta “Sombras en el Adoquín” Decimo Tercera Entrega + Eructo Literario.



            ¡Mis estimados contlapaches! ¿Qué me cuentan de nuevo? Espero que estén bien, y que se hallen harto cómodos con sendas tazas de café a su lado. Pues yo aquí, ya tranquilo, también con una senda taza de café a mi lado, decido poner aparte las politiquerías; cansado estoy de ellas, cansado me hallo de la hipocresía y cinismo de nuestra clase política y empresarial, quiero volver a empezar.

            Y para empezar, quiero hacer este cojín más “light”, sin tanto rollo, a no ser que sean cuentos y rimas, y dejar que sea la imagen la que hable, y dejando las letras únicamente para explicar un poco lo que pasa en las imágenes, cuando sea necesario.

            Bien, deseo que sopesen esta última rima que acabo de hacer:

25 de Febrero de 2013.


1:28 AM.

Ella mira la línea de mi vida,
Ilumina mi existencia de verde.
Desnudo, y más que ello, sin suerte,
Apenas puedo sujetarme a mi silla.

No es fácil, cientos atestiguan el momento
Mientras comen palomitas, murmuran y tienen risa
Con el correr de mi vida en segmentos
Y no hallo consuelo, me hundo más en la silla.

Esta es una película
Que no deseo observar.
Mis uñas se quedan sin cutículas…
Quisiera ser otro y en otro lugar.

Los ojos verdes lo ven todo hasta el final.
Ella es fantástica, ¡qué hermosa mujer!
Ella es todas y es ninguna, mi bien y mi mal
En todas mis edades, todas por haber

Y nadie en el cine lo nota…
¡Ay! Se acaba la cinta,
Se encienden las luces,
Han sido más de dos horas.

¿Quién es el cruel director
Que me ha plasmado así?
¿A quién se le ocurrió
Hacer un filme sobre mí?

Me hundo más y más en la silla,
Luneta que es inquisición, martirio
Cuando se posa en mí la verde vista,
Me desnuda hasta los huesos, tirito,

Y ante su mudez sólo puedo murmurar
“Gracias, Querida, por intentarlo”.
Ella se levanta, y la posibilidad
De la Novia, la Amante, la Esposa

Aleja sus sabrosas caderas por el pasillo
De este cine de barrio lleno a reventar.
Sin su posibilidad me descubro raquítico,
Infinitamente frágil, caminando a la ancianidad.

            Esta rima se me ocurrió a partir de un sueño que tuve hace apenas unas noches, donde me hallaba en medio de un cine de barrio donde estaba observando toda mi vida. Fue un sueño raro, con sabor a muerte, y a mi lado había una mujer rubia vestida con una gabardina caqui, peinada de chinos, tacón muy alto, como de película de los cuarentas/cincuentas, y me interrogaba con la mirada, y ante una pregunta que nunca pude comprender bien del todo, me di por vencido y sólo pude murmurar lo que digo en la rima: “Gracias por intentarlo”, y entonces ella se iba, y yo comprendí que se iba para siempre.

            Y bien, siguiendo con el orden del día, permítanme presentarles la siguiente secuencia de “Sombras en el Adoquín”:










             “¿Por qué no te lo llevaste de una vez…?” Es lo que uno a veces se pregunta cuando también uno se descubre pequeño, muy pequeño, tan infinitamente pequeño que se pierde la noción del mundo y por lo mismo, uno no entiende porqué siempre duele tanto cuando las cosas se terminan. Cuando el amor se termina, y también uno se descubre, además de pequeño, indefenso y rabioso, incapaz de comprender porqué nos lastimamos si nos quisimos tanto; quizá sea un mero instinto de supervivencia, yo no lo sé, pero a veces la primer reacción que se tiene es de rencor y coraje, y es cierto que sólo se odia lo que alguna vez se ha amado aunque suene a lugar común, a canción populachera de Juan Gabriel.

            Así mi abuelo ficticio, al igual que todos en un momento de dado: persiguió su amor a través de mundos enteros, se enfrentó a la Muerte queriendo ganar a su amada, hizo todo lo que estuvo en su mano para conquistar a la Sirena, para terminar con sólo el terrible rencor y su efecto secundario, aunque afortunadamente breve: la misoginia. Pero esta muerte desafiada es más grande que el dolor y la ceguera de uno, sabia Catrina como te bautizó Diego Rivera y por eso se contenta con decir: “En este mundo ya a acaecido su hora y el desequilibrio ha concluido… { } … pero no por mucho, te lo aseguro”.

            Ya casi terminamos con las “Sombras en el Adoquín”. De hecho, la siguiente entrega es la última de esta novela gráfica, cosa que habrá de celebrarse con (quizá) un chocolate caliente y una dona, si mi corazón roto lo permite. Yo nunca creí que el corazón pudiese romperse físicamente con la separación, pero es verdad. La tristeza mata, por eso no es bueno estar triste. Pero también creo que el cuerpo fue hecho para ser eterno, bendita máquina que El Señor diseñó, y que es Él quien dice hasta cuando ha de detenerse y no uno, aunque uno invoque a la muerte en medio de la desesperación.

            Y bueno, para terminar, quiero saludar a los contlapaches que me siguen en este cojín: al camarada Jose Juan, al camarada Mike Angeliux que es asiduo. Ya en estos días, si Dios quiere, te llevo “El Hobbit” para que lo leas. A la camarada Carmensait, la poderosa Gigante de Transistores que me mandó un saludo, y aunque se lo contesté en la misma entrega, me han dicho que parece que no contesto nada. No es eso, lo que ocurre es que contesto en la misma entrega como comentario, pero ya voy a contestar aquí, en la página principal. Ya te busqué en el “feis”, carnalita, pero me salen como un chorromontonal de Carmen Guzmán y los ojos ya no me sirven como antes, ya no distingo nada más allá de mis narices y pues la verdad, creo que es más fácil si tu me contactas como “Jair Aguilar” o como “Gato Jazz”, no es mala onda me cae que no. ¡Barush! ¡Que onda, cómo estás! ¡Te mando un abrazo y un saludo, carnalito! Y también un saludo y un fuerte abrazo a todos los que se me pasaron. No es mala onda, créanme.

            ¡Hasta la entrega que viene! ¡SAYONARA! ¡HISTORIETA O MUERTE! ¡VENCEREMOS!


martes, 12 de febrero de 2013

Histerieta “Sombras en el Adoquín” Decimo Segunda Entrega + Eructo Literario.




            Mis estimados contlapaches que siguen este su cojín cuando vieron lo que una verborrea como la mía ha podido hacer y se han sentido hechizados… ¡Já ja ja! ¿Cómo han estado? ¡Espero que muy bien!

            Con la novedad en el frente de que las heridas ya están cerrando, y ya me siento otra vez joven y fuerte! ¡Seriamente! ¡La vida es muy corta para pasársela triste! ¡Uno viene a este mundo a reír! No a trabajar, no a consumir, no a tener cosas ni nada de eso… ¡Uno viene a dar y a reír! ¡Y ya! Y para ser congruente con mi afirmación anterior, permítanme, en el espíritu de la festividad de San Valentín que se acerca a pasos agigantados, ofrecerles humildemente la última rima que he hecho y que es la primera del año:

Al Rey Mago del Norte.


I.


¿Es un lamento esto que se oye?
¿Qué extraña voz parte estas soledades?
Prolongado “Ay” agudo que se rompe,
Se desvanece justo a la mitad y cae al Hades.

Sonido que forma una silueta
Recortándose contra el silencio
Que es esta tierra baldía y yerma.
Se alza un dolor, un desafiante espectro.

Vagabundo y errante, mágico Rey,
Un sendero dibujas con tus pisadas:
Estela de la vida de este trágico ser.
Se pinta el suelo de rojo y lágrimas.

¡Sea, pues, la sangre tu corcel!
Extravagante y demente Rey Mago
Que pintas al amor con oropel,
Cruzas desde el Norte el solitario llano…

No criaste a tus propios hijos,
Por eso amas a los cachorros de extraños.
Solitario ente, huérfano de amigos,
De su amistad nadie te ofreció un trago.

La sed de amor te mata,
El hambre de compañía te hace daño.
Arrastras tu lúgubre silueta antes del alba…
Errante Rey, ¿a quién darás tus necios regalos?


II.


Atisba y asoma su quebrado amor por la ventana
Mientras la magia se despide, dice adiós…
Son casi las cinco, a punto del alba,
Y el extraño Rey Mago, obliga a latir su corazón

Para darle a estos dos pequeños
Su último obsequio de frustrado padre;
Unas cuantas cosas saca de su seno:
Su corazón en pedazos, todo lo entrañable

Y lo reparte completo a partes iguales.
Lo coloca junto a los pequeños zapatos
Que calzan sus amados ángeles
De tan sólo tres tiernos años.

¡Y la magia se va!
Ahora huye y llora…
Espero que tu último acto de bondad,
Rey Mago, haya sido una bella obra.

Pero esta última bondad
Te congela en embeleso…
Completo el corazón das,
Tu último regalo es agradecimiento

A la alegría que estos niños te dieron,
Estos jilgueros que amas casi con rabia.
¡Cómo te duele, Rey Mago, que sean ajenos!
Cómo duele este amor sin fruto, sin semilla ni savia.


III.


El partido corazón obrará su magia.
Cada pedazo junto al zapato
Late, se volverá imaginería.
La felicidad ronronea cual contento gato.

¿Podrá ser fantasía este bello cuadro?
¿Podrá realizarse este embeleso?
¿No estará tu corazón partido, abandonado?
¿Arrojado a la basura cual trasto viejo?

Aún así, neciamente crees, te aferras a lo bello
Juntas toda tu fuerza, imaginante supremo,
Cual antigua araña te encaramas;
Tenso, sujetas tu dolor a la ventana

Deseando que la risa de los jilgueros
Poderosa estalle en carcajadas
Apenas abran los ojos, dejen el sueño,
En cuanto el sol se asome por la mañana,

Y la estufita y las guitarras,
El cinto de herramientas, la muñeca y el balón
Hagan que de felicidad se agiten las alas
Y jueguen felices los jilgueros con tu amor…

¡Qué se haga realidad este cuadro!
Oras en silencio a Dios,
Oras tenso, aferrando juntas las manos
Para que no se escape vano este amor…


IV.



Adiós a sus manecitas jugueteando por aquí.
Sus manos, multicolores mariposas, Jonathan, Leilani.
Adiós a los piececitos que iban a tu casa
Como rebaños de corderitos de blanca lana…

Frustrado y triste Rey de piedra,
Tu alegría es hoy eclipse; atado,
Vencido, permites que el tiempo cual hiedra
Te estorbe hasta la inmovilidad, Rey Mago.

Se te han ido los Ángeles,
Se han escapado de tu lado.
El cariño no ha podido contenerles
Y se alejan de ti, miserable Rey Mago.

Semilla muerta lo que hay entre tus piernas,
Saco del amor tu hoy vacío pecho.
No hay más que dar. Todo se dio, fruncidas cejas.
No hay siquiera fuerza en sus manos para sostenerlo…

Cae el vencido y frustrado Rey Mago
Alejándose del alba que despunta ya.
La luna se despeña dentro del lago
Que son sus ojos a punto de reventar.

Llora en tormenta por dentro.
Llora en huracán por fuera.
Lágrimas es su resguardo, su techo.
Lágrimas es lo que corre por sus venas.

Invocas, Rey Mago, a la Muerte para que venga,
Con su guadaña aplaque para siempre tu dolor.
Pero quienes aparecen son los pájaros en la verja,
Llamando con sus trinos al deslumbrante Sol.

V.


Todo lo diste, no hay más que luto.
El viento de la mañana corre, te envuelve
Y se filtra silbando adentro tuyo.
El frío te obliga a levantarte, te muerde.

Te vas sin obtener nada.
Ni una última sonrisa de los peques,
Una última risa para tu alma,
Una última alegría para los Reyes.

Vuelve, Rey Mago, de donde vienes.
Vuelve al obscuro y muerto Norte,
Que nadie entiende lo que sientes,
Que nadie entiende tu sufrimiento de hombre.


            ¿Qué les pareció? Esta rima me costó mucho trabajo. Comencé a hacerla el cinco de Enero, la víspera de los Reyes Magos, para dos niñitos que amo mucho y que desgraciadamente parece que ya no podré volver a ver. Así que tenía que darles algo, algo que valiese la pena como un último agradecimiento a la gran alegría que me dieron, y lo terminé el 28 de Enero después de varios borradores. También tengo en mente hacer un cuadro, del que ya comencé a hacer los bosquejos. Mi hermano me consiguió una tabla grande, como de setenta por setenta centímetros, la cual voy a entelarla y ahí voy a hacer un cuadro que no sé si me salga bonito, pero que será por lo menos, humilde y sincero al reflejar mi amor por estos niñitos, y que espero ponerles pronto. No sé…

            Con este cuadro voy a recomenzar a pintar después de bastante tiempo que no lo hacía. No se crean, estoy un poco nervioso. Pintar es a veces un suplicio para mí, ya que me aterra la superficie limpia de un lienzo, por no saber que es lo que va a quedar al final. Pero de momento tengo tiempo y lo voy a emplear, claro, aunque sea un día a la semana, ya que aunque de momento esté desempleado, tengo mucho trabajo con las animaciones y la parte final de mi novela “Hadas”, además de que tengo parada de momento la historieta “Xibalbar” y un libro para niños, “Gusanito y el Vampiro” que tengo proyectado desde el año pasado. Híjole, como que de pronto tengo mucho trabajo para ser un vago profesional que no gana ni un quinto con esto…

            Y bueno, mis camaradas peludos, como siguiente regalo de San Valentín, quiero ofrecerles la siguiente parte de las “Sombras en el Adoquín”:




















             ¿Qué tal va? Como les decía la entrega anterior, esta mujer, la Sirena, es la suma de todas las mujeres del Mundo, ya sean reales o ficticias, y es algo obscuro y hecha de fuego griego porque es acuática, es de un fuego que resiste el agua y no se apaga con facilidad. Y como es fantástica, se le escurre a José Galicia entre sus garras de gato, sus tristes y furiosas garras que no comprenden cómo es posible que el plomo se transforme en oro, la alquimia de los cuerpos mezclándose con el alma, y que ésa alquimia se dé incluso en la triste habitación de un hotel de paso… José Galicia, mi abuelito, se ha enamorado, como sólo los hombres pueden enamorarse cuando lo hacen: de verdad.

            Y como en este su cojín los consiento, permítanme darles un último regalo de San Valentín: la última (sí, es la última, lo prometo) carta que escribí para el “feisbuq”:

Otra más 7.


“Y ya vamos llegando al final de este año. ¿Se irá a acabar el mundo? ¿Realmente importa? La neta, no lo sé… Uno ve por ahí tantas injusticias, uno ve por ahí tanto corazón roto y tanto corazón duro, que quizá no fuera del todo malo que la ‘Canica’ vuele por todo el firmamento en cachitos. Hablando seriamente, creo que es el momento de una revolución, pero para que sea de a deveras tendría que partir desde adentro, y los finales de año son magníficos para este tipo de propósitos. En serio. Para que cambien las cosas en este país uno tiene que empezar desde adentro, comenzar a cincelazos a deshacerse de este viejo y apolillado corazón de madera, sacarse el avispero de adentro y recuperar lo sensible y una buena forma de hacerlo es con rolas viejas… (¡Oh no! ¡Aquí viene de nuevo este Gato Jazz! ¡Sálvese quién pueda! ¡Sácame de este infierno, Joe! ¡Sácame de aquí…!) Sé lo que les digo. ¿Por qué han sido traicionadas tantas revoluciones que hemos tenido, comenzando por la del gran Temanaxtle, la primera guerra de independencia que se da en México y olímpicamente no nos la enseñan en la escuela porque fue una revolución de indios? ¿Por qué fueron traicionadas la revolución de Independencia, la de Reforma, la de 1910, etc etc y un inmenso etc? Podrán decirme que por cuestiones de poder y económicas y toda la amplia gama de razones conocidas y por conocer, pero lo cierto es que mientras haya un corazón egoísta que quiera tener más que los demás, mientras haya un corazón que vea como virtud el ser ambicioso, y mientras haya corazones que sean cobardes y sólo piensen en ellos mismos, que sigan pensando como en tiempos de Santa Anna que “lo que pase más allá del zaguán no me importa”, cualquier intento de democratización -que no es otra cosa más que un invento de los ricos para darnos atole con el dedo y disfrazar su dictadura perfecta; una verdadera democracia sería más semejante a un estado comunista y que valga la utopía, ya que el mal llamado ‘comunismo real’ no tenía de comunista más que el nombre- será en vano. Cambiarán los gobernantes, pero mientras no cambien los gobernados, seguirá habiendo niños descalzos y trabajando, seguirán habiendo ancianos pidiendo limosna en las calles, jóvenes y no tan jóvenes sin futuro, represiones brutales a inconformes como la que vimos el pasado 1ro de diciembre y una ‘crisis global’ que se eterniza y que no es más que el resultado del rico poderoso comiéndose a otros ricos menos poderosos, llevándose entre sus patas de cabro a países indefensos como Grecia, España y a casi toda América Latina.”

“Esto convierte al problema de este país y de este mundo en algo espiritual, aunque muchos de ustedes no creen en el alma, y por eso no pueden ver el verdadero problema. Por eso les he propuesto escuchar ruqueces, para comenzar a ablandar al corazón, receptáculo tradicional del alma, valga la redundancia, pero he tenido poco éxito. Parece que esto del feis, además de ser una especie de droga cibernética, es únicamente para platicar chismes y poner fotos chuscas, pero nunca para hablar en serio. Apenas ven más de dos renglones, y nadie quiere leer. Qué lástima, en serio. Por eso prefiero el asunto de bloggear que el microblog. De hoy en adelante, todo lo que platicaré será en el cojín, ya saben ustedes la dirección.”

“Las canciones que escogí para esta última vez son cuatro que me gustan mucho, y que no eran rucas cuando las escuché por primera vez, pero ya saben, ‘no es lo mismo los tres mosqueteros que veinte años después’. La primera es, me parece, de Astor Piazzolla, el gran bandoneonista (¿esta bien escrito?) argentino que elevó al tango de ser mera música de barrio a alturas sinfónicas, y si, también escribió canciones. Se llama ‘Los Pájaros Perdidos’ y la canta maravillosamente Eugenia León, en el disco ‘Otra Vez’:”


“Amo los pájaros perdidos
Que vienen desde el más allá
A confundirse con un cielo
Que nunca más podré recuperar.”

“Vuelven de nuevo los recuerdos
Las horas jóvenes que di
Y desde el mar llega un fantasma
Hecho de cosas que amé y perdí.”

“Todo fue un sueño,
Un sueño que perdimos
Como perdimos los pájaros y el mar.
Un sueño breve y antiguo como el tiempo
Que los espejos no pueden reflejar.
Después busqué perderte en tantas otras,
Y aquella otra,
Y todas eran vos.
Después logré reconocer
Cuando un adiós es un adiós
La soledad me demoró
Y fuimos dos.”

“Vuelven los pájaros nocturnos
Que vuelan ciegos sobre el mar,
La noche entera es un espejo
Que me devuelve tu soledad.”

“Soy solo un pájaro perdido
Que vuelve desde el mas allá,
A confundirse con un cielo
Que nunca más podré recuperar.”


“Buena canción. Se puede leer incluso como si fuese un poema, para redondear lo que les decía el otro día acerca de que la poesía y la canción son bien unidas. La segunda también viene en el mismo disco, pero la han cantado infinidad de gentes. Me parece que una de las mejores interpretaciones es la que hace la bella Eugenia León. Se llama ‘Como yo te amé’ y es una canción harto dolorosa:”


“Como yo te amé
Jamás te lo podrás imaginar,
Pues fue una hermosa forma de sentir,
De vivir, de morir,
Y a tu sombra seguir,
Así yo te amé.”

“Como yo te amé
Ni en sueños lo podrás imaginar,
Pues todo el tiempo te pertenecí,
Ilusión no sentí
Que no fuera por ti,
Así es como te amé.”

“Como yo te amé
Por poco o mucho tiempo
Que me quede por vivir,
Es verbo que jamás podré
Volver a repetir…
Comprendo que fue una exageración
Lo que yo te amé.”

“Como yo te amé
No creo que algún día
Me lo quieras entender,
¡Tendrás que enamorarte
Como lo hice yo de ti!
Para así saber
Cuánto yo te amé.”

“¡Híjole, hasta se hace un nudo en la garganta cuando uno oye esto! Creo que hay una rola de jazz, creo que de Nina Simone, si la memoria no me es infiel y salvo mejor conocimiento de ustedes, que se llama ‘Cry me a river’ y una de sus partes dice más o menos: ‘tendrás que llorarme un río para que sepas lo que he llorado por ti’. Esa rola también la ha cantado mucha gente, hasta Michel Bublé lo ha hecho, pero de momento no me interesa compartir canciones en inglés.”

            “Las otras dos, últimas últimas canciones que les quiero compartir son casi del soundtrack de mi vida, como reza aquel programa de Horizonte FM, donde entrevistan a famosos y les piden que platiquen anécdotas de su vida, y qué canción oían entonces. Las escogí porque reflejan fielmente mi estado actual, y son de un artista desperdiciado por nosotros. Un gran cantautor al que poco reconocimiento se le ha hecho (como tantos otros, no es una historia nueva en éste país, donde tienes que entrar al ‘Círculo Cuadrado de Artistas e Intelectuales’ para tener algo de reconocimiento, y si no, a limpiar mesas y baños para poder comer) y gente del calibre de Café Tacuba ha cantado canciones suyas. Si no, chequen la rola ‘Pachucos Cholos y Chundos’ que hasta en Japón la cantaron. Me refiero al talentoso Jaime López.”

“La primera viene en su disco ‘La Primera Calle de la Soledad’ y se llama ‘Corazón de Cacto’:”


“Noche tras noche el amor con distinta piel
Envolvió al velador trasnochado de mi corazón.
Noche tras noche al saciar el sueño su sed,
Deja un beso distinto en los labios de mi soledad.”

“El amor como un nubarrón,
Llueve recio y tupido y luego se va.
Y si llega a quedarse
Se ve evaporando, se va…”

“Sorbo tras sorbo
En el fondo del viejo bar,
Absorbiendo el amor
Gota a gota está un corazón.”

“Sorbo tras sorbo
En el bache del eje vial,
Trasplantado te veo
En el desierto de esta ciudad.”

“El amor como un nubarrón,
Llueve recio y tupido y luego se va.
Y si llega a quedarse
Se va evaporando, se va…”

“Ese beso que ya se secó,
Todavía crepita, se crispa y palpita
En un corazón.
Corazón de cacto,
Tacto de asfalto,
Corazón de cacto,
Tacto de asfalto,
Sigue guardando beso tras beso,
Que ya lloverá,
Ya lloverá.”


“Es un rolón este. Jaime se me figura un poco como Al Jarreau, guardando la debida distancia entre uno y otro ya que cantan géneros muy diferentes; aun así, Jaime también es un ‘malabarista’ de la voz. Lo mismo canta rancheras que rolas duras como esta, con un estilo único, ‘malabareando’ la voz como si fuese un jazzero consumado, aunque esté más emparentado al rollo de Bob Dylan y el rock rupestre. La otra canción viene en uno de sus mejores discos en mi humilde opinión, ‘Mujer y Ego’, y también es una rola dura que se llama ‘Hombre muerto que deambula’:”


“Siempre estuvo ahí un lugar para encontrarnos,
Nunca nos faltó ni ganas ni osadía,
Siempre hubo un beso rápido a la mano,
Y jamás imaginamos la apatía”

“Al creer que entre nosotros ciertas cosas
Crecerían solas como vegetales.
La desconexión se dio sin vuelta de hoja,
Sin piedad, sin eutanasia, nada amable.”

“Erase una vez que el alma no importaba,
Siempre por ahí contamos con el cuerpo.
Y aunque frente a ti yo mismo deambulaba,
Era ya de todos modos hombre muerto.”

“Hombre muerto que deambula sentenciado.
Hombre muerto que deambula en el presidio.
Hombre muerto que deambula aquí a tu lado.
Hombre muerto que deambula en el olvido.”

“Tú pregúntale a la calle cuántas veces
No me vio con tu recuerdo andar del brazo.
Con la lluvia de las tres y media y ese
Viejo, duro asfalto gris recién bañado.”

“Y es que viéndolo ya bien y a esta hora
Esto no es la silla eléctrica por cierto,
Ni la cámara de gases ni la horca,
Es de noche y es un bello cielo abierto.”


“Se vale sobar, me cae que si. Y como diría el gachupín -sin afán de ofensa, es más bien chanza y compañerismo, que luego los hermanos españoles se ofenden con facilidad cuando a nosotros los mexicanos nos dicen más feo: ‘prietos’, ‘frijoleros’, ‘haraganes’, ‘ratones’, ‘pulqueros’, ‘rateros’ y a últimas fechas ‘drogadictos’ y ‘asesinos’- Altan en su Novela Gráfica ‘Cristóbal Colón’, si no se les arruga, tendrán un (KLAUSURADO!) en el corazón! ¡Ja ja ja! Bueno, esta fue la última vez que hago este experimento, ya no los atormentaré más con estas cosas. Gracias a todos ustedes. Sayonara.”

Inicio de Diciembre de 2012.


            Y como digo al final de esta última carta, les digo a ustedes lo mismo, camaradas, y les prometo que ya tampoco les atormentaré con tanto rollo, dejaré que la imagen sea la que hable, y les quiero dar las gracias por su paciencia y su aguante, ya que era necesario sacar la pus y los gusanos de la herida que traigo y que parece que ya comenzó a cerrar, ¡y a reír se ha dicho!

            ¡SAYONARA! ¡HASTA LA ENTREGA QUE VIENE! ¡HISTORIETA O MUERTE! ¡VENCEREMOS!