viernes, 19 de noviembre de 2010

Histerieta: La “Noche Maldita” 2da Entrega.

¡Mis estimados! ¡Mis hermosas camaradas! ¿Cómo les pinta éste Noviembre? Reciban un afectuoso y ronroneador saludo desde éstas agrestes montañas del centro del país de los Nopales. Parece ser que éste Cojín ha sido visto hasta por algún aguerrido bolchevique de las estepas de la Gran Madre Rusia. ¿Le entenderán al español? Esperemos que los traductores de Google puedan transcribir todo éste jolgorio peludo y pufeador que tenemos aquí. ¡Un saludo para ellos! ¡Vodka!

Que más tenemos… Pues nada, camaradas. Me acabo de enterar con gusto y pesar que la editorial Jus hizo un concurso de Novela Gráfica. Con pesar, por que éste gato no se enteró a tiempo para participar; creo que “El Ángel Azul” podría haber merecido una mención horrorífica. Y también con mucho gusto, por que parece que al fin, ¡al fin! las editoriales nacionales (aunque algunas sean apéndices de editoriales gringas y españolas) ¡al fin! le hagan un huequito a la historieta, y que vean que también es un producto rentable, ya que a los moneros siempre nos hacen el feo todos. Y al decir todos, me refiero a editoriales, a periódicos, revistas, críticos y demás fauna que vive de la cultura. Cuadradamente, creen que se puede catalogar así: en primer lugar, la Literatura, luego Música, Pintura, Teatro, Danza, etc etc etc, dejando hasta el final, como el patito feo de las expresiones humanas, al lenguaje lexicopictográfico, alias Historieta. Piensan que los “monitos” sólo son buenos para niños. Sí, y es un doble insulto, por que además de atacar a la historieta, ésos dizque culteranos también insultan las mentecitas brillantes de los niños, creyendo zonzamente que son inferiores intelectualmente. Y aún allí, con ésa regla absurda como una lápida sobre uno, nos seguimos topando con la pseudo intelectualidad, la crítica mediocre ya que se prefieren las historias ilustradas que a una historieta a la hora de publicar, desconociendo que la historieta, del género que se quiera, llámese cómic, manga, tebeo, tiene su propio lenguaje, su propia técnica y sus propios tiempos, además de estilos, que van de lo simple (que no simplón), como algunas tiras del Trino, hasta trabajos elaboradísimos como los de Moebius o los de Masamune Shirow. Ya quisiera hacer yo alguna vez algún trabajo del calibre de éstas gentes, que serían, a mi humilde punto de vista, la verdadera primera división de un arte mal entendido, al menos en éste extraño país retacado de nopales donde habitan unos seres extraños llamados intelectuales, y por lo mismo, menospreciado. ¡Bien por Editorial Jus! Esperemos que no sea el único concurso que hagan, y que el año que viene pueda participar yo también. ¡Ah! Y una peluda felicitación a los ganadores, que desgraciadamente no alcancé a escuchar sus nombres. Como era de esperar, la nota periodística le dio más importancia a la editorial en sí, que a los nombres de los ganadores, que no fueron repetidos. Espero poder ver sus trabajos pronto, ya que éste gato es un insaciable devorador de historietas.

Y bueno, aquí les pongo la segunda entrega de la laureada “Noche Maldita En El Castillo Chukrüt” de mi carnalito, H.P. Aguilar:












Y bueno, siguiendo con el rollo petatero éste, les contaré que ésta historieta la terminó mi hermano en el año de 1990. “Fa vint ancs que tinc vint ancs” o algo así, como diría el Serrat. “Hace veinte años que tengo veinte años”. La forma de narración es, como se habrán dado cuenta, lineal, lo que facilita su comprensión, no así la terrible caligrafía de mi hermano, que pese a mis esfuerzos y por dejarla lo más apegada al original, no deja de seguir siendo terrible, pero natural, cosa que no se podría con letras computarizadas.

Sí, como supondrán, ésta que les presento está coloreada digitalmente, ¡maravillosa ésta maquinita! Además la limpié, ya que mi hermano la hizo sobre unas cartas de bienvenida que el rector de la UNAM les dio a los alumnos de primer ingreso a la ENEP Acatlán (Ahora ya es FES) además de que la tinta china era una Pelikan de cuarta, que se decoloró por el tiempo, el ácido en el papel y también por el mal almacenaje. Estaba muy gris ya, y lo peor era que, a la hora de escanearla, ¡salió toda la carta de mr. Reactor del otro lado! Teníamos una historieta en papel que en su momento era blanco, pero por la acción de los ácidos ahora está amarillento, con un trazo decolorado y un fantasma institucional dándonos la bienvenida a la escuela en negativo. Una chulada. Limpiarla y delinearla tomó mucho trabajo.

Pero la historia es buena, como se darán cuenta conforme la trama avance. Además, mi hermano todavía se esforzaba por dibujar (aún dibuja, pero se ha vuelto desidioso con ello, no así con sus historias y cuentos, que a mí, en lo particular, se me hacen muy buenos, no por que sea mi hermano, que conste, ¿eh?), logrando algo que pocos dibujantes logran: atmósfera. Díganme si no.

Hay gente que dibuja chipocludísimamente escorzos, hay otros que logran unas expresiones de miedo, hay otros que hacen como nadie fondos. Saben dibujar edificios y sus múltiples puntos de fuga, tanto principales como alternos. Yo, por ejemplo, no soy nada bueno dibujando calles. Mi visión está focalizada en los personajes, y me cuesta un gran esfuerzo mental hacer algo que esté detrás de ellos. También hay otra cosa que se me dificulta mucho: la basura. La basura es un ente difícil de captar debido a su improporción, a su caos intrínseco, ya no digamos su variopinto colorido que no respeta reglas aprendidas en la academia. No. La basura hace lo que se le dé la gana, y por eso es tan difícil, y supongo que por ello nos repugna visualmente, ya que como nuestro cerebro está hecho a acomodar todo, la basura le exige un esfuerzo extra, y por eso nos fatiga y estresa.

Lo bueno es que hay dibujantes geniales que pueden hacer de todo. Y a los que no podemos, sólo nos queda esforzarnos al máximo, por que a fin de cuentas, uno hace esto por gusto, por las puras y simples ganas de contar historias con monitos. ¡Ojalá algunos gremios hicieran lo mismo! ¡Cómo quisiera ver un político gobernando por verdadero amor a México! ¡Cómo desearía ver a un policía haciendo su labor consciente de que está para servir al país! ¡Y tengo tantas ganas de ver a un soldado que comprenda que su labor no es servir al presidente, sino al Pueblo! ¡Que está para proteger al Pueblo, no para masacrarlo! ¡Lo deseo tanto tanto, como a una muchacha en minifalda y medias negras!

¡Sayonara! ¡Hasta la entrega que sigue!

jueves, 11 de noviembre de 2010

La Épica Pantagruélica y Gordiana de H.P. Aguilar 2.

¡Mis estimados! ¡Mis queridas correligionarias! ¡Sean bienvenidos a éste cojín peludo! ¡Reciban de mí un ronroneador abrazo! ¡Unas lengüetadas rasposas como lija del cero en señal de amistad!

¿Cómo les trata la vida? Espero que bien. No les digo que muy bien, por que cuando a uno le va muy bien, ocurre como con la matrix: uno sospecha y el encanto se desbarata, y uno nunca quiere saber que sólo se está soñando y en realidad nuestra persona no es más que un engrane de un sistema gigante que nos desgasta con supuestas libertades. Si no, vean: pongamos de ejemplo la tecnología. Te venden el celular, la interné y automóviles, con la promesa de que con ellos vas a ser libre de a deveras, hasta te ponen un globito montgoflier, te ponen al carrito corriendo por “tierras vírgenes”, haciendo acrobacias imposibles, pero, ¿cuántos de nosotros no estamos nomás al pendiente del canijo telefonito, de ver quién te ha escrito por el feisbuq, de que no te vayan a rayar el dichoso coche? Vaya cadena, ¿no? Quizá estarías mejor con el teléfono fijo que respeta tu intimidad, con el viejo correo electrónico que te permitía explayarte sin que te fisgoneen; quizá estuvieras mejor con tu viejo carro que no tenía pretensiones de ningún tipo y que te servía para lo mismo, o andando a pié como antes, tomando el metro y el pesero, pero dueño de tus pasos y de tu tiempo. Y no hablemos de las tarjetas de crédito, que meterte con una no es más que entrar de lleno y por propia voluntad a la cueva de los ladrones… ¡comisiones hasta por respirar! ¡casi casi uno entra gritando al banco con las manos en alto: “encuérenme, encuérenme”! Creo que en algunas cosas, es mejor no exagerar. Todo con exceso es malo, hasta los placeres. No digamos ya la tecnología, que es buena, pero antes de revolucionarla, habría que pensar un poco más en los pros y los contras.

Y bien, camaradas peludos y pufeadores, como lo prometido es deuda, les presento orgullosamente (pongan por favor sonido de bombos y platillos) ¡la primera entrega de la galardonada con flores naturales y pasteles de chocolate: “NOCHE MALDITA EN EL CASTILLO CHUKRÜT”! Original de mi carnalito H.P. Aguilar. ¡Va!











¿Y bien? ¿Cómo la checan? Es una historieta de 1990, de cuando a mi hermano todavía le daban ganas de dibujar sus propias historietas. El tema es terriblemente obscuro: nada más la presunción de universos paralelos donde viven seres de pesadilla. Veía yo el otro día en el canal 11 un documental de la serie llamada “Horizon” sobre el tiempo. Y por lo que le pude pescar, aparentemente éste varía dependiendo de la materia y la energía, y está por lo mismo sujeto a los caprichos de fuerzas como la gravedad, el magnetismo, la luz, etc. etc. etc. A lo que voy, es que, según los astrofísicos actuales, nuestro mundo es un oasis en donde el tiempo es muy estable, y ponían de ejemplo el tiempo caótico que reina en los centros galácticos, en las nebulosas, y hasta en el microcosmos, donde éste varía y se deforma entre más pequeño sea. No es lo mismo el tiempo de una persona, que el de una de sus moléculas. Y hay hasta unos más arrojados, que dicen que el tiempo transcurre de forma distinta dependiendo de la estatura de la persona en cuestión, es decir, mi tiempo de chaparro es más lento que el de mi compadre Jose Juan, o del camarada Miguel, que son muy altos. Y yo que creía que sólo soy flojo.

¿A que viene todo esto del tiempo? A que ésa teoría supuestamente moderna (o posmoderna, depende del cristal con que se mire) viene de la época de los alquimistas, del rollo de la permutación de los elementos, y más en nuestro mole, a las creencias egipcias y mesopotámicas que después se transformaron en el satanismo transyugottiano, que dice que después de éste universo conformado por el sol y sus ahora ocho planetas (recuerden que Plutón fue gachamente degradado de planeta y ahora es un planetoide), hay múltiples universos, caóticos, gobernados por entidades muy antiguas y malvadas, porque su naturaleza, es decir, su tiempo, es deforme. ¿Ven cómo la ciencia moderna tiene mucho de mito y filosofía? No hay nada nuevo bajo el sol, y es verdad.

Y en esto se basa la “Noche Maldita”, la posibilidad de que ésos universos se abran y nos traguen. Y no sólo mi hermano tenía esta inquietud. Escritores como Edgar Allan Poe, como el mismo autor del “Resplandor”, Stephen King, la tienen. En pintura, los surrealistas andaban buscando un acercamiento con la cuarta dimensión, que les permitiría ver otros universos sin moverse de su sitio, como el Salvador Dalí. Pintaban y pintaban neciamente en dos dimensiones algo que por autonomasia, no puede ser mostrado en éste universo de tres, como pitonisas buscando en los sueños, en el inconsciente una palantir, una bola de cristal mágica donde andar de fisgones. Y sin embargo, ésa es la esencia misma del libro maléfico “Necronomicón” (se dice que su autor, el árabe Abdel Azrael, terminando de escribir su blasfemo manuscrito, fue asesinado por unas monstruosas mandíbulas que se aparecieron de la nada, moliéndolo literalmente), la capacidad de abrir puertas y pasadizos hacia ésos universos a través de, adivinen, ¡los agujeros de sifón! Otra de las cosas que los astrofísicos contemporáneos apenas quieren vislumbrar, creyendo que adentro de los Agujeros Negros hay algo semejante a lo que los brujos de forma blasfema han buscado por siglos, y chance, milenios.

¡Uy! ¡Uy! Pero éste gato cree que ésas cosas del tiempo no son más que chorradas. Aquí en el cojín, creemos fielmente que el tiempo es una invención humana, que el tiempo no es más que otra cadena con que los hombres sojuzgan a sus semejantes, pero aún así, es rico elucubrar, ¿no? ésa es la materia prima de la fantasía, aunque debo decir, y de seguro ya les he de caer gordo con esto, pero es mi deber, ya que son mis cuatachos: la brujería es ajena a Dios. Y Dios nos prohíbe usarla. Uno no ha de consultar a brujos, a videntes, ni ha de comunicarse con muertos ni supuestas deidades. Por algo será, así que, camaradas peludos, ¡absténganse de cosas que los perjudiquen! ¡Cuídense de cualquier forma de brujería, así se disfrace de ciencia! ¡Que Cristo Nuestro Señor los cuide y los Proteja! Y nos vemos en la próxima entrega, por que ésta historia es muy sabrosa.

¡Sayonara!


P.D:
Tarugamente queria unirme al blog del camarada Angel Solano (chequen sus pinturas, es muy bueno) y no sé ni qué piqué, pero ahora, como buen gato, me sigo a mí mismo correteándome la cola, jhe je je. No hagan caso de ésas cosas, no piensen que fué en un afán egocéntrico.

Ahora sí,


¡Sayonara!