martes, 30 de diciembre de 2008

Réquiem: Adiós, Lolita.

"Yo quiero ser llorando el hortelano

"De la tierra que ocupas y estercolas"

"Compañero del alma, tan temprano."
Miguel Hernández. "Elegía".



Estoy muy triste. Lola se ha ido. Mi última amiga no humana hoy se halla durmiendo bajo la tierra, envuelta en una playera para que no se olvide de mí en su viaje a la eternidad. Milán Kundera dijo, en su libro no tan bueno "La insoportable levedad del ser" que los animales no cayeron de la Gracia del Señor como los humanos, y no le falta razón. Me consuelo con éso. Lola no tiene que esperar Juicio, ni tiene que lidiar con éso llamado "sentido común". Ahora ella se halla dormida, volando a las estrellas y yo me quedo aquí un tiempo más, más solo que nunca.

Será que la muerte nunca me ha parecido natural. Será por éso que duele tanto. Será por éso que uno no se acostumbra nunca a la idea de ya no estar aquí. Aunque haya sido por bonhomía. Por eutanasia. Cambiar un dolor por otro. No sufrir el dolor lento de un tumor y cambiarlo por la solución de la muerte humanitaria, y, según dicen, sin dolor. No lo sé. Mi Lolita se me fué entre los brazos y ronroneando. Soy su verdugo. La llamé, y vino mansamente, como un corderito, pese a pertenecer a la raza de los mayores depredadores del planeta. Y era muy mansa, era un cordero de dientes afilados y garras retráctiles, un rayo que atrapaba pájaros. Un cordero que comía carne.

Estoy muy triste. Sus diez añitos de vida no fueron suficientes, nunca será suficiente la vida para estar junto a alguien que quieres. Por éso creo en la eternidad. Por éso soy cristiano, y creo que es por Gracia que podré estar junto a Lola en el universo sin muerte que me ofrece por amor mi Señor Jesucristo. Pero por hoy, volveré a mi solitario oficio de pintor, más solitario hoy que nunca, por que ella me acompañaba en las duras y llanas horas de creación. Descansa en paz, Lola.

Lola: 1998- Diciembre 29 2008.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Animación: La Carrera de la Silla

Hola a todos. Quiero ponerles ésta animación que acabo de hacer apenas hace unos días. Es mi primer trabajo que hago así, con mi cámara y el programa movie maker. Todo salió como una chiripada, ya que al irme a correr, me encontré una silla y como llevaba la cámara, ya que ando queriendo tomarle fotos a un águila real que vive por aquí, pues todo salió a pedir de boca. Me tardé dos horas tomando las fotografías y otras tantas en el trabajo de edición, para que todo transcurra en tan solo dos minutitos, (¡más de 100 fotos!) pero yo ya estaba con ganas de trabajar con ése programa. ¡Espero que les guste! Y nomás que tenga un scanner, verán lo que vamos a hacer. ¡Se aceptan donaciones!

martes, 23 de diciembre de 2008

Pintura de Caballote: Buscando a Dios: Amilcar y Pulguita.





Qué onda. Pues yo aquí, de nuevo en New York... Ja ja ja. Pero en las calles de la Nápoles... Hasta creen que a un pobre gato como yo los gringos les van a dar visa. No. En todo caso, la única ciudad de los Estates que se me antoja conocer es San Francisco. Y Nueva Orleans pero durante el Mardí Grass. Hacerme de un montón de collares y cambalacharlos por besos y algo más... Ha de ser padre, me imagino. Bueno, a lo que vamos. Estos cuadros que les voy a relatar, son de un cuate rico que tenía lo que quería, pero tenía una ambición, eran las pinturas, que serían su perdición... No es cierto. En realidad son cuadros de hechura triste, muy triste. ¿Alguno de ustedes han sentido de cerca la fría guadaña de la muerte? Es muy duro. Y es más duro cuando ésa insensible guadaña sega la vida de las criaturas. Yo creo, sinceramente, que la muerte es algo innatural. Es la cosa más innatural que existe. Y cuando un bebito no logra sobrevivir a la lucha feroz que mantiene con ése ser cruel e innatural, pienso que algo no está bien. Todo nuestro cuerpo, toda la potencia de nuestra mente, y toda la enterza de nuestra alma, están creadas para vivir. No hay más. Debemos vivir. Para éso nos puso el Buen Dios sobre el mundo. Y el precio de la desobediencia, es decir, del alejamiento de Dios, es la muerte. Éso es el pecado. Y creo también que de ahí viene la enfermedad, todo el desajuste que nos lleva a perder la batalla contra ése ser a quienes algunos incautos adoran como un dios, y se atreven a decirle "santísima muerte". Cuando la sociedad hace algo así, pues no puedo evitar pensar que hay algo que está verdaderamente mal. En fin.

El primer cuadro se llama "Buscando a Dios-Amilcar" y es mi propio dolor al perder a un niño que hubiera querido mucho, ya que era el hijo de mi mejor amigo, casi mi hijo también y que no pudo abrazar con sus manecitas la vida. Y el segundo, se titula "Buscando a Dios-Pulguita" y es otro pulso de mi dolor, cuando mi segundo sobrinito no pudo lograrlo también.

La muerte no es santa. Jamás lo será. Ya fué vencida por Jesucristo, y lo único que Él nos pide para darnos vida eterna, para vivir en gozo junto a Él, quien nos hizo con amor para ser eternos, es creer en Él, amarlo como Él nos amó al colgar a todos nuestros cuerpos separados de Él, de su Gracia, en ésa terrible cruz deparada a los criminales junto a su propio cuerpo. Y Él venció a la muerte y la arrojará al infierno para siempre, ¡bendito sea el Señor! Nietche únicamente se quedó en la muerte de Dios. No pudo ver más allá, y por éso enloqueció. La ciencia y la filosofía son sabias, pero al estar dentro de la naturaleza, sólo pueden explicar lo que está dentro de la naturaleza. Dios es más grande que la naturaleza, ya que es obra de Él. Por éso ninguna ciencia puede explicarlo. Y por éso uno no puede llegar a Dios por sus propios medios. Es el Señor quien se acerca a sus criaturas. Cuando veo una célula, una molécula, o un cúmulo de estrellas siguiendo un orden demostrado por la ciencia, yo no veo una chiripada cósmica, no. Veo las manos de mi Hacedor en acción. Espero que mis reflexiones les sirvan un poquitín, y más en éstas fechas, ya que la Navidad no es Santa Clós, ni es embriagarse ni nada de éso. Es conmemorar el amor infinito del Señor, que nos ama tanto que no quiere que nadie se pierda, sino que todos estemos con Él en su Reino, y por éso, por treinta y tres años, renunció a su aura divina y vino y caminó entre nosotros como humano, para decirnos cómo es que podemos estar con Él por siempre. ¡Feliz Navidad!

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Xilografía: Nahuales.




Qué tenemos aquí. Un par de grabados sobre tabla. Xilografías, vamos, como dirían en la ENAP. A decir verdad, la carrera me dejó mucho que desear. No abrió mi mente, no me enseñó nuevas técnicas, no me dejó ni siquiera una novia. Aquí quiero hacer patente que quien me enseñó la gran mayoría de las técnicas que domino, fué un maestro del que desgraciadamente no me acuerdo su nombre, no así su apodo: "El Oso". La razón fué que como ocurrió en la secundaria y en ésa época estábamos más ocupados en ponernos apodos y burlarnos de todo, pues lo único que uno le decía al profesor de Artes Plásticas era "sí maestro" y a su espalda "pinche Oso"; pero en honor a la verdad, él era un gran maestro. Nos enseñó acuarela, nos metió al óleo, nos enseñó técnicas como el esgrafiado y rudimentos de grabado en tan solo un año. Era un ser fenomenal. Tiene su taller de restauración de Arte Sacro exactamente junto a la Secundaria 3, y hasta la fecha sigue ahí, en la avenida Chapultepec esquina con Frontera. Hasta me enseñó a dorar, cosa que nunca hicieron los maestros de la ENAP, salvo gloriosas excepciones como Castro Leñero, que me dió dibujo, como Manuel Marín, que él sí intentó abrirme la mente, y que decía (pobrecitos que somos, él y yo) que tenía mucha fé en mí. Ignoraba el pobre que estamos en México y que aquí no cuenta para nada el talento, sino la palanca, y yo, (tonto de mí) nunca supe hacerme de amistades que me convinieran. Siempre busqué amistad verdadera, y ésa sólo la conseguí entre los jodidos iguales a mí, no entre los rotos creídos clasemedieros pro gringos y que hoy ocupan los puestos grandes. Lástima. Qué tonto soy.
Bueno, volviendo a los grabados, el primero está hecho sobre linóleo y se titula "Nahuales" como se puede colegir al ver la estampa. Está inspirado en mis cuadernos de toda la vida Pato y Tiricia, y sus jugueteos amorosos que ellos, ingenuamente hacián en público tratando de esconderse para no ser descubiertos, y que todos los notábamos, y que, siguiendo el juego, después negábamos jocosamente. El segundo no tiene título; dejémoslo en "Nahual 01" y en realidad era preparación para un personaje de una historieta que hice poco después: Ixtlicóyotl el Nahual. Como pueden darse cuenta, soy un apasionado de las historietas. El Noveno Arte, ni más ni menos.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Pintura de Caballote: El Gallito y Ángel Postrero.



¡Hola, cómo están!
Qué pasó, qué gusto de verlos de nuevo. Pues bien, les presento a otros dos hijos míos. El primero tiene por título "El Gallito" y es continuación de una serie de cuadros con el tema de gallos que hice, de los cuales, desgraciadamente sólo conservo éste, que, desgraciadamente también, no es el mejor. Aún así, sigue en la temática de la pelea de gallos, ése deporte tan inhumano como absurdo, (como las corridas de toros, vamos) ¿Quién halla placer en hacer sufrir y ver sufrir a otro ser vivo? Sólo alguien que tenga percudida el alma (perdón, Jacobo Z, pero es la verdad. No se diferencía mucho de cuando el terrible Vlad, o también Nabudoconosor empalaban y quemaban vivas a sus víctimas y se sentaban a comer, viéndolas sufrir.) La técnica de "El Gallito" es óleo sobre tablaroca, y está esgrafiado, es decir, se rasca la pintura húmeda para dejar ver los colores del fondo. Una técnica muy divertida.
El segundo se titula "Ángel Postrero" y trata sobre un tema que me intriga mucho: los ángeles, nuestros hermanos mayores. Sobre ellos se ha dicho mucho; vamos, hasta Tláloc tenía a sus Tlaloques, pero yo, como creyente en la Biblia, me ciño a ello y trato de representar a uno de los ángeles más poderosos descritos en el Apocalipsis: el ángel que ata a Luzbel y lo encierra en el Abismo. (Ap. 20: 1-3.) Imagínense el poder del ángel: Luzbel era uno de los encargados de cubrir el mismísimo rostro de Dios, (Ezequiel 17) y éste llega y lo hace como quiere. Vamos, ni en Matrix ni en Gokú hemos visto un enfrentamiento similar. (Chance en Guerreras Mágicas.) La técnica es mixta sobre tablaroca también, y aquí sí que jugué, ya que le puse de todo. Casi le pongo grasa de zapatos. Espero que sean de su agrado.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Eructos Literarios: Los "Sin Título".

Los
“Sin Título”
Los años que siguieron. (1993-2000.)





Sin título. (1)
20 de Abril de 1992. (La fecha puede que esté mal. Yo creo que es del 93.)

Me siento, pues, a esperar la aurora. Recorro el cieno húmedo y lleno de sanguijuelas que pueblan éstas duelas y que, al quitarme las botas, descubro agolpadas alrededor de mi piel; las arranco, y la atmósfera deja caer todo su ambiente roto por el silencio sobre mis espaldas. Me siento tan cansado que, inevitablemente, al ver la anaranjada luz que entra del poste, doblo mis ímpetus por levantarme hacia la estufa y los transformo en desesperada caricia de manos sobre mi cabeza, mesando mi escasa cabellera y, vacío de fuerzas, en mi último parpadeo se me escapan, fugitivas, dos lágrimas.
Dos lágrimas que paseé ésa noche, en la que, recargado como estaba sobre el dintel de mi ventana, tomé alguna parte de ése triste tarot al que sólo los incautos toman por verdad, y lo barajé tan lento como humanamente es posible; floto en una especie de flash-back con imágenes poblando la obscuridad que sólo permite rebordes sin ningún tono, únicamente los negros, los opacos naranjas que se colaban, metiches, por la ventana. Afuera, la calle, vacía como mi ser, y en la espalda tenía recargada a Soledad, que rabiosa, juguetona, se soltaba el cabello y afilaba sus pasadores para enterrarlos lentamente en mi floja piel, la cual no ofreció castillo, no ofreció trinchera al punzante frío que inexorablemente marchaba lento hasta tomar mi cerebro entre tenazas de hierro que eran también de dolor, de locura; mi sangre se coagulaba en mis venas, la vida rompía mi corazón a cada latido, y de pronto, sentí mis venas ajenas, como enredaderas capturando mis manos, obligándolas a apretar ése dintel previniendo que mis piernas se negaran a responder a mi albedrío y que, ya sin freno, aventasen a mi cuerpo a la vastedad de una calle que nunca se ha compadecido de las penas de uno, empeñada únicamente en desafiar el tiempo y la saturación de recuerdos en sus paredes, dándose siempre la maña para hacer un huequito donde quepa uno más: el mío, que estalla y riega de sangre cada miembro, independiente, por que cuando muere el rey, cae su reino con él. No me importó. Ni la absurda cavilación, ni mis deseos suicidas al verte bailando con tu amigo, ni la cadena que el trabajo inmisericorde ata a mi cuello. Me negué. No arrojé mi cuerpo más que a las escaleras, para alcanzar la acera lo más pronto y vivamente posible, para sacarte de mi alma a fuerza de callos en los pies.



Sin título. (2)


Despierto cierro mis obscuros ojos.
Sin soñar, no hay imagen ni voz.
Ganas de la nada hoy tengo yo,
Permanecer de uno en uno, nunca dos.

Ruido sin sonidos, vibro sin interior;
De piedra artificial mis pies.
Despierto con sueño, creo dormir
Cerrando los ojos sin poderme soñar.

Tengo un insulto para Ti:
Mira mi cuerpo lleno de espinas.
¡Nadie se me acerque! Grito
Diciendo “Soledad Verbo Mío” sin mí.

Nada que hacer. Lloro sin lágrima en ojo.
Me toco y estoy frío, turbio…
No sé qué ocurrirá mañana.
Mi única idea:
Nitrógeno sólido atraviesa mi corazón
Mientras beso tu esqueleto.
Ni la tierra es tan fría como esto que toco;
No me importa la idea, no la quiero despertar…

Tengo un insulto para Ti
Que decirte no puedo;
Vida, Dios, Amor.
Yo no quería estar aquí,
Pero sin embargo, duermo.



Sin título. (3)


Días que pasan, se quedan por ahí.
De vida, tu sonrisa en momentos
Me consiente; sin barreras, terso,
Y solo, recojo flores de Ti,
Mi dulce Señor, siento tu sonrisa
Reventando mi pecho.

Aún solo, no soy uno
Si cobijas mis sueños.
No perderé mi alma al miedo
Ya que eres mi Castillo,
Por que la hermosa Sangre de tu Sacrificio
Cubre mi corazón, y lo alimenta.
No temeré al enemigo,
Por que tu Venganza lo atormenta.

Perdona mi desvarío,
Te escribo, Sangre de mi corazón.
Te amo, aunque tenga calosfríos;
Me has tocado, y mi alma nunca te podrá ignorar.
Pienso en Ti, te intuyo,
Te amo tan suave, tan tranquilo
Mi Dulce Señor Jesucristo,
Tu Corazón late en mí.

No moriré del todo
Pues justificas mi ser.
No negaré que a veces,
El aire me duele,
Pero no puedo negarte
Por que te amo, te llevo en los huesos
Tan suave, tan fiero, mi Dulce Dios.

Mi fuerza, mi venganza.
Perdona mi cabeza dura, Mi Señor,
Perdona mis pecados, mis ofensas…
No puedo decirlas, soy muy débil,
Pero te amo.
Si caigo,
Sé que me puedes redimir.

Si muero no será en vano,
Por que me justificas en mi ser.
Mi Dulce Señor,
Recojo rosas de ti.




Sin título. (4)


Pero te espero.
De puño esperma contra la pared,
Solitario, te espero.
De cristal de ojos vacíos,
Transparente, te espero.

De suela al camino, empeñado en recorrerte,
Atrapado, te espero.
De luna repleta de sol,
Encandilándome, te espero.

De maullido calle, plantado de farol,
Entre esquinas laberinto, te espero.
De tallo sin flor, beso de mujer,
Acariciándome solo, te espero.

Con eyaculación si mutuo orgasmo,
Con deseos hechos canas,
Amargado y triste, pero te espero.



Sin título. (5)


De vacío, mi asomo es ojo,
Transparente ventana, aéreo cerrojo
De mi rostro.

Me desdobla la plenitud de la extensión.
Clara distorsión es mi alma allá afuera,
Todo vacío: Cielo, Tierra,
Solitaria es mi oración.

De vacío me comunico, me asomo;
Transparente yo, indiferente entorno.
Soy uno, y sólo eso soy yo.

Me expando, viento corazón.
Si no quieres, no me sientes,
Pero ahí estoy.

Lamo la ventana, vacío, sabes a cristal.
Te rodeas de rocas, corazón caparazón,
Resientes de mis ojos la sal.

De vacío, mi asomo es ojo,
Transparente rostro, ventana reloj.
A que te poses en mi reflejo
Solo te espero
Hablando entre dientes una oración
Un poco menos extensa que Dios.



Sin título. (6)


Tiempo: Música triste hay.
Ya no es sonoridad, largo recuerdo.
Soy lo que soy, pongo mucho empeño
Pero silbarla ya no puedo;
Agudo sonido, no tienes faz.

No puedo caminar de noche.
No debo salir de mi casa.
Sin nada que amar, deriva soy
Encerrado sin corriente, se esconden
Mis recuerdos sin amadas.

Por que, en mi casa,
Tu voz son notas sin compás,
Sin vibración, alma sin sonoridad.
No sé si esperarte más,
Casi no llevo alma,
Silencio musical.



Sin título. (7)


Recorto mi figura sin ti, dulce canción.
No pude hacerte vibrar,
No tengo dedos de artista musical.
Nunca me diste ni una palabra
Para hablar encima de las bocas…
Me siento solo, tan solo y triste
Por tocar y tocar mis labios
Y no encontrar nunca un acorde tuyo.
Ahora te recorto a ti, mi dulce canción,
Para pegar ésa rimas a mis dientes,
Sobre estos pobres labios vírgenes
Que llevan la desgracia de cantar un corazón sucio
Y pervertido, podrido de deseos muertos,
Descompuestos de tan guardados.



Sin título. (8)


Mi corazón es una caja
Que nunca quiero abrir;
Tengo un niño muerto,
Una mujer desnuda
Que alguna vez fue virgen
Pero hoy es puta.
Una estrella apagada, consumida
Y tu cara besuqueada
Que ya huele muy mal.


También hay
Un gusano que se come al niño,
Que viola a la puta,
Que se mea
En el rescoldo de mi estrella
Y muerde tus orejas,
Y quiere que lo tengas en la boca.

Mi corazón es una caja
A la que diario atraviesa
Ése gusano perverso,
Que escupe hijos muertos
Dentro de tu boca, por todo tu cuerpo.
Y mis hijos muertos
Te quieren para que seas su madre;
Juegan por tu lengua,
Juegan por tus senos,
Se meten en tu sexo
Y nacen, se escurren por tu trasero.

Por eso nunca quiero
Abrir ésa caja que es mi corazón.



Sin título. (9)


Sólo quiero abrir
Hoy
Ésa lápida
Grande, boba,
Virgen que ha guardado a un
Cementerio de besos
Que es mi sonrisa;
Sin corazón,
Mi boca.



Sin título. (10)


En mi casa
Mi sonrisa no puede salir:
Vidrio de dientes la sujeta,
Labios de concreto la atrancan.

Sabe a sal mi sonrisa.
Se confunde agrura,
Reprimido cobijo, es sombra
Solitaria, se pasea dentro de mi boca.

En casa no hay nadie
Que quiera ver mi sonrisa.
No estás tú.
Por eso la escondo aprisa.



Sin título. (11)


Ojo pequeño, teporocho.
Alguna vez te dijeron “ventanita”.
Cobijo tuyo deseaba tanto Pita;
Tiembla, alejado, teporocho, solo.

Sigues aún pequeño,
Pareces cicatriz por dos;
Partes ésta máscara sin beso.
Rasgados, ya no son “ventanitas”

Para ninguna loca Pita
Que quiso verlos bellos.
Hoy se cierran cada vez más ciegos,
Como teporochos en la esquina.



Sin título. (12)


De un arco se desprende tu figura,
La ventana es un crisol:
Extensión vacía de mis ojos.

Consiénteme sólo un poco.
No conserva ni la sal
De todos los besos dados a la pared.

Blanca pared, labios caliche,
No volteaste a la ventana
Y yo no fui metiche

Ni luché por tu pensamiento,
¿De qué serviría hacerlo?
Te amé besando solo la pared,

Escuchando tu voz de pared.
Mirándote indefensa a mis besos
Que te dí de pared.

Por que ella no rechazó ningún abrazo mío.
No rechazó ni un solo beso.
Me escuchó con aire atento
Sin herirme con:
“Me gustas más de amigo”.

Es más amable que tú,
Que no te dignas voltear hacia la ventana,
Que luchas por quitar tu silueta
De mi ventana.



Sin título. (13)


En medio de la extensión
Me estoy irguiendo solo.
Las nubes atraviesan como cruceros
Éste azul de cielo

En el que ya no te espero.

Soy solo en medio del tiempo.
Mi aliento no lleva nada tuyo.
Mira mis lágrimas en el cielo,
Mis retinas no llevan tu imagen,

Mi voz no tiene tu nombre.
Y debo alimentar la tierra
Con el suero de mis venas,
Con el símbolo que llevo en el pecho
Para darle sentido
A mis penas.

No duermo. De día vivo.
Estoy en otra realidad:
La de mi símbolo maldito;
Me hallo desnudo en medio de su extensión.

Erguido, no veo más que el cielo
Donde las nubes parecen cruceros
Que se alejan como tú.
No voltean a verme
Y no pienso seguirlas.

No debo seguirlas.
Espíritu de árbol soy,
Plantado y erguido,
Anhelante de reposo,
El verdadero,
No el de ésta rima:
El reposo de ti.



Sin título. (14)


Abriré la puerta a mi esperanza…
¡Que todo el vacío entre a mi casa!
Para refrescar a la atosigante primavera
Con notas frescas de invierno temprano.

Daré con el pié a la nobleza
De no gritar tu nombre en risa afligida y taciturna,
Polimorfo estereotipo, cambiante de suspiros
Para no llorar.



Sin título. (15)


Conocerte, la deuda del dolor.
Cicatriz que es como yo mismo,
Una entidad con conciencia propia,
Con su propio miedo, odio,
Con su personalizado amor.

Se recoge con los días
A beber noche como borracho
Que quiere la última,
La del “estribo”.
Salta a la noche,
Abre su boca llena de mocos

Y aspira madrugada a falta de amor.
El caso es que el día de hoy
Hay más cicatriz que yo.
Conocerte…
La deuda del dolor.




Sin título. (16)

Verías a mi señor calavera, ése que vive conmigo adentro de mí, danzar en el almidonado cielo, circo de luces que predicen, y no, a la luz que se quiere dejar caer por sus texturas de lámpara-cortina.
Antes no,
Sólo
Se
Vacían
Gota
A
Gota
Las flamas de tu luz, señor…

Cualquiera diría que estás triste
Por ése resplandor, apagado.
Tanto amar
Para que a Moisés
Sólo pudieses enseñarle las espaldas.
No es justo, ni para Ti, ni para él.

Por amor, también las llamas se apagan.

Será que en sus cuernos habita Luna y Frío,
Alejandra y Sol
(No ella, sólo mi símbolo.)

Desearía, antes de morir,
Que por mi tapada nariz,
Por mis pútridos bronquios,
Por mis pulmones, ahora cloaca hirviente de flemas,
Entrara el viento de ella en amor-fuego
Y quemara a los invisibles guerreros
Que día a día siento que me arrancan la vida.

Antes de morir…

Levantar con fuerza mi voz
¡Y poder aullar como perro
Que se quiso sentir felino!

Poder arrancarme,
Antes de partir,
Éste molesto ronroneo que meses ha durado.

Alejandra y Sol.
(No ella, sólo mi símbolo.)
Alejandra y Sol talarán mi pecho carcomido.

Te dedico,
Alejandra y Sol,
(No ella, sólo mi símbolo)
Ésta heroica chaqueta que me acabo de hacer,
Éste semen que me gustaría embarrarte en la cara,
Sólo por sentir mis pulmones reventar,
Éste semen sin placer,
Únicamente el de la vida
Que sentí morir dentro de mí.


Vida tan dolorosa para respirarla gracias a los antibióticos, al salbutamol, a recetas médicas que no me han servido de mucho.
Sólo como Alejandra y Sol
(No ella, sólo mi símbolo.)
Alejandra Sol Heroicas Chaquetas Semen Doloroso
(No ellos, sólo mis símbolos)
Para antes de morir.



Sin título. (17)


Dicen que el Mar sólo
Es la ventana del amor
Al dolor;
Su figura fugaz
Besa y lame mis pies.

Sombras en el Adoquín,
El mar se recorta en contorno de mujer.
Alguien vendrá
A romper las Sombras en el Adoquín.
Mujeres hechas de fuego griego
Rompen las claras
Retinas del agua;

Mujeres como volcanes
Abren sus dientes de fuego
Y a José Galicia
Lo desdoblan en presente y mito:

La realidad
Sobre las Sombras en el Adoquín.



Sin título. (18)


Soy la plata que en tus ojos
La luna deja tibia, fina,
Serpentea en una lágrima
Que se escurre de tus manos oración.

Y soy, ya ves, también soledad
Que por tus pies noche de caracolas
Besa tus corvas y a la noche los ojos cierras,
Nunca sensata del viento sexo

Que te mete la mano
Hasta tocarte los senos.
Hoyo, abismo negro bebo de tu ser
Y no me importa el pecado
Queriéndote como te quiero,

Tan fina, derramada
Como agua entre mis dedos.



Sin título. (19)


Amor de cinco centavos,
Humo melancólico y sórdido.
Barro tan fácil y barato,
Amor nunca dado a cántaros.

Soledad te rasga y amarra
Sensaciones escuetas.
Violenta flama
Que a mis ingles desbarata

Al ver, solo ver sus nalgas
Que mis manos enterradas en los bolsillos
Nunca podrán así palpar.
Sólo se parapetan en el gran visillo
Que es éste viejo cinematógrafo.
Correr a ésta habitación
Venirse y llorar,
Caminar a la estación
Para que en su andén
La vida me dé cinco centavos,
Suficientes sólo para completar
Éste pedazo de cartón
Que cualquier día
Me regresará a éste viejo cinematógrafo:
El Savoy-Decepción
Para rodearme dos horas de mendigos,
Indigentes de un amor
De tan sólo seis centavos



Sin título. (20)


Pasar de lado, en siluetas te atisbo,
Mi dulce visillo, gota de luz
Que fugándose rompe las esquinas, de azul
Penetrada está mi alma, y solo tengo un suspiro

Que no te pude dar, sólo a las grietas
Al multiplicarse en toda tu cercana presencia,
Sin romper tu aura de Santa Pagana
Que le gusta que recen en su nombre, Tania.

Distante y discreta como fantasma, al pasar
Quemas el concreto con una mirada
Que salta y vuela hacia mis ojos,
Contagiándome una grieta que va de mis ojos
Y alcanza el paso de tu cadera…

¡Qué lujurioso soy, disfrazado de mercurio!
Mi mirada se escurre discreta hasta tus nalgas
Y al paso te levanta la falda
Y besa tu cabello obscuro.

Santa Santa Santa,
Me rodeo de espinas
Santa Santa Santa
Cada vez que pasas.

No puedo amarte sin parapetarme en las esquinas.

No te espero ni necesito que me esperes.
Sólo basta mi amor sin el tuyo.
No necesito tocarte las nalgas
Ni beberme tus tibias lágrimas

Para hacerte el amor
Tan animal, tan salvaje,
Sin que me sientas Aire,
Ni Almohada ni Rosario redentor.



Sin título. (21)


Abismal, sepulcro, canción donde no debe haber sonidos,
En espirales excéntricas te deslindo de mi Yo.
No debo sostenerme, alma, y, ¿por qué no? Corazón.
No debo, no puedo sostenerme.

Sin equilibrio la cabeza de firmes pies.
La úlcera explota al interior.
No caigo, no tengo a dónde caer.

Pero llueve en todos lados; la rosa tiene ocho dedos
Hacia el infinito, pájaro perdido en el azar.
Moldeo vacío, pinto ausencias de luz…
Ojos no hay, mis manos no tienen orientación.

Mis ponzoñosos pies sostienen la tierra
Boca arriba, sin cabeza de pincel.
No llevo manos, sólo mis pies.
Mañana cortaré mis piernas, ansias de correr.

Abismal. ¡Cuánto abismo, barranco hay aquí!
Llevo una eternidad sin tocar suelo o pared.
En la boca, tierras sin color.
Abismal. Mi tumba en el adoquín.



Sin título. (22)


Como de cristal son mis lentejuelas,
Gotas a chorros de tequila amargo y bueno.
Escaldan ésa gotas a mi garganta,
Ya que no pude huir sobre mis suelas.

De zapatos es la carretera,
De ojos pequeños es el sol,
De sudor sobre mi frente
Soporto todo el sopor.

Reberverancia que amarga el día.
Es caldero invertido.
Hace tiempo que soy
De ceniza, esparcido ente.

Recorre el valle el viento de mi voz;
Gato tendido, vencido al calor.
No lobo, no cánido, infinito humano,
Recojo para alimentar mis ingles sol.
Salado de sudor,
Soy mar en movimientos sencillos,
Línea recta hacia tu casa.
Como de cristal, mi corazón
Vibra tu nombre al despuntar el alba;
Voltea a la ventana
¡Y mira al mar venir hasta tu morada!
Agua, sal y sol,
Solfea el cristal en mis entrañas.
Sol borracho de tequila,
Quiere besarte las rodillas,
Empaparte de saliva las nalgas
Y lo que más arriba acaba.
¡Desnúdate mujer!
Que viene a visitarte la playa
Sonriendo hasta tu morada.



Sin título. (23)


Soy yo, si el corazón me da permiso,
El que devora canción como ciudad,
Que vive cuatro horas dentro de un cajón
Lleno de ansiedad sobre ruedas,
Motor, y me pasa cerca del paraíso
Que era mi edificio
Ahora en ruinas.

Jair Aguilar,
El Gatito Jazz
Al que no quieres.

Soy yo, si el corazón me da permiso,
El que niega al viento su salvación de las llamas;
Que cree en Cristo como su Señor
Y fiel a su libre albedrío
Sucede historieta y cuadro sin exposición;
Que quemó sus principios, ayer de cartón,
Ahora cenizas.

Jair Aguilar,
El Gatito Jazz,
Al que no quieres.

Y soy yo, si el corazón me da permiso,
El que resiente crisis, bolsillo sin trabajo.
Que espera sentado la tisis,
Sucios pulmones ahora sumisos…
Sacrifica dolor y futuro cansado,
Ya que quemaré a los cincuenta mi cuerpo vencido,
De mi cerebro cobijo.

Jair Aguilar,
El Gatito Jazz
Al que no quieres.

Soy yo, mi corazón no me da permiso
De albergar tu nombre en mis costillas;
Sin mujer, sigo siendo hombre, y de ti quedo sumiso.
No quemaré el hambre de tu cuerpo en mis retinas,
Onírico beso mi mano
Rebosante de mis medios hijos.

Tus ojos me han hecho expulsarlos
A tientas, trozo de espacio a obscuras.
Tu mala piel es niebla que me envuelve
Abriendo las heridas ganadas al vivir.

Grotesco soy, moustruo escatológico y triste
Brillante de esperma.
Camina a la ciudad con tu nombre entre los dientes
Y anda maullando las penas
Que lo hicieron moustruo,
Brillante de tanto esperma.

Soy yo:
Jair Aguilar,
El Gato Jazz
Al que no quieres.



Sin título. (24)


Oye:
Ya está bajando la niebla.
Vislumbra mi aspecto frío
Al caminar la madrugada
Y estar lejos de mi verdadera casa.

Abrazo con los dedos
Todo el frío concreto,
Canción que intento silbar
Al alejarme de tu ciudad.

Ya está bajando la niebla,
Uniforma toda la acera,
La última de toda la ciudad.

Mis pasos resuenan vacíos
En el corredor que no veo.
Digo tu nombre muy bajo
Y me dejo envolver de nubes.

Ni la luna me encontrará.
Menos tus ojos con desprecio.
Ya ha bajado la niebla,
Mi canción se ha quedado sin versos.



Sin título. (25)


Te amaba ayer, hoy te quiero.
Te deseo con todas mis tripas,
Verte, sin articular vocablo
Y sentirte en el aire, tibia.

Por eso nunca te lo dije.
Por eso nunca te lo diré alicaído.
Dolor es complacencia, viejo canon podrido.

Prefiero estar solo, alicaído,
A hacer de perrillo faldero.
Qué triste ser tu novio,
¡Me niego a decir el infame sonido!

Por sentir desde lejos
Tu cálida presencia, abrigo
Llenando todas las explanadas,
Todas mis madrugadas

Para que me alcances espina,
Ensartándome el corazón
Tan rico… Que ningún compromiso
Enfríe ésta erección

De nuestros nombres
Tan lejos y tan cerca,
Ya que tenemos los latidos
De una buena amistad, perfecta.



Sin título. (26)


No sé que maldita hora del día es la noche.
Cierro desnudo tu nombre ausente como cortina,
Que ahora me den la penumbra con derroche;
La aspiro aquí, no quise hacerlo en las cantinas.

De alabastro, tu bella piel es muralla
A mi inquietud de tu interior, me separa de ti.
Amo tus interiores fétidos, ¿cómo explicarte?
¿Decirte que quiero besar tus tripas, tu hez fútil?

Por que ambos somos sacos llenos de inmundicias,
Verdad que no puedes negarme ni a lágrimas.
Te amo por dentro, por fuera, ¡adiós pudicia!
Nuestro fin es la única verdad de nuestras almas.

¡No te atrevas a alabar ni un acto mío!
No te permito que me creas superior al insecto.
Déjame amarte, eyacular feroz mi pasión,
Clavarte sexo innatural al tocarte por dentro.

No me basta la piel de tu cuerpo,
Quiero todo lo de adentro.
No me basta tocar con la lengua tus dientes,
Quiero besar tu estómago y que me quemen tus ácidos.

No me basta hacerte el amor,
Quiero vivir a tu lado.
Bañarme, y que junto al espejo
Defeques todos tus pecados.
Que te despereces al día siguiente
Con chinguinas en los ojos,
Y que me des tu halitosis de amor
Sin remiendos de ninguna especie.



Sin título. (27)
A Marco y Leticia.


Memoria sin llenar te dice adiós,
Soledad, Castigo mío.
De ciudad son las venas,
Corazón acerado, mi Edificio.

Que al destino cierren los ojos
De tu exilio a medias, cáncer
De polvo, corazón frío,
A tientas recorres la ciudad

Circulando tierra por las venas,
Receptáculo disforme sin sentido
Más que la Canción Lunar
Que me compromete al Olvido.

Mi memoria sin llenar te dice adiós,
Refrán y canción, destino, amigo mío.
Al doblar la esquina
De polvo se cubra el estío.

En penumbras te espero
Con mil frascos para llenar
De palabras, sentimientos compactos
Que se pueden guardar

Entre las costillas.
¿Deberé arrancar el corazón?
¿Para que tengan cobijo
Tantas palabras sin oído,

Hasta dar la vuelta,
Regresar por ése camino
A viceversa del sentido
De éste mi exilio a medias?

Abriré ésas palabras,
Corazón, amigo mío.
Piedras, rocas como hebras
Del rebosante frasco saldrán llenas

Para hacerme fortaleza,
Nido sin espejos;
Sólo serán ventanas
A tu alma borracha de cervezas,

Cigarros y tu esposa buena.
A todas horas los pueda ver
Caminar de la mano
Hacer el amor y comer,

Y diré sus nombres bellos
De dignidad, orgullo y respeto.

Memoria sin llenar aún de recuerdos…
Somos como los mosqueteros,
Con un solo rey y señor:
Nuestra bella amistad.
Todos para uno,
Todos para el amor.

Por regresar de nuevo,
La ciudad sólo es camino
Cuesta abajo sin relevos,
¡Tan fácil es irte a visitar!
Pesado es levantar el sendero
Para retomar mi exilio a medias.

No importan los kilómetros
Si siento en mi pecho tu presencia
En plural de tres:

Tú, mi buen amigo,
Junto a tu esposa tan bella;
Mis manos hacen estrellas
Y puedo sonreír, ¡de veras!



Sin título. (28)


Qué espero del sol sino su tarde somñolienta,
Y de la tarde todo su viento marea
Para que esculpa mi cara perlada de ardor,
Me extinga mis aromas, todo mi sudor

Y me magree voluptuosa con luna de día.
Aún no abren sus ojos de farolas mi ciudad,
Por que la tarde es una herida
Que gotea solo luz.

Te multiplicas en mis retinas
Por tres: tarde, sol y viento; tan femenina,
Hembra que me besa el cuerpo
Y me jala los cabellos

Con doloroso placer.
Mi hora mágica, vivo, sueño, uno muerte y sol
Apretando entre mis dedos
Todas las infantes manecillas del viento

Para que silben al exterior
Todos mis alveolos tu canción;
Que al cerrar los ojos
Florezcan farolas que beban luz de sol.

Así, lates en mis retinas
Muy pequeñita, jamás extinguida
Y negándote a la obscuridad.

Mil tardes por toda la ciudad,
En cada habitación para que al cerrar los ojos
Brilles más tarde, más crepúsculo
Ahora, espinoso cardo, volátil corazón



Sin título. (29)

Se quiso levantar. No pudo. De plomo sus pies. Párpado cortina de hierro. No fue la flojera. Sinfuerzura. Manos ajenas a él. Piernas que se negaban a obedecer. La sábana no dijo nada. Inocentes. Almohada indiferente. Colchón que le dio la espalda.
-¡Maldito pájaro! ¡Ya estás cantando otra vez! Como te pesque, la vas a pasar muy mal…
El sueño era aparte. Controlable. Película que se puede remover. Fluctuaba entre el héroe y el pillo simple.
Se dejó llevar. Jugueteando. Despierto desganado furioso. Dormido capataz de su imaginación.
Perdió la certeza. Absurdo. Ojos contra espejo. De negro se viste la cambiante realidad.
Comenzó a gritar. Callado. Locura alma de piedra. Hoy el suelo puede ser cualquier pared.
Contradicción: Blando – Duro.
Áspero – Liso.
Vidrio – Cama.
Mullido – Mediodía.
Claridad – Sueño.
Quietud – Hiperactivo.
Así él ahora,
Grita sin escucharse para sus adentros.



Sin título. (30)


Las raíces de barro
Todo manos, son llenas
De esperanza, flor y poema.

Le rodea boca,
Beso sin llenar
De cariño, soledad y esperma.

Lo aprisiona cielo,
Sexo sin llenar
De amor, suciedad y culebras.

De barro es tu hacer.
De aberturas sin cuerpo tu beso,
Y tu sexo, degusto de culebras sin amor.

Así todo yo:
Llena la boca de poemas.
Rebosantes las manos de esperma
Y por sexo, culebras llenas de deseo,
Por que el pecho es de cristal.



Sin título. (31)


Mi sombrerito al cielo
Despega la luna sin sonido.
Los pájaros llenan la tarde
Haciendo rimas como incienso

Hacia el centro del hemisferio.
Marzo golpea la primavera
Con un calor de suelo.
Todos sus martillos huecos

No pueden dar calor a mis huesos
Que mañana a mañana mía
De una a seis horas
Tirita alma azul de cielo.

Con mi sombrerito al vuelo
Soy línea en movimiento
Queriéndome escabullir del sol,
De sus martillos sin roce cálido;
Sólo son quemante fuego vivo
Que no coce mi interior.

Cuelo sonrisas en chocolate
Que alumbra mis tripas,
Descorren cada esquina
De mi boca sin tu sabor.

A mi sombrerito le debo
Más camino, sombra,
Persona algo distinta
Que de ti me da valor.

No valdré un carro,
Pero tú no tienes
Más calidad que la palma
De mi sombrerito en la mañana.



Sin título. (32)


De viento es mi dedo.
Lengua táctil, terciopelo
Busca a su andar sin dirección.

Vagando como los ciegos,
Atravieso tu sal, sudor, cuerpo,
Apoyo mi bastón.

¡Es que no te das cuenta!
Corres desnuda en mi cuento.
De cabellos-nube es el cielo,
Madre del Viento.

Apóyate intranquila en mi centro.
Confundido entre los gatos,
Sólo te observo.

Sentada en el masculino monte,
Deja pasar la luz entre los versos.
Con cariño acaricia a todos los gatos,
¡Que yo no me muevo!



Sin título. (33)
A que no adivinas de quién estoy hablando…


Todas las flores son gotas, son veneno.
Analfabetos símbolos, signos del sol;
Nadie, sólo las rosas de la noche son.
Incienso su aroma, la obscuridad
Arroja su llanto sobre ellas rocío.

Debajo de su triste cielo, otoño,
Erguidas de manera confusa, oran.

Lágrimas, cutícula de fuego cubre
Éste otoño que se resbala libre.
Otrora primavera, desnuda piel,
Nostalgia, rosa abierta de espinas.

Yaceré eterno tallo entre ellas
Observando sus tristes ojos ausentes
Unidos al cielo sin sol. Hace frío.
No te tengo de rosal, sólo de veneno.
Gris, el tallo se seca entero al sol.




Sin título. (34)
Lo mismo. A que no adivinas a quién me refiero.


Hundido en el contenido cieno,
Estiércol es hoy mi húmedo ser.
Bestial, a mis adentros, aprieto dientes;
Escondido resbala el grito seco
Restando mis mandíbulas fuerza al eco.

Jardín paraíso tan eterno jamás fue.
Accidentado en su cerviz, descanso,
Intranquilo por traer al infierno
Respondiendo a mi saturno cuerpo.

Azar lo confunde, sentido de pared.
Gris ésta parte que es interior de mí.
Único, tan solo rodeándome por solo
Incólumes estatuas, de hueso su ser.
Laberinto de miserias, sólo tu voz
Abriendo canales hacia tu persona,
Recojo todas mis huellas por perderme

Hallando senderos, brechas en tu piel.
Estigma quemante dentro de mi dermis,
Rasguña tu misterio la epidermis
Negándome, abres llagas para mostrar
A mis ojos afligidos tus manos.
Negarás, lo sé bien, a mis huesos merced,
Desollándome por escapar de mí.
Esconderás entre las estatuas tu sonrisa,
Zarpazo que me hundirá de nuevo en el cieno.



Sin título. (35)
(Chale, siempre escribo lo mismo. Ya qué.)

Del camino, del ruido, se rompen mis costillas y al exterior sale.
Camino abierto de tripas hacia nada.
De rojo, vicio, son líneas del camino.
Ahora, silencio y ruido, ya soy uno, línea de asfalto.



Sin título. (36)


Espinita concentrada, de sol aterida,
Plenilunios, auroras cuelgan de tus raíces
Que sólo a veces se alimentan del concreto, ateridas
Tus tiernas espinas.
Semillita convertida en cardo
Que molesta al pie del amo
Y no lo deja mentir.
Niños puercoespín,
Niños chayote,
Abran sus espinas al sol,
Abran sus espinas a la noche,
Como fieros ocelotes
Defiendan su precario corazón
De todos los que permitimos
Su espinoso existir;
Que negamos que sean cachorros heridos
De todas las putas noches al cemento,
De todos los putos amaneceres con hambre,
De todas las putas miradas
Que hacen que de su esqueleto
Broten punzones que rasguen su piel,
Pero necesarios para proteger su ser
De todos los perros policías,
Amparados en su sucia legalidad.
De todos los perros pederastas,
Escudados detrás de su iglesia ramera.
De todos los perros asesinos,
Que existen sólo para saciar su instinto,
De todos los perros políticos,
Que ladran su corrupto estado de derecho,
De todos los perros ricos,
Que ofenden a Dios con su riqueza que hace nuevos pobres,
Y de todo el perro ambiente frío,
De toda nuestra perra indiferencia
¡Que los obliga a vivir en la calle!
¡A comer aire cuando todo va bien!

Perdón, niños puercoespín, niños chayote;
Abran sus espinas al sol, a la noche
Y sean como fieros ocelotes
Y defiendan como sea su precario corazón.



Sin título. (37)


Llevarte ése saco vacío
A sabiendas de que no estás.
Sólo en medio del azul,
De tarde veloz sin ti.

Gritas y abajo observo
Cómo te coge la Luna por todo el cielo…
Etéreo, y como no queriendo
Cierro mis ojos atado a lo que espero.

Viejo voy, saco lleno de nada…
Me calzo espuela en mi espíritu
Y si ando, me canso más
Del camino: carretera de azul piel.

Animal voy, saco vacío de instinto;
Cargado, tlacuache con tambache
Lleno hasta el cielo de vacío.

Pesa a los hombros más que punzón de Luna
Cogiéndote innatural aunque mujer seas,
Envolviéndote en nada satinada,
El espectro plata salpica hasta aquí
Toda su baba sagrada…

Gritas, y yo abajo observo
Todo lo Tierra que me estoy volviendo.
Y aunque no estoy satisfecho,
Río, río todo lo que no tengo.



Sin título. (38)
A cierta chaparrita gacha…


Recibí un pequeño corazón
Hecho de luna,
En una tarde bella
Con un sol de Verano casi Otoño,
Rompiendo las nubes
De mi siempre nublado corazón.

Ahora me alcanzas en edad
Y quisiera darte más que esto:
Un abrazo, un beso
Y desear tu felicidad.

Quisiera que, con nada más el alma,
Juntases los esparcidos trozos
Y vuelta relojera hábil, con mucha calma,
Pegaras tu pequeño corazón roto,

Más brillante que el pedazo de luna
Que me diste, luna de día,
Para que sorbas tu sonrisa
Y poco a poco eches a andar

Y camines entera otra vez.
Quisiera darte algo más valioso
Que tarde, luna y poema:
La cura de soledad y Desdén.

Pero no puedo dar más
Sino sólo mi sonrisa;
Gracias a ti tengo un corazón de plata,
Luna llena en medio de mi pecho

Y no puedo andar seco,
Voy colmado de canción
Gracias a ti, Pequeño Sol
Que me obliga a levantarme temprano
Aunque los días sean nublados…

Me igualas ya en edad
Y me hallo contento al tener una rosa
Tan menuda en el jardín de la amistad;
¡Tienes mucho cielo por conquistar!



Sin título. (39)
Uno más a la chaparrita ésa.


De tu tiempo sol
Contemplo mi cuerpo roto,
Saludos de gente que no existe
Me llenan de luna el corazón.

Sereno el ojo,
Se mueve sin dominio mío
Por que casa soy de hierros:
Mis costillas, tu castillo.

Te asomas desde adentro
De éstos despojos sin alma mía.
Todo lo ocupas con tus grandes ojos,
Me gusta que vagues adentro mío,

Por que desde éste otro mundo
Que hoy pueblo,
Todavía puedo, siento
Las cosquillas que me haces con tu saludo
Que desborda de sangre mi pecho.

Me gustaría declararte
Que me agradaría tomarte de la mano,
Si no estuviese tan muerto,
Ni con tanta muerte en mi sexo,
Y te diría que caramelas
Mi piel y mis deseos
Antes tan pálidos por mi estigma,
Mi alma vuelta a Corazón.

Decirte que me gustan tus ojos,
Declararte que me agrada tu tacto,
Que me siento vivo al abrazarte algo,
Y caminar,
Caramelando la tarde,
Pequeño, travieso sol.



Sin título. (40)
La conclusión a ésa chaparrita…


Decirte del tiempo que no te esperé.
Comentarte del alba que abría mis sueños,
Rogarte por el carrusel que te dejé.

Sentenciarte a todas las lunas llenas,
A esperarme calle tras calle,
A que me visites de esquina a esquina vacía.
Gracias. No hay por qué.
Son las tres de la mañana.

Y recargarme en las bardas, en mi edad.
Restregarme el sexo a través del pantalón
En todos los macabros tiraderos de la ciudad

Para decirte que no te esperé.
Que ni al alba esperé.
Que solo, me subí a jugar en un cabaret

Por que sabría que no vendrías,
Ni en toda mi noche, menos en mi mañana.
Tuve que jugar solo, trepado en el cabaret
Ya que los juguetes te los llevaste tú.

Y río por que sé que no me hallarás.
Estás ciega, no sabes que soy yo a quien buscas
Por todas las lunas llenas,
Caminando calle tras calle
Queriéndome espiar tras las esquinas
A deshoras de la madrugada.

Aquí estaré, a tu lado,
Como siempre, como hoy estoy,
Y como siempre, no me verás,
Te niegas, no me quieres ver.

Deseas a muchos otros,
Y te decepciona que sólo esté yo.
Te niegas, ¡no lo puedes creer!

Y seguirás corriendo calle tras calle,
Asomándote en cada una de las esquinas
En deshoras de la madrugada.

Pobrecita, qué carita tan hermosa llevas,
Tienes los ojos como lunas llenas,
Muy hermosos, lástima que estén ciegos y vacíos.
No te das cuenta que me cansé de esperar,
De correr junto a ti todas las calles de la ciudad
Buscando a alguien que no estará.

Por eso no te dije del tiempo que te esperé,
Ni comentaré del alba que abría mis sueños,
Y dejaré de rogar por el carrusel que te dejé.
Aquí estoy, sólo si me quieres ver.



Sin título. (41)


Descanso.
No es tiempo de durezas.
Tampoco me lamento.
Ni siquiera vivo.
¿Estás satisfecho?
No, no olvido.

Descanso.
Tumbado en mi cama
Un poco me toca morir.
No es Orfeo quien cierra mis ojos.
Quizá la muerte, florecido.

Descanso.
Muerte más que sueño.
Poco a poco, nada, duermo
Entre espinas, usos de calvario;
Gata entre piernas, latosa.
Muerde mi pluma, sueño.

Descanso.
No estoy hoy aquí.
Sólo éste cuerpo que a nadie sirve.
No vivo. Sólo sueño.
Para nadie estoy.
Muerto, soñando voy,
Tan solo,
Descanso.



Sin título. (42)


Saber de ti.
Gota a gota en mi estómago.
Pasan los minutos, uno a mil,
La luna de noche está llena.

Y por la ventana desierta
De cierto, el frío arde.
Me lloran los ojos, ingle atenta,
Silenciosa se alza
Para ensartar la madrugada
Por verte, maldita alba.

Y todo por saber de ti.
Mejor que estuvieras muerta,
Sería que fueras ésa puta enferma
Para pasar por ti,
Así
Como antes ésos mil,
Diez mil;

No curarías mi alma,
Quizá tampoco mi lujuria.
Sólo sería para vomitar todo mi odio,
Toda mi soledad
Dentro de tu podrida entrepierna
Y contribuir a podrirte más.

Ojalá fueras una puta lujuriosa
Para no sentirte tan lejos de mí,
Y que no me importase saber más de ti,
Sólo tener tu concha y tu culo.

Más que estar muerta,
Me gustaría que fueras una puta
Y no ése maldito trasero que amo:
Ése ano que escupe mierda
Y que con todo eso, me desprecia.

No quiero que mueras,
No.
Es muy bueno para ti eso,
Muy bondadoso fin.

Pero mi alma arde en deseos
De que puta permanezcas,
Que enferma de sida y herpes te conserves
Y yo pagaría todo por poseerte
Para que de tu sida y herpes me envenenes.
Quizá así tendríamos algo en común.



Sin título. (43)
A la Feber.


El alba de frío es espera,
Soledad no hay aquí,
Sólo allá, afuera de mi alma,
Donde el silencio claridad
No me deja dormir.

Levantado estoy y el acertijo
Es la luz con los colores fríos.
Combinan la calma
Con los ojos de mi gata
Que inquisitoria me observa.

Quizá sí haya amor en ésos ojos
Por que me ve dibujar, baja, me besa
Y tranquilo me siento, me asomo
Al cariño sincero
Que ése pequeño cuerpo encierra:
El amor de mi hija no humana.



Sin título. (44)


Por que, tal vez, soldando tu hielo
Nunca alcances la piedad de mi maldición.
Ixtlacolihuiqui es tu infeliz aliado…
En medio de tanta blanca piel
No te encuentro,
No tienes humanidad,
Es disfraz tu carnación.

La muerte no es en negro,
No.
Las llamas del infierno
Tienen tu color de hielo.



Sin título. (45)


Despacio, el miedo es brasa,
No espera, araña el cuello,
Escucho su risa en mi ventana.
Soy su prisionero, atento movimiento.

Me evade, muerde el cerebro,
Me congelo y no debo soñar
Esperando el día y un claro cielo,
No todo éste temor junto a mí.

Ciegos mis ojos.
Debo conservar la paz.
Pero, en el viento flotan,
Afuera rondan los demonios
Esperando su hora de entrar

Y comerse mi casa,
Apagar mis velas,
Arrojarme a la noche desierta;
Todos se han dormido,
Nadie volteará.

Cejo. No debo.
Espero…
Espero todo…
Quizá ataquen hoy,
Probablemente no se atreverán,
Ya que aquí vivo yo.

Seré valiente, no flaquearé.
Tengo mucho miedo, pero no desmayaré.
Es más,
Me pararé en la ventana y
¡Gritaré!
¡Aullaré!
¡Maullaré!
Con toda la fuerza de mi alma,
Con toda la energía de mi espíritu,
Apoyado en mis huesos,

Que resistiré.
¡No seré presa fácil!
Vivo voy, y así me conservaré
Todo mi tiempo natural…
La noche no podrá conmigo.



Sin título. (46)


Aunque dure cien años,
La noche no podrá conmigo.
¿Qué es noche?
¿Qué substancia tiene?

Ojo:
Noche es Miedo, Obesidad, Tedio.
No te encuentro, no sé si te hallaré.
Noche también es Escribir Esto:
Tumbo mis anhelos, colores de papel
En papel.

Está hecha con mis sueños,
Tu silueta desnuda en la cama.
Mi deseo erguido, enfermo de sexo.
Te quiero abajo mío, encima mío,
Me arde el glande por toda la extensión del cielo
Y me muevo en círculos concéntricos
Clavado en tu imaginario espectro.

Estuve a punto de enamorarme, y no pude.
No dejé que ocurriera.
Mi instinto paraliza mi entrepierna,
Tania, Carmen, como te llames.
Deseaba estar en medio de tus piernas,
Deseaba tanto que me quisieras,
Que me rescataras de mí…
Que gritaba para que me descubrieras,
Que me arrancaras de Alejandra,
Dulce, Asesino Corazón.
Ana, Tania, Carmen, Indira, Norma, Araceli,
En serio, no sé cómo te llames;
Yo te quise amar y no pude.
Quería que bastase el silencio,
Que no tuviésemos que decir más que “hola”
Para que me vieses a los ojos,
Para que estuviésemos en nuestros sueños
Y romper el espacio de nuestros secretos
Abrazados aquí, allá, acompañados, a solas,
Que juntos asesináramos a Soledad.

Deseaba tanto amarte,
¡Te lo juro! ¡Es la verdad!

De esto es la noche,
De estos elementos
Están hechos cada uno de sus cabellos.
De todo esto está hecha su piel, su sexo.
No tiene espíritu.
Tiene despedidas
Y toda tu ausencia…
¡Tan extensa es toda ella!
Obscura como el instante sin ti, mujer.
No conozco tu nombre, ya ves
Cómo he gastado esperma sin ti.

Me he vaciado en ella.
Sin rostro.
Sin placer.
Más una obligación.
Más una necesidad,
Pero no un placer.

De esto es la noche, créeme…
Yo te quise amar y no pude.



Sin título. (47)


Del silencio recojo los despojos de aquí,
Espinas son las flamas del averno.
En medio de éste espejo, voy a ti.

La catedral es un barco,
La ciudad es el mar.
Todos los demonios en ella
Trafican muerte por acá.

Mírame:
De tu persona, mis ojos están secos,
Destilan fuego en lugar de lágrimas:
Son las espinas de éste infierno
Donde tu cuerpo es su suelo.
¡Qué horror!
En mis ojos llevo tus senos.

Del silencio yo
Y también el secreto.
El Silencio es Secreto
Y del Silencio soy yo.



Sin título. (48)
Al Nalgo y al Pato.


Decirte quiero, tarde, amigo,
Con el viento cargando mis palabras;
Parado en medio del día, contigo
El tiempo pasa, luna de día:

Que en medio del camino
El Sol está conmigo.
Mi querido,
Dulce,
Amable amigo.



Sin título. (49)


Amo a tantas mujeres
Para los seres humanos.
Si soy sincero
Para con el silencio,
Diré que sólo me atraen.
Diré también que las quiero mucho
Pero no las amo.
No se lo merecen,
Así me han tratado.
Digo que las amo
Sólo para que no piensen que soy raro,
Por que no lo soy.
Aquí entre nos,
Confesaré a ésta hoja
Que, si me dieran a escoger,
Yo pediría una mujer de papel,
Adornada con tantas cualidades:

- Que se parezca a Gadi.
- Que tenga los ojos de Bulma.
- Práctica como Sheetara.
- Hogareña como Vilma.
- Loca como Dot.
- Cachondísima como Betty Bop.
- Simpática como Babsy.
- Sabrosota como Druuna.
- Hermosa como Valentina.
- Tierna como Candy.
- Política como Mafalda.
- Mágica como Hikaru.
- Existencial como Buba.
- Inteligente como Lisa.
- Intrépida como Sonia La Roja.
- Nocturna como Sol.
- Cándida como Solagne.
- Ingeniosa como Acerina.
- Divina como Belldandy.
- Revolucionaria como Borola.
- Tonta como Usagui…

No es que desprecie a la mujer real.
Es sólo que a mi mujer ideal
Le pondría tanto papel
Que dejaría de ser de verdad.




Sin título. (50)


Nerviosas mis pupilas
Se alzan hacia el Sol.
Tiro y recojo vida, muerte,
Para poder ser indiferente:
Atísbame mirando la tarde sin ti.

Mi gesto altivo hacia el azul,
Dientes duros; que no falte ni uno.
Mi nariz pequeña corta al viento añil.
Todo me da igual, indiferente,
Toda la tarde se vuelve mía sin ti.

Mis manos saben pintar,
Dibujan mil figuras
En donde tú no cabes.
Mis ojos están entrenados ya,
Pueden ver de frente ésta tarde en la que no estás.

Mis pies son libres de andar
Firmes, por donde quieran.
El polvo del camino es mío,
Dueño soy de ésta tierra de aceras
Y tú, Bendito Dios, no te aparecerás.

Mis cabellos al viento,
Vuelvo poco a poco a mi exterior.
Atísbame cómo he resistido,
Atisba mi piel de cemento,
Mi alma de hierro fundido;
¡Puedo ser indiferente!
¡Puedo vencer a mil mujeres como tú!
Y salgo a la calle
Con mi espinosa coraza sobre los hombros.



Sin título. (51)


De azul soledad
De azul corazón
De azul universo,
Ciudad de neón.

Corro, no asisto más.
Cierro mis costillas
Para romper ésta soledad;

Siento vidrio adentro.
Acaríciame, uña de mujer…
No resiste la razón:
En tu mano mi corazón.

De un ser no mío
Soy el Inverso Yo.
Me expando tanto
Y el cielo es mi prisión.

Me hallo en una banqueta.
No siento de qué pueda hablar.
He dicho tanto a la ciudad
Que mi ser no te espera.

Tanto azul hay en tu cuerpo
Como la gracia del amanecer.
Como él, eres extensa,
Tan gigante, que no me ves.



Sin título. (52)


Sueño de espinas,
Anaranjado, suave y lerdo lecho;
Sudar sangre, lascivia,
Me ofrezco para beberte el sexo.

Desde párpados cerrados me observas
Cómo devoro tu rojo deseo;
Mar de piernas y sábanas me enerva, me traga
Al lamer la sal de tu arena.

Cielo de inversas espinas,
Yo no obtengo recompensas
Por refugiar mi lengua en tu cueva
Para beberme tu marina.

Todo está bien.
Sólo tomaría tu cintura
Para dejarme llevar en el bajel
Y atravesar éste agitado mar.



Sin título. (53)


Pienso un poco al menos
Y al estar seco como estoy,
Me involucro, inmerso al cielo,
Cuenco caliente, no sé si voy

Seco
Solo
Sanguiñolento.

Me estoy sentando en las piedras
Me estoy comiendo a puños la tierra
Estoy absorbiendo el sol por la espalda
Me estoy volviendo un poco de nada.

Pienso un poco al menos
Sintiéndome seco como voy,
Arrastrándome carbón por éste sendero.
Estoy tan lejos de tu corazón.

Seco
Solo
Sanguiñolento.

Sostengo en mis manos mi corazón
Para acercarlo a tu corazón;
Late, y como si no fuera mío
Veo sus venas como ramas, raíces
Aferrándose a mi interior.

Parece un cuerpo ajeno,
Una lagartija que corre nerviosa,
Un pájaro atrapado en una enredadera,
Independiente de la roca que soy yo,
De éste granito amor
Arrojado al lado del camino.

Seco
Solo
Sanguiñolento.

Hablo, únicamente puedo hablar aquí
Sin más oídos que los míos.
El puto sol degradándome,
Comiéndome mi rojo, me convierte en añil
De tanto estar aquí en el camino, sin ti.



Sin título. (54)


Camino del tiempo, el temblor de piernas
Sostiene al corazón armado sin ti.
Viajo, y es el cuerpo articulado
Un instrumento que escurre música,
Que pinta con mis costillas, carreteras.

Ve, esqueleto, movido por el viento
A plantar sonido de solitario son;
Metro a metro, el camino es tu canción.
No hay raíz que alimente, que quiera
Ni oración que salve tu alma en pena,
Mi errante, aterido y solitario corazón.



Sin título. (55)


Sueño.
Desangro mis manos
Comiendo con desgano
Los adobes de éste duelo.

Sueño.
He cerrado las ventanas desde dentro,
Me he cobijado desde el centro
Con todo el clausurado aliento
Que cargo en mis pulmones enfermos.

Sueño.
No levanto mi rostro
Por que sólo soy un pobre moustruo
Que llueve, ojo entorno;
Se deshace y se hace gordo
Por simple deformidad.

Sueño.
No quiero despertar
De éste triste embeleso,
Si no tengo musas a quién amar
Aunque ellas no me amen, espero,
Ahogado en éste mar de tedio,
Sueño.



Sin título. (56)


Tirando hasta adentro;
El viento me jala los cabellos
Y me lleva al centro
De éste universo.

Ahora existo sin vivir.
Ahora existo sin
Ahora existo

El cariño de ellas
Bebe mi sangre, se alimenta de mí.
Mis dientes han huido,
Corren hasta mis heridas

Y forman boca,
Mordiéndose ellas mismas.

Me comen, me tragan
Creciendo y haciéndome crecer.
Mis musas son heridas
Amándome sin quererme.
Gracias por nada.



Sin título. (57)


Despierto al alba estoy
Soñándome descalzo, hoy
Camino entre serpientes,
Me vuelvo estatua de sal.

Yo era José Galicia ahí,
En medio de las banquetas
De una ciudad que no quería
Morir con certeza de mí.

Sombras en el Adoquín.
Sombras en el Adoquín.
Camino descalzo, busco
Obscuro Corazón, deseo
Cairel de mi Desaire.

Como serpientes deslizan
Corazón a mi corazón.
Soy José Galicia, vago
Por las Sombras en el Adoquín .



Sin título. (58)
Uno más para Pita.


Escucho y respiro hoy
Un nombre, una dirección
Que no encontraba ayer,
Un olor a mujer sin faz.

Pero tu calle ya no mía
Me enterraba espinas
Sin eco de mi fiel soledad
Que ahora es tu nombre: Indira.

Caminé el otro día, sí,
Por tu calle tan amplia;
Deseaba verte y hablar
Pero un frío de roca
Me dijo “aquí no vive ya”.



Sin título. (59)
¿Cómo? ¿Otro más para Pita? ¡Clarinete! Se lo merece.


Te debo tanto
Pero te dí tan poco.
Hoy, las palabras de amor
Que no te dije ayer:

“Es que mi puerta un día
Se cerró para un ayer.
Quería que la distancia
No opacara tu sonrisa
Y que ésta tarde fría
No fuese obstáculo
Para decirte: Amada Mía,
¡Cuánto tiempo sin verte!”

Ó

“Mi pecho ardiente silba
Tu nombre noche y día.
No puedo más,
El corazón vibra
Con tu nombre, Pita.”

Ó

“Tu mirada era rocío apenas
Mientras mi madrugada
Conversaba soliloquios contigo.
Mis sábanas yacen negras
De tanto esperarte, vacío.
Quiero tu alma
Para calentar
Todos los inviernos contigo…”

Ó

Muchas rimas más,
Pero serían huecas.
No pensaría en justificarme,
Aunque de hecho lo haga;
Era muy joven, primerizo,
Y el saber de tu amor
Produjo en mí calosfríos.
No supe qué decir
Y solo te dí dolor…

Sólo soy un soñador
Que paga caro ése descuido:
Llevar en el pecho una maldición.
Mi alma sin amor.

Mentiría si te digo que te amé.
Mentiría si te digo “mi amor”
Pero te debo una disculpa,
Perdóname por el dolor
Que mi joven pecho
Entonces te ocasionó.
Sólo tú puedes redimirme
Y romper ésta maldición.

Pita,
Quiero, te quiero de amiga,
Pita, perdóname por favor.



Sin título. (60)
¡Ah! La saga de la Sailor Moon…


La luna corre al vacío de mi centro,
Yo y el cielo,
¡Qué tristísima ilusión!
Por que desde aquí,
En medio de mis ojos
El amor no cabe;
Se escurre el corazón y lo escupo…
¡La luna en medio del cielo!
La he arrojado yo.

Tú eres la luna
Y el cielo mi pecho.
No te conozco
Y no me ves,
Tan soberbia de mi duelo
Con tu belleza eclipsas mi ser.

¡Creo en éste romance insatisfecho!
Diamante de agua en el pecho;
Sé que eres dulce,
Pero no te puedo beber.
Tú vas tan solo
En pos del día
Y del sol quieres verte vestida
¡Y no reparas que soy yo
El que sostiene tu figura!

Brillas de amor.
Caminas dentro de mí
Buscando un sol que nunca te verá.
Si no fueses tan engreída
Verías cuánto te amo.
Que eres mi corazón de plata
Como luz de mi obscuridad.



Sin título. (61)
Realmente estaba chida la saga de Sailor Moon.


Eres la plata de mi embeleso,
Pluma aérea en movimiento.
Cúbreme de soledad,
Rocío amargo de ésta ciudad

Y condena la fantasía
Como si fuese mi alma;
No tendrás piedad del día
Por que lo comerás entre tus llamas

Que son dibujo, pincel de luna.

Amor que no conozco.
Eres compañía, bravura,
Tierna y delgada
Como onda del agua
Que corre por tus mejillas.
Te doblas a la tempestad
Con silueta de niña
Que anhela ser mujer
Fuerte de pechos generosos;
Amamántame de tu sangre
Hecha tan solo de tinta
Y envenena mi fantasía
En tu infantil burdel
Que se halla en tu soledad
De animación, historieta…



Sin título. (62)
Otro para la Sailor Moon…


Me enamoro de tus piernas de niña,
De tu infancia desvalida
Ante el disfraz de superhéroe
Que te vuelve mujer de venganza:

Sal, salva al mundo
Y vuelve a mi mente.
Hazme tuyo,
Toma mi corazón

Y fúndelo al papel del que eres.
Serena. Fantasma lunar
Que flota de la escuela
A la calle desalmada,

Se roban mi energía
Y apareces en el nombre de la luna
Para darme un beso de niña
En mi frente lujuriosa,

Esposa e hija,
Fantasma de papel.
Amo tus piernas de niña,
Deseo ser de tinta china
Para hacerte el amor
De la página uno a la cien.

Eres la silueta de mi embeleso,
Princesa lunar que flota en el cielo.
Se acaba la tarde y te extraño
Delgada e ingenua, más bien tonta,

Pero así te quiero,
Con tu gata parlanchina
Que me ronronea tus secretos de
Estudiante de secundaria.

Pasan los días
Pero a las seis te veo
Salvando el mundo de mis sueños
Con tus campeonas amigas.

Cada tarde veo,
Cada tarde deseo,
Cada tarde a tu piel de tinta,
Mi universo ideal.

Eres como un reflejo,
Onda que atraviesa el agua
De mis dolorosas retinas,
Luna de mi deseo,
Tan cándida,
Imposiblemente mía;
Serena, Princesa Lunar.



Sin título. (63)


Después de éste tiempo
Que llevamos sin querer
Te veo,
Imagen en medio del cielo:
Ojo de plata que mira
Mi concreto piel…

Estoy solo
Parado en medio
De ésta ciudad de muertos.

¡Clava ésos putos garfios
En mi piel de concreto!
Tus pestañas de niña.
¡Inunda ésta explanada
Con tu luz plateada!
Lágrimas de luna…
¡Y ARRÁNCALO TODO!
¡DESGÁRRALO YA!
Y fíjate adentro y dime,
¿Qué ves?



Sin título. (64)


Saltan de silueta en silueta
Corriendo la noche a esquinas;
Se apresuran, aquí han de llegar.
Nadie como tú,
Sombra de luz lunar.

Envuelves mi ciudad de azul,
Acuática,
Llena de lágrimas la explanada
Donde se paran tantas estatuas
Para vernos hacer el amor,

Lágrimas de luna,
Tu llanto es mi soledad.
Lágrimas de luna,
Tierno romance de ciudad.

Soy monolito azteca
Y tú papirola japonesa,
Sucumbes, eres mía
Unidos en las horas nocturnas

Cuando no hay conciencia que nos vea.
Sólo somos dos sombras más
Amparados en el cénit lunar,
Cielo de mi imaginación.



Sin título. (65)
¡Otro para Pita!


Te veo de luna el cabello,
Te pienso de acero el pecho
Rodeada de mil gatos fieros;

Ojos de trueno habitan en ti.
Poemas del silencio son espinas
Y de reflejo tu presencia aquí.

Es tan triste mi visión, tuya.
Soy estatua de nada,
Enorme monumento seco, tu furia.

Aunque no estés a mi lado
Siento tu mirada de infierno
En medio de la noche de tu ausencia.

Tus ilusiones son de concreto,
Se hicieron cuchillos eternos
Que me tocan cada herida.

Eres mujer pedestal,
Símbolo de olvido sin perdón;
Eres la musa, la amiga, Indira,

Representas toda mi noche sin calor.
Eres la primera, única tempestad,
Cielo invernal y luna llena

Que se acercó a mi corazón.
Valiente, soldadera del dolor,
Blandías espadas de ilusiones huecas

Que estallaban en mi mente
Como los pasos de mil gentes,
Pero en ése milagro de ayer

Me apodaban Normandía,
Pero igual luchaba tu alarid
Para llevar a cabo el Día D.

¡Te rompí tantos sables ése día!
Tantos, que bajaste tus ballestas
Y volviste tus ojos fríos, amiga…

Eres la única que se ha acercado,
Valiente y poderosa,
Como un Guerrero Alado.

Hoy te veo de luna el reflejo
Y tus gatos fieros pufean el verso
Con que cincelo tu presencia.

¿Sabes? Escucho las canciones de ayer
Sintiéndome muy mal, y al tiempo bien.
¿Cómo explicar sin ofenderte? No lo sé…



Sin título. (66)
¡Ijajayyy! ¡Soy Tuxedo Mask!


El camino de tu inocencia
Está cubierto de flores rojas.
Tu cuerpo en adolescencia,
Yo frío en el desierto de las Rosas.

Mira al cielo, a tu antigua casa
Y recuérdame, celador de tu morada;
Mi espada a tu servicio,
Reina y Señora de Plata.

Muertos éramos en ése tiempo
De luces apagadas.
Muerto te amaba,
Anhelando tu reencarnación extraña.

Serena, mirabas mi tierra
Cubierta de hojas ajadas.
Reencarna…
Reencarna…

Mira éste incendio,
Mi pasión te llama.

Éste camino hacia mi infancia
Lo cubres de rosas rojas.
Todo éste tiempo amándote
No me separa del recuerdo de tu cara,

Tu rostro de niña,
Tu corazón en flamas…
No mueras en vano,
Mi alma te reclama.

Mira al cielo,
A tu antigua morada.
La luna en el centro:
El estigma de tu alma

Y ven, ilumina mi Tierra
Con toda la fuerza de tu aura.
Serena,
Mi Princesa Lunar.



Sin título. (67)

Grito en éste puente de Plata
Mientras tu sonrisa se pierde
Por toda la gris muerte
Que se apodera de tu alma.

Vuelve…
¡Vive, Corazón Mío!

Que todo el polvo del cosmos
No halle morada en tu casa…
Aún muertos yo te amo,
Espero ésta alborada

Para que la Luna
Entre por la ventana.

Amanecer Lunar.
Reencarna hoy…
Reencarna,
Que yo te espero en el puente de plata.

Mil años, los que hagan falta,
Grano a grano de Luz de Luna
Pego a besos los muros de nuestra casa,

Gritando a ése océano de la Nada,
Reclamando a las Estrellas tu Alma…
Yo te espero en el puente de Plata.

¡Derrota a ése vacío del Infinito!
Y reencarna
En mi princesa de celeste agua…
Mil años, los que hagan falta,
Yo te espero, clavado a la orilla de la Nada.



Sin título. (68)


Ésa luz de plata
Envuelve toda la madrugada,
Princesa heroína de nuevo.
Soledad te condena a éste sendero.

Ésa luz fragmentada
Clava sus navajas de hielo
En tu niñez adolescencia,
Te tasajea en el lecho

Y mueres para el amanecer
En estudiante de nuevo.
Día tan común, de fuego
Marca tu piel hasta los huesos,

Pero cuando cae el sol,
Herido de plata,
Corres a mi encuentro,
¡Princesa al viento!

Por que en mi tumba espero
A que me ames en silencio
Con toda la plata de tu beso
Y pidas a Dios

Mi reencarnación en mancebo
Para amarte con piel y ruegos
Todo nuestro tiempo
Hasta que la muerte nos llame de nuevo.



Sin título. (69)
Uno más con el mismo tema.


Camina mi ser en carne,
No desea estar así.
Anhelo la noche,
Al plenilunio soy de carmín,

En espera
De la luna llena
Para volverme historieta
Y compartir ésta aventura
Con mi mujer ideal.

Ciclos Carne-Papel,
Noche-Día.
Así, sólo la toco de obscuridad,
De luz, jamás.

¡Creo en las hadas
Y los duendes!
¡Creo en fantasía demente!
Maldición marcada

En los resquicios del alma
En espera
De la luna llena
Para volverme historieta
Y compartir ésta aventura
Contigo, mi Princesa de la Luna.



Sin título. (70)
Ya, es el último de la serie. ¿Apoco no
era cachondísima la Sailor Moon?



Escúchame por favor.
Solo una vez más.
No sé si podré volver
A platicarte al oído

De la locura que me llena
Como el sol al amanecer:

Que por mi calle vacía de seres reales
Veo tu silueta,
Veo las sombras de tus bellas compañeras
Veloces a deshacer entuertos
Y salvar a éste mundo puerco
De un destino aún peor.

Entonces me siento afuera,
En el frío de las escaleras,
Infinitamente triste.

Mira la luna.
Sé que ahí vives,
De donde bajas a ratos
Con espada justiciera, lunar.

Entras a mi cuarto mental,
Te abrazo y me cubres como un ángel.
Estoy loco por tocarte de luna,
Por tocarte sin ser real.
Eres… diferente a cualquier mujer.
Mejor.
Mejor que cualquier mujer real.



Sin título. (71)


En el día desaparecen las manos
Y en la claridad del cuarto
Los ojos de hielo pintan
Sus cuatro paredes de blanco;
Los pies de éste santo
Sí que se aferran al suelo
Para que una oración al menos
Digan a ésta alma sin esquinas.

Duermo…
Duermo…
Duermo…

El tiempo que tengo de sueño eterno.

Me despertaré a tu voz de niña,
Mis ojos no buscarán más la noche
Por salir de mi tumba florecida;
Ése día reverdeceré entre los árboles,
Se harán carmín mi piel, mi rostro
Y en medio de la alameda pareceré otro.

Despierto…
Despierto…
Despierto…

A tu canto de pájaro, centro del universo.

No sentiré más vida que la tuya,
Ésa vida será a mi oído versos
Y mis retinas seguirán tu faro, ¡aluza!
Aluza ésta reencarnación mía,
Ya que te alcanzaré mis manos de flores henchidas.
Las estrellas protegerán nuestras vidas,
Seremos los únicos seres con risa.

Canta…
Canta…
Canta…

Por que al fin n os hallamos juntos,
Por que vencimos con nuestros recuerdos
A aquel mar de soledad, silencio
Que fue nuestra muerte por milenios.

Las estrellas mil protegían mi amor.
Mi cuerpo se pudre, volverá a nacer;
Al final nos encontraremos tú y yo,
Por eso

Despierta…
Despierta…
Despierta…

De toda tu pétrea muerte
Para que, al revivir tú
Sea otra vez mi mente.

Vendrás a mi tumba
Y cantarás sobre mi lápida
Ésa canción que hace mil años no se escucha,
Verás mis flores,
-nacen de mí-
Toda la hierba viene de mi ser.

Son la señal que dice:
“Te espero”
Para que no tardes, corazón.



A manera de explicación:

Bien. Éstos fueron los años que siguieron. Me dediqué a hacer rimas con ahínco, buscando la forma y el contenido; es verdad que uno habla – y escribe – de las cosas que ha vivido, y lo confieso: soy muy reiterativo, pero son las cosas que me interesaban. Hice muchos, tantos que no me cabrían en cerca de mil hojas por los dos lados, pero uno tiene que hacerla de pepenador, y fortalecer su autocrítica, al agarrar las cosas que uno escribe y desmenuzarlas como si fuese el pollo para las enchiladas; dejé lo que considero lo mejor, lo que quiero enseñar y que no me avergüenza, y lo que puedo defender del terrible fuego de la crítica, por que no soy literato. Mi defensa sería que los hice con el corazón, y por que sí. Aunque en los terrenos de la crítica de arte ése argumento sólo sirva para reírse. En todo caso, tengo entendido que Beethoven decía que a los críticos de arte no hay que hacerles caso, ya que están inflados de su propia vanidad y engrasados por dineros que no siempre son santos. En todo caso, la única crítica aceptable sería la que se hace del mismo modo con que se escribe: con el corazón y con sinceridad, y no con ridiculeces –para mí- como “estilos, forma, métrica y ritmo, compenetración con el momento histórico”, cosas que los no literatos siempre pasamos por alto, por que no estudiamos para ser críticos, aunque siempre estemos sumergidos en el mar del lenguaje, y lo usamos, por que también es nuestro.
En fin. No sé si conseguí un par de rimas que valgan la pena, eso se los dejo a ustedes; de todas maneras uno ama a sus hijos y éstas rimas que dejo, así como las que no pasaron mi propia vanidad, las sigo queriendo, y me siguen gustando, ya que uno al vivir deja un camino, y desechar olímpicamente las cosas que uno hace, es como ir caminando de espaldas con una goma borrando ésa línea que uno va dibujando con tanto trabajo y esfuerzo. Como podrán haberse dado cuenta, ninguno tiene título, y la numeración es arbitraria.
Al final de estos años, dejé de escribir. Como que me quedé vacío, y ya no pude hacer nada, sino hasta hace muy poco tiempo, por el 2006 con el proyecto “Hadas”, un proyecto que llevo tejiéndolo en mi mente desde que iba a la secundaria, y que por una causa o por otra, no había podido salir. Hoy, me siento un poco maduro, con más cultura general y con buenos cimientos como para emprender ésa titánica labor que espero pueda convertirse en una bella historieta, una novela gráfica enorme que ya lleva como catorce capítulos, entre el cuerpo formal de la obra y los “spin-offs”, y que proyecto serán como veinte en total; y lo alterno con otro proyecto, “Los Sueños”, y son las historias con que sueña un hombre que va a su trabajo en el transporte público. Ya lleva dos entregas con “Alas de Asfalto” y “La Japonesa” que dentro de poco publicaré.
Ya no he podido hacer versos. Lo poquito que he hecho, no vale mucho la pena, salvo un par de cosas que espero mostrarles después. Y es que algo se quebró dentro de mí, -en buen plan- o será que ya no me he enamorado, y para hacer poesía, uno tiene que ver al mundo con ojos de amor. Así que me he dedicado a la prosa, y a los pocos intentos de versificar, un buen amigo mío, sincero hasta la muerte, el infeliz, el desdichado perro del mal, ¡cane!, me dijo que había regresado a la secundaria. Y luego me remata diciéndome “vuelve a tus pincelitos”. Ya ni modo. Es el precio que uno tiene que pagar por dejar de hacer éstas cosas, ya que es como volver a aprender a caminar: paso a pasito, cayendo y levantando como buen borracho, pero algún día volveré a sacar la bicicleta…




Heber Jair Aguilar Hernández “Gato Jazz.”
Real de Tultepec, a 21 de Noviembre de 2008


viernes, 28 de noviembre de 2008

Pintura de Caballote: "El Cielo" y "El Infierno".




Ya estamos aquí de nuevo. Lo siguiente que quiero presentaros es un díptico hecho en un par de charolas para pastel, que casualmente cayeron en mis manos. Como los pasteles ya los venden con todo y charola, me dije "¿para qué desperdiciar dos soportes tan excelentes en algo que, de todas maneras va a hacerse popó?" Y el tema... Me encanta éste tema. La mujer, la bruja, la zorra, que nos envenena el alma, que no sabe dar nada más que "la sombra que en la tarde da una pared, y el vino que me ayuda a olvidar mi sed. ¿Qué más puede ofrecer una mujer?" como diría mi gurú personal, el Serrat. Y ahí vá uno de terco y de necio, tratando de estar con ellas. Nos gusta jugar con fuego, ésa es la verdad. Las buscamos, a sabiendas de que vamos a salir quemados como las insignificantes polillas que somos los hombres ante la flama viva que es un cuerpo de mujer, ante el crisol que es su intelecto, y la espada de fuego que nos impide el paso al edén que es su alma. Los pechos, donde está el corazón, según dicen los entendidos, tiene que ser algo celestial, y así se llama la primera parte del díptico: "El Cielo", en contraposición directa con el gustoso infierno en que quisiéramos arder, sumergirnos gozosos y perecer calcinados... Éso es "El Infierno". Espero que les gusten.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Pintura de Caballote: Sin título y Flores para mi Madre: Feber y Sebastían.




Bueno, el primer cuadro no tiene título, y no es otro fin que el de experimentar, pero lo guardo por que mucha gente me ha dicho que les gusta, y que si no se los vendo. Yo les digo, "¡¿pero cómo crees, no te voy a vender un mero ejercicio...?!" Así como ven. El otro sí es serio, se llama "Flores para mi madre: Feber y Sebastían" y en cambio me han dicho de éste cuadro que es muy "Kish". No me importa si es éso o no. En realidad traté de hacerle a mi madre unos girasoles y le puse a mis dos mascotas que he querido más: La Feber, que era una gata malgeniuda y arisca, y a la que un amigo de la carrera pensó siempre ingenuamente que era una niña de verdad que había adoptado. Nunca le quise decir la verdad, por supuesto, ya que rompería ése aire benefactor que él se encargó de propalar, y el otro micho, el güero, no es otro que el Gran Sebastián. Ese gato era especial. Mi amigo Colbert se lo llevó a mi madre siendo un cachorrito con un enorme moño de papel de baño en el cuello, y se quedó para siempre. Es decir, uno sí que extraña a ése gato. Era valiente, no temía enfrentarse a un rotweiller de 80 kilos, discutía con mi madre cuando se iba de juerga, con las orejas hacia atrás y maullándole respuestas ante las cosas que mi madre le decía; respondía prontamente cuando uno le gritaba "Sebastían, Luz mató a sus hijos" y era un gran ratonero. Se ganó el respeto de las viejas del edificio cuando mató a una enorme rata, más conejo y casi de su tamaño, él solo. Ya nadie se quejó después de los orines y de las serenatas. En contraste de mi pobre Feber, que su única gracia era hacer monerías y corretear perrillos toda esponjada y pufeándoles ferozmente. Tengo unos dibujos de ella haciendo éso, nomás que los escanee los publico. Como a mí, a ella el amor la traicionó e hizo que bajara la guardia, siendo asesinada por un méndigo perro. Tenía yo mucho coraje, e intenté matar a todos los perros de la colonia, pero mi madre me reconvino y me hizo volver de mi iracunda furia. Y de ahí éste cuadro. Para terminar, diré que a Sebastían le arrebató la vida un ciego e inconsiente conductor en la Avenida Chapultepec. Desde entonces no me gustan mucho los coches, y utilizo nada más el transporte público. Neta, como que nadie merecería tener carro. a no ser que pasara un estricto exámen psicológico.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Pintura de Caballote: Adiós Rufino y Autoexorcismo.




¡Finalmente! ¡Albricias! ¡Aleluya! El primer cuadro se llama "Autoexorcismo", mi autorretrato y fué el primer cuadro que hice en la carrera. Hasta éste momento las cosas que pintaba eran meros juegos. Ahora la cosa se puso seria, ahora pintaba con ganas de vivir de ello. Y no sólo éso. Ahora tenía que pensar como pintor, es decir, concentrarme no sólo en los temas, sino en los "problemas plásticos" que implica cada cuadro. Vaya oración, ¿verdad? Traté de representar mis estados bipolares (todavía no se hacía público ése terminajo)unidos a una base terrosa que es mi alma campesina... Já já já...Ahí vamos, ahí vamos de nuevo. El segundo, es un pequeñísimo homenaje a uno de los pintores más grandes y universales que ha dado nuestra nopalera tierra. Es decir, sería, para mí, el equivalente de Juan Rulfo, pero en pintura: ¡Rufino Tamayo! Así se llama: "Adiós Rufino" y aquí experimenté con celulosa y trigo para dar las texturas. En serio, si nosotros los mexicanos fuéramos un imperio dominante como España, como Estamos Sumidos, no se diría "Picasso", "Pollock", se diría "Tamayo" en primer lugar, aunque me tachen de chowvinista (changos, se oye a raza de perro. Persa azul, es mejor) y el Museo Nacional de Arte sería como el Escorial o el Metropolitan Museum of New York. Ésa manía que no entiendo de las potencias de aislarse del mundo y decir "rock" y "música del mundo", como si no viviesen también en ésta buena Tierra.