lunes, 6 de agosto de 2018

Pintura de Caballote: “El Rapto de los Payasos” + Un cuentito.



                Mis estimados camaradas y camarodos. Espero que estén muy bien.

                Quiero agradecer desde este cojín, las apreciables muestras de afecto que familiares y amigos me han dado con motivo de la partida de mi hermano mayor. Como sea, somos cristianos, este gato cree en Jesucristo como su Rey, y por lo mismo, sabemos que la muerte no es otra cosa que un viaje muy largo, y que al final, nos volveremos a encontrar. Muchas gracias por sus atenciones.

                Sin embargo, la Vida sigue, y lo mismo pasa con este Gato Jazz. ¡Venga la Imaginación! ¡Larga Vida a la Fantasía! ¡Historieta o Muerte! ¡Venceremos! Quiero ofrecerles un cuadro que me tardé… déjenme contar… de 2006 a la fecha… ¡13 años! ¡Madre mía! En hacer, y un pequeño cuento conmemorativo para celebrar dicho acontecimiento, que ahí les va (tanto el cuadro como el cuento):



El Rapto de los Payasos.


                Amargo el café; afilo con la boca el pincel y decido terminar de una buena vez con este cuadro. Amargo y placentero tema el de mi cuadro, pinche temple, pura pintura bien machita, hecha a base de puros huevos, como el ménage a troi que es mi tema. Quizá por ello escogí esta técnica sobre el óleo. Recuerdo aquella tarde, hace veinte años cuando al igual que hoy, todo comienza con una llamada y un café: sorbo la noticia de que por fin ha accedido a venir y esta me llena como el aroma, el regusto amargo y sabroso que llena mis papilas y mis nodos nasales.

-...Cuento contigo. Pero antes debemos hablar.

                No sé de qué tiene ella temor. Le he dicho hasta el cansancio que los mirones son de palo. Sí, con todo el doble sentido que esta frase pueda albergar. Amarga bebida, yo no sé a ciencia cierta cómo es posible que me agrade tanto; será que el café se parece a nuestra vida, y uno debe buscar lo bueno en lo malo, y lo malo en lo bueno...

-...ya te he dicho que no te preocupes, Cabriola. Esto será nuestro secreto. Te recojo mañana en el ADO. Sí, no te preocupes. Nadie se enterará que has venido...

                Le dije a través del teléfono, entre excitado y exasperado, con plena conciencia del chantaje que le estaba haciendo. Y eso fue ayer. Medio desesperada, tomando como siempre decisiones de pronto, Cabriola siempre ha sido como las equilibristas de los circos: cambia de caballo a galope total. Pienso en ello con un poco con amargura, pero saboreándome de antemano cuando la veo llegar. Abrazos. Besos. Parabienes. Y el secreto, el chantaje que le hago a mi prima política amarrándonos a ambos... No, a los tres. Yo, el colado, el impostor, el voyeur, porque ella no viene a verme a mí, sino a él. Vino a obtener placer carnal con mi amigo, y aunque siempre he estado dispuesto a proporcionárselo, ella nunca lo ha querido de mi.

                Eso duele. En serio.

                Por eso tuve que obligarla a que me dejase ver. Aunque eso fuese un mero pretexto entre los dos. O, mejor dicho, entre los tres. No es que le sea del todo indiferente, o repulsivo, no. Es el qué dirán. Soy su pretexto, ya que, ante todo el mundo, conmigo, el primo "gay" -todos creen que lo soy; después de veinte años sin pareja, para la sociedad se es gay- y no hay pedo. Para qué andarse peleando con todo el mundo.

                Al estrecharla, su caliente sangre me contagia, todas sus feromonas estallan en mi nariz y en este momento deseo arrancarle la ropa y como un animal, copularla con ferocidad en medio de la estación de autobuses, valiéndome madre todos los demás. Pero muy a mi pesar, la civilidad se impone. Maldigo en mis adentros los cinco mil años de civilización, porque desde que me acuerdo, siempre he querido hundirme entero en la caliente cadera de mi caliente prima. Pinches apellidos, pinche parentesco; ella me lleva al área de comida, mientras la imagino desnuda, cachonda, voluptuosa como un lechón servida en un platón en la mesa, dispuesta y deseosa de ser devorada por todas mis reprimidas ansias...

-...no quiero que te hagas una idea equivocada de mí...

- Ya te he dicho que no te preocupes. Siempre vas a ser lo que has sido siempre: mi querida prima. Pero, eso no quita lo que ya te he dicho...

La mirada de ella es como el café: profunda, obscura e hirviente. Espera mis palabras como la bebida espera a la crema que la espese y la haga más receptiva al placer de beberla. Yo lo sé, y ella lo sabe. Con ése espíritu le repito mi chantaje:

- ...sabes el precio de mi discreción: soy tu mirón de palo. Con todo lo que entiendas y no entiendas de ello, Cabriola. Soy tu juguete, quiero que me uses como quieras.

Y sonríe. Ella es una artista circense capaz de hacer maravillas con un simple bastón de madera sobre una cuerda medio tensada como mis ansias a cinco metros del suelo. Me enerva, me empieza a usar; ella sabe que le muerdo con la mirada el cuello, vampírico, y se abre coqueta el escote, sólo un poco, dejándome degustar el nacimiento de sus enormes pechos. Lo está disfrutando, lo sé muy bien. Pago, y emprendemos el viaje a donde nos espera el tercero, la otra variable, el pretexto, por decirlo de alguna manera, de este affaire.

                ¿Y quién es él? ¿De quién es este rostro amable, también deseoso? El entonces no tan viejo Ritssi nos conoce bien. Es el mago que permite que ella sea la piedra filosofal, el plomo rojo de esta carnavalesca alquimia: nos transmutará de simples mortales en seres cuasi divinos. Es también un médium, conoce estos deseos quizá mejor que nosotros mismos. Le presenté a Cabriola hace tiempo, y, experto, supo el deseo que siento por mi media prima, y usando su magia, nagual antiguo, convertido en picassiano centauro ha logrado convencernos de aceptar nuestros deseos de galopar juntos. Maligno Ritssi, que nos abre la puerta de su casa, y de su cama. Ella viste únicamente una camisa mía, me invita indirectamente a que la cubra con mi piel, y al caer mi prenda, también caen los prejuicios a favor del deseo, y el grial es el goce de nuestros cuerpos.

                Levantamos los tres nuestras copas de espumoso vino y caemos en la cama. Demoníaco Ritssi. No entiendo su arte; creo que jamás lo dominaré... Por lo menos no al grado maestro que él posee. Desnuda a Cabriola de prejuicios y reglas sociales, y yo, mirón de palo, me duele el deseo de lo inflamado que está al observar la deliciosa manzana del deseo que es la cadera de Cabriola empinada; le acaricio los grandes pechos, mientras Ritssi se deja montar por ella, me regodeo en su gravedad, en la textura del pezón. Cabriola gime de placer, es una domadora, permite que la toquemos toda, y mis dedos, y mi boca se deleitan en el sabor amargo de su otro centro mientras mi amigo la posee; mis dedos se unen a mi lengua en ésa ahora nueva entrada, también húmeda, redonda, deliciosa y delicada de amargo, rico sabor. Se distiende maravillosamente, y ya no me puedo contener, Cabriola nos alberga a ambos; Cabriola se yergue gigante ante el impúdico pero gozoso tacto en su tersa piel interior, y ahora nos devora. Somos meras hojas en ése torbellino de gemidos, humedad y carne; con su golosa boca parte mi pecho, y en un momento, somos los tres uno solo: la victoria de ella sobre el mito del macho, ya que ella es quien nos monta, nos exprime como quiere y como prueba de su poder, lleva nuestros corazones en su mano izquierda, los ofrece a la luna como sacrificio mientras explotamos en su cielo interno como fuegos artificiales una, dos, tres, no sé cuántas veces durante dos, tres, no sé cuántos días...

                ¿Que quedó de nosotros?

                Jirones de piel cuadriculada. Calvos, grandes y falsos pies, greñas verdes, narices rojas. Somos payasos, jugando a ser domadores de ése fantástico animal llamado "mujer".

                Pasaron los años, y aprendí a aceptar y disfrutar lo malo de lo bueno, y lo bueno de lo malo, como éste café que me estoy tomando. Acabo mi cuadro, sus últimas pinceladas y lo valoro con aquella noche como referencia. ¿Quién podrá creer esta fantasía de una única vez? Suspiro. Creo que lo he digerido al fin, y mientras limpio el pincel, suena el teléfono. Es Cabriola, después de más de veinte años de aquello...

-... ¿y qué tal estuvo? -pregunto indiscreto, buscando hacer una tardía sobremesa de aquella deliciosa noche.

-... pues no fue la gran cosa...- la respuesta de Cabriola me hace volver a mi enorme cuadro. Al observar las tres figuras que acabo de terminar de pintar, siento que la piel se me pone blanca, que me crecen los zapatos y el poco cabello que tengo se tiñe de verde, mientras surge una enorme nariz roja como centro de mi rostro.

30 de Julio de 2018.

                ¿Qué les pareció? El cuadro es realmente un “menáge a troi”, quizá más ganas que verdadera experiencia de algo así. Digamos que la experiencia real fue frustrante, por la inexperiencia, con mi amiga y mi amigo. Hoy, realmente me siento viejo como para intentar algo así. Pienso que los toros desde la cerca, definitivamente se ven mejor. A continuación, les presento el proceso del cuadro:






                Estas imágenes son el inicio del proceso: tenía una tabla de una mesa de aglomerado, y como ya no servía, me dediqué a quitarle la formica y con las gubias, darle volumen real, aprovechando el grosor de la madera. Así quedó en la primera imagen, y la segunda es el encolado de la madera, y la tercera, es la primera capa de gesso hecho tradicionalmente con blanco de zinc, blanco de España y cola de conejo.



                Estas dos imágenes corresponden a la segunda capa de gesso y a la tercera, y ya estaba lista para pintar, después de una lijada con una lija de agua del cero para uniformar el gesso. El temple es una técnica antigua, y es necesario que la superficie esté lo más lisa posible.



                La primera capa de temple, pura yema de huevo con carboncillo molido para hacer las sombras y aprovechar la transparencia del medio. Seca terriblemente rápido; exige mucha disciplina, por ello creo que entró en desuso. Pido una disculpa por la poca calidad de las fotos.


                Segunda capa de temple.



                Tercera y cuarta capa de temple. Aún monocromo.


                Quinta capa de temple: color amarillo cadmio. Huevo mezclado con pigmento de ése color.


                Sexta capa de temple: Rojo cadmio.


                Séptima capa de temple: Azul ultramar.


                Octava capa, y casi la final. Detalles y una lijada más para envejecerlo a propósito.




                Y el resultado final. Creo que no me quedó tan mal para ser el primer temple que hago, ¿no?

                Lo cierto, es que el temple es una técnica que requiere mucho tiempo y mucha paciencia; la pintura se seca muy rápido, y es muy receptiva a polvos durante el proceso, amén de que es terriblemente delicada a cambios climáticos (se esponja en temporada de lluvia) como en su manejo. Requiere también paciencia la preparación del gesso, ya que un gesso muy espeso, creará grietas y descamaciones en la superficie, estropeando jornadas enteras de trabajo, ya que hay que lijar para dejar la superficie lisa. Tampoco se puede usar una capa muy delgada, ya que esto puede provocar (según me han dicho) que sea atacada la pintura por mohos y/u hongos. Como ventaja, diré que es relativamente económica, ya que el gasto fuerte es en los pigmentos, se puede aplicar con pinceles de buey y es estable hasta morir: si la superficie está bien imprimada (sin gessos comerciales ya que el acrílico no es recomendable), durará mucho tiempo siempre y cuando esté en un lugar ventilado y lejos de calores excesivos o al contacto de la luz directa del sol.

                Bueno, ya está lista para enmarcarse y colgarse, ¿alguien se apunta? ¡Já ja ja! Bueno, creo que es todo por hoy. Les comento que he estado bastante ocupado, ya que la gente de la Casa de Cultura de Tultitlán me ha pedido que les haga un par de murales pagaderos con sebo, pero lo veo como picar piedra. Toda la gente que los ha visto ha quedado impresionada con el trabajo, y espero dentro de un mes, poderles poner en este Cojín a los dos primeros paneles del susodicho mural.

                Sin más en el frente, me despido de ustedes. ¡Sayonara! ¡Historieta o Muerte! ¡Venceremos! ¡Y por fin, en México, en más de cien años, quedó electo un presidente y un congreso por elección real de la voluntad popular! Una buena noticia en medio de tantas malas…












miércoles, 6 de junio de 2018

Obituario: Adiós, Alfonso.





                La vida corre. Pasa, y uno no se da cuenta en qué momento el tranco se hace lento, para detenerse (aunque en tu caso, fue un detenerse abrupto, hermano). Pasa, y los que vienen a nuestro lado también pasan, y uno se queda ahí, quieto, quizá sin entender qué es lo que sucede; simplemente uno se queda estático, ante las cosas que ocurren a nuestro lado. Uno se hace de madera, piedra, y el viento entonces nos convierte en polvo. Se vuela, entonces, pero disperso, sin conciencia; como decías tú cuando eras niño: “¡viento, llévame…!”






                En 1961 un niño vino a dar alegría a una pareja de jóvenes soñadores, que buscaron un remanso de cariño en un cuarto de azotea de la calle de Guadalajara, colonia Roma: el primogénito, hecho con verdadero amor, el de la inocencia y el de la promesa. Y ése niño creció, y comprendió desde muy joven que la verdadera fuerza, se demuestra en soledad: yo no le conocí amigos, y es verdad, no me llevé bien con ése niño sino hasta que su niñez y mi niñez se hicieron adultas, y, aunque no coincidíamos mucho en lugares ni coincidiéramos mucho en muchos temas y en formas de pensar, lo cierto es que, niños al fin de cuentas, empezamos a llevarnos bien. El amor fraterno no necesita coincidencias más que una: la cuna, nuestro origen.






                Yo veía pasar corriendo a ése niño por la avenida Reforma de la Ciudad de México, lo acompañé un par de veces a correr con ése otro niño con quien compartimos niñez: Hugo, a Chapultepec, y al Parque España. Los acompañé para cargar la ropa de regreso cuando corrieron maratones, niños de acero, y cuando Alfonso y Hugo pasaban por Reforma, o la Avenida Chapultepec, la cuadra entera salía a verlos correr,  poderosos, veloces como saetas, orgullosos felinos que, haciendo honor a su origen gatuno, todo lo guardaron dentro de sí mismos. Especialmente tú, Alfonso, que seguiste corriendo solo, como cuando corriste, adolescente, hasta Oaxaca, o al Popocatépetl, y ahora a tu vida adulta, a tu primer matrimonio, del que seguiste corriendo, hasta que te topaste con ella, el amor de tu vida que te dio dos hijos de los cuales me siento orgulloso, como una especie de tregua a la soledad que los Aguilares llevamos como una manda, como el libro de Mario Benedetti, Elvira, tu esposa, el remanso de paz, de compañía que Dios te dió..







                Seguiste corriendo, en soledad, a tu trabajo y a tus obligaciones, y solo, enfrentaste tu enfermedad. La verdadera fuerza se demuestra en soledad, hermano, y tú eras muy fuerte. De nosotros tres, fuiste el estómago, el padre que no tuvimos, el apoyo (quizá involuntario a veces), que nos daba cohesión. La distancia no significa desapego, es cierto. Nosotros tres somos el ejemplo de ello.













                Corriste, hermano, luchando contra la bacteria que te ganó. Resististe como un campeón ésas dos terribles semanas de hospital, y yo, únicamente pude salir a verte correr de nuevo, como lo hacíamos cuando yo era un niño afligido por el asma y tu corrías por los dos.






                Quizá sea tarde, hermano, pero quiero decirle al mundo que siempre me sentí orgulloso de ti, que te amo, y que cuando suene la última Trompeta del Ángel del Señor, espero que estemos juntos de nuevo, para, ahora sí, correr, pero esta vez en igualdad, querido Alfonso. Hombro a hombro, pié con pié.

                Descansa en paz. Te quiero mucho, hermano querido.








sábado, 5 de mayo de 2018

Pata de Gato: Clausura de la Exposición "Fé Ciega II", Celebración de 50 aniversario de la Telesecundaria " Frida Kahlo " y Sexto Concurso Nacional de Dibujo y Pintura de la Preparatoria "Leona Vicario".


¡Hola! ¿Como han estado?

¡Hartas cosas han pasado en estos días! Comenzaré a platicarles sobre la clausura de la expo "Fé Ciega 2", que tuvo lugar el día 28 de Abril del 2018. Antes, el jueves 27, (fecha que corresponde a las fotos que voy a mostrarles)  desmantelamos y nos lleñvamos diez cuadros a la Telesecundaria " Frida Kahlo" que estaba celebrando su quincuagésimo aniversario de vida. Acá están las fotos que tomé previamente:






















Desgraciadamente no he podido escanear el libro de comentarios, ¡hay unos muy divertidos! Se los debo para la siguiente vez. Bueno, el evento de la telesecundaria se realizó al día siguiente y me citaron como a los caballos lecheros, ¡a las 8 de la mañana!







Mañana muy fría, hasta con bruma lacustre perteneciente al extinto lago de Xaltocan. Recibí muchos aplausos y reconocimientos tanto de alumnos como de profesores y autoridades. ¡La cosa parece caminar, camaradas!











¡Acá estoy con los alumnos de la telesecundaria! Híjole, hasta decente me veo...


Y acá estamos embalando los cuadros, que se van para el Colegio Lucerna de Coacalco, el próximo 21 de Mayo; me parece que se quedarán ahí quince días.

Y bueno, camaradas y camarodos, lo que siguió fue un concurso celebrado en Tultitlán, Estado de México. Como estoy dando clases de dibujo, puntura e ilustración en su Casa de Cultura, me dijeron días previos si no desearía ser jurado de un concurso municipal de dibujo; de inmediato dije que si, ya que ser juez, aunque sea de un concurso chico, genera reconocimiento. Las cosas estuvieron así:







Me volvieron a citar como a los caballos lecheros, a las 8 am del primero de Mayo de 2018,  dejándome colgado casi una hora, nomás para que me dijeran que los jurados que iban a venir de la Academia de Bellas Artes en Tultepec, "ya mero llegaban"; además de que el otro profesor de pintura de Tultitlán, sólo podía acudir un ratito. Sinceramente sentí miedo, ya que iba a estar solo para recibir las criticas y soportar los huevazos. (Acá, para no dejar que se rompiese la cadena de desgracias, las baterías de mi cámara se agotaron, así que a partir de aquí, todas las fotos las hice con el celular.)








No me amilané. Decidí fluir y a la vez ayudar (y que me ayudase) a un gran amigo que tengo y que también es pintor: Miguel Ángel Guerrero, el cual accedió de buena manera, y junto a la renovada ayuda del pintor Ek Balam, logramos sacar el paquete.

Acá los muchachos en pleno concurso:







Nunca me había tocado estar de juez, y menos en un concurso de tal naturaleza demandante. Ni los exámenes que nos llegaron a hacer en la ENAP, actual FAD, eran así: cinco horas para dibujar y/o pintar, con un receso de veinte minutos a las dos horas y media de labor. 

Además, apenas a punto de comenzar el concurso , voy viendo muchachos y muchachas que venían de diversos estados de la República, y me voy enterando que el concurso era a nivel federal. Sentí muchos nervios de momento, pero logré reponerme. Aquí están algunas obras que trajeron los muchachos y que previamente habían hecho en sus estados. Como podrán observar, todos tienen talento, todos ellos son grandes promesas pictóricas.










Acá un poco del espacio que les dieron a los muchachos que vinieron a dibujar:



Todo este evento se llevó a cabo en el hermoso atrio de la Parroquia de San Antonio de Padua, en el mero centro de Tultitlán. Tiene un pozo del siglo XVI, contrafuertes, puertas y columnas muy bellas.







Acá la Ceremonia de Premiación. Afortunadamente, nuestros criterios no fueron tan dispares, y creo que hicimos un buen trabajo.






Este muchacho ganó el primer lugar, el tema era "bodegón"; confieso que yo hubiera pintado un borregote...




Este cuadro me encantó. Si el concurso no hubiese sido tan rígido, yo le hubiese dado el primer sitio. ¡Vino de Michoacán, y pintó a su abuela recién fallecida como fondo para los elementos del bodegón! Fantástico, sencillamente fantástico.




Y aquí el tercer lugar de pintura, y ya no recuerdo si el segundo en dibujo. Todos y todas tienen mucho talento, todos merecían un primer lugar.




Y bueno, creo que es todo por hoy. He estado muy ocupado: mi querido hermano mayor se halla hospitalizado y ha sido difícil seguir, mientras, con estas cosas. Me encargaron un mural en la Casa de Cultura, en un sitio donde hay vestigios prehispánicos y además está la exposición en el Colegio Lucerna. 

Me gustaría agradecer públicamente al coordinador de la Casa de Cultura de Coacalco de Berriozábal, Oswaldo Cruz, toda la ayuda, y todo el apoyo hasta hoy, dados. Lo considero un Amigo, ya que su ayuda es totalmente desinteresada. Ojalá hubiesen más funcionarios que trabajan la cultura, así de comprometidos.

Y ahora sí, es todo por hoy. ¡Nos vemos en la entrega del mes entrante! ¡Historieta o Muerte! ¡Venceremos!