jueves, 13 de octubre de 2011

Pintura de Caballote: Orgía en Tepalcate.



¡Hola a todos! ¿Cómo han estado?

Pues nada, aquí como de costumbre, saludándoles, mandándoles un combativo abrazo desde estas nopaleras mientras me tomo una taza de aromático café en mi taza de Homero, el célebre escritor de la Ilíada ¡já ja ja! Alguna vez, una compañera bibliotecaria me platicó la charla de un par de estudiantes adolescentes en la Biblioteca Central de la UNAM, que era mas o menos del tenor que les pongo:

-Oye… ¿Cómo se apellidaba el que escribió la Ilíada?
-Sepa… Creo que Simpson, ¿no?

¡Já ja ja! ¡Homero Simpson! ¡Háganme el favor! Y bueno, aquí todo igual. Sigo sin luz, de una manera “formal”, hace unos días hice el mes, ya ven como es esta gran Comisión Federal de Electricidad. Y sigo sin computaloca. Ya me he decidido a convertirla en XP, en vista de que el sistema Windows Vista salió tan malo que lucha por morirse solo.

Ya tenía la sospecha de que el sistema Windows Vista corrompe a sí mismo, y me la confirmó hace nos días el camarada Valiente y Revolucionario Miguel de Alborada, que maneja un ciber-café cerca del “Studio”. No debieran, en serio, vender un producto tan malo que requiere de parches a cada rato. O sea, las mentadas “actualizaciones”. Y un cuate me acaba de recomendar que la convierta a un sistema semejante al Windows, creo que se llama Skipe o algo así, de momento no recuerdo el nombre. ¿Alguno tiene una idea de si me convenga? Digo, como el monopolio es de Microsoft, me gusta la idea de que los virus no entren en él, pero también me preocupa la cosa de la compatibilidad. En todo caso, a ver hasta cuando puedo repararla, ya que, como es tradición, ando sin un clavo y para amolarme más, me he vuelto muy dependiente de la máquina, con todo lo malo que esto conlleva. En fin, que ahí les va la teja de hoy:


 
Bueno.  Alguien me pidió alguna vez una propuesta erótica, y aparte del díptico “El Cielo” y “El Infierno” que ya les puse aquí, esta es la otra.

Se trata de otra tejita, una que le hice a una conocida que pertenece a una de las “tribus” que pueblan este mundo, si es que puede catalogarse así. Me refiero al mundo “SWINGER”, o sea, las parejas a las que, por diversos motivos, les agrada el intercambio de parejas con fines sexuales.


Antes de que renaciera como Cristiano, acudí un par de veces a un club de ellos, invitado por mi conocida. Es uno de los poquísimos sitios swinger en México (realmente hay pocos que sean seguros, así que AGUAS si deciden ir a un sitio así, no vayan a caer a una cueva de secuestradores. Investiguen el lugar antes) y que admite solteros como yo, así que decidí ir a éste sitio, esta hospitalaria “casa” cuando tenía poco tiempo de inaugurada. Hoy es muy conocida, hasta tiene spots en algunas revistas. Fui, pues, un poco por curiosidad, otro poco movido por mis propias concupiscencias y otro poco para correr, en medida de lo posible, y aunque sólo fuera por un rato, mi eterna soledad y mi apabullante aburrimiento.
Con algo de temor, creí hallar un ambiente luciferino de cabaret de los ‘40s, hasta con foco rojo o algo así, pero no. Me sorprendí al ver la casa, y hallarla muy normal. A simple vista, nadie no iniciado sospecharía nunca que adentro de ésas paredes hubiera una fiesta de los sentidos y de la carne.

 

 
He de decirles, camaradas, que la comunidad swinger es muy amable, y si alguien quiere entrar a ése mundo (yo les sugeriría que no), deben saber que la cortesía es la norma máxima. La gente swinger no son prostitutas ni prostitutos, son sólo gente que ama el jolgorio y el placer carnal, y por lo mismo, son muy respetuosos de los demás, lo cual es una ventaja; también son gente muy limpia y de un criterio muy pero muy amplio, así que cualquiera que tenga un prejuicio, por pequeño que sea, es mejor que se abstenga de querer entrar a ése mundo. Tampoco se aceptan machos ni feministas que sólo piensen en ellos mismos. Otra de las normas, es buscar siempre el placer y la comodidad, así como la seguridad (el uso de condón es imperativo) del compañero o la compañera de juegos.

Todo eso sonó muy bien para mí. Acudí la primera vez, como les platiqué, cohibido, con temor, pero con muchas ganas de jugar, no contando que, pese a ser muy liberales, no son exentos de algunos prejuicios, a diferencia de los swingers europeos. Esto lo sé, por que platiqué un buen rato con un francés harto simpático de nombre Antoine que venía de París, y que poco después de nuestra charla, lo hallé corriendo de cuarto en cuarto, como un fauno y en pelota total. A diferencia de él, yo me topé ésa primera vez con pared, ya que nadie quiso jugar con mi humilde persona. Salí muy decepcionado y con una erección hasta dolorosa e insatisfecha, pero como mi vocación siempre ha sido ser un hombre del Renacimiento, es decir, alguien que ha vivido mucho, que ha visto muchas cosas, y que ha leído mucho, que sabe de todo un poco, me dije que no debía darme por vencido la primera vez; igual y mi rechazo fue ocasionado por mi actitud tímida y el pedir permiso para todo.


 
Junté dinero otra vez (la entrada se paga, lo de adentro no), y regresé más calmado, con la confianza que me daba el conocer el lugar y entender un poco la mecánica de mi plan, y por lo mismo, con una mejor actitud, con verdaderas ganas de pasar un buen rato, convencido de que si no obtenía acción, por lo menos me echaría un gran taco de ojo.

Y creo que lo conseguí, aunque a medias. Me fue mucho mejor que la primera vez, aunque seguí sintiendo algo de rechazo, ya que no soy lo que se dice un adonis. Me molestó sinceramente que fui rechazado por mujeres que no eran lo que se dice, unas reinas de belleza, aunque confieso que me sorprendió que las mujeres más bonitas me dieran jalón. Fui aceptado por ellas y por sus maridos, muchos chistes, mucho jajajá, pero a la hora del placer, fueron las más feítas las que más peros me pusieron.


 
Y otra cosa que me hizo pensar y ponerme triste: Iban varios maridos con una enorme cara de tristeza. Recuerdo mucho a uno en especial, gordito como yo, viendo a su esposa teniendo sexo grupal, lo que llaman “gang bang”. El no intervenía. Vamos, ni siquiera estaba desnudo. Se vestía de negro, y al verlo ahí, en medio de los gritos de placer de su esposa (eran verdaderos alaridos, no miento), acodado sobre una cómoda, exudando tristeza, no solo me quitó las ganas de estar con su esposa. También me quitó las ganas de regresar. Comprendí cabalmente al verlo, por qué el adulterio está condenado y prohibido en la Biblia. Me vi a mí mismo como un adúltero, y salí de ahí, entre alegre y triste, y desde entonces no he regresado. Aunque he de agradecer a esta gente swinger, por que  el conocer su mundo, me permitió conformarme mejor con mi soledad, ya que era algo que tenía que vivir y tuve la fortuna de hacerlo en un ambiente agradable.


 
La teja la llevé la primera vez que fui, porque creí zonzamente (nótenme lo ingenuo) que la regencia de ésa casa no era un negocio, que la cooperación (así me lo plantearon al principio) era lo mismo que la “vaca” que se hace entre amigos para hacer una fiesta, y se la di a la bella anfitriona, “Puta Sexy” (ese es su alias), emocionado en ése momento por permitirme entrar y echar una ojeada a su mundo.

Como pueden ver, son dos mujeres rodeadas de penes en relieve, algunos en 3D, ya que salen totalmente de la teja. Fueron hechos con una resina que venden en las papelerías de arte que se puede moldear a mano y que endurece pasado un tiempo, muy semejante a la plastilina epóxica, con alma de alambre galvanizado, y pintada con pintura acrílica.
 

 
Esto del arte erótico es algo padre, pero en definitiva difícil de hacer. Tengo algunas ideas para cuadros que no me decido a hacer, debido a la delgada línea que separa lo erótico de lo pornográfico, ya que quiero que sean muy excitantes, pero con buen gusto y que además, estén lo suficientemente “camuflajeados” como para poderlos colgar en una recámara sin que sospechen los niños lo que hay ahí. Creo personalmente, que es más fácil hacer algo erótico en historieta o en cuento o novela, por que la misma línea argumental te puede ayudar. Es el recurso del tiempo, y el cuadro es muy semejante en su sobriedad sintética, a la poesía. Pero si hay poesía erótica, a fuerzas se pueden hacer cuados eróticos. Sin embargo, se me facilita más en la historieta, como verán cuando les ponga mi obra maestra “Sombras en el Adoquín”.

Y bueno, camaradas peludos, bellas correligionarias, los dejo por ahora. Espero tener la computaloca lista y trabajando dentro de poco, y poder comenzar a ponerles “El Ángel Azul”.




¡Sayonara! ¡Hasta la entrega que sigue! ¡NO VOTRES! ¡QUE SE VAYAN TODOS!.