viernes, 27 de noviembre de 2009

Pintura de Caballote: “La Panadería Fantasma”.














¡Qué pasó!

Pues ya para terminar como Dios manda con éste mes de Muertos, les ofrezco el siguiente trabajito que me encargaron. Verán, mi sobrino mas pequeño, Uziel el “Bolillo” (por que cuando estaba recién nacido se me figuró como un bolillito recién salido del horno, al verlo envuelto en mantas) salió en una obra de teatro en su escuela. El pequeño va apenas en primer año de primaria, así que era un evento importante, y su madre me pidió que si no le hacía de favor la escenografía para su obra. Mi hermano me mandó la idea, que es la siguiente: una cocina rústica, hasta con ajos colgados de las paredes.

Así que me puse manos a la obra, y en dos días le terminé esto, un día antes de la Gran Inundación, ¡justo a tiempo! Como pueden darse cuenta, no es la gran cosa, por que me dijeron de esto con el tiempo justo, pero está hecha con mucho cariño. La técnica fue guache sobre un trozo grande de pellón, ésa tela rígida, que comprobé que se deshace con agua, así que costó algo de trabajo, además de que el tiempo estaba, como recordarán, muy húmedo, así que tardó en secar, dificultándomelo todo. Estaba a punto de irme a comprar otro trozo de pellón y cartulinas de colores, para pegarlo todo en una especie de collage gigante, pero gracias a Dios, no hubo necesidad de ello.

Pues bien, todo salió a pedir de boca; a los maestros les gustó la escenografía, tanto, que le pidieron a mi cuñada que lo donara a la escuela, y ella aceptó, así que ahora es propiedad de la Escuela Primaria Estatal “Ixcateopan” de Coacalco. Los chamacos se divirtieron, y todo estuvo muy padre, ya que salieron disfrazados de muertitos, con máscaras hechas de yeso; fabricaron tapetes de aserrín pintado e hicieron una instalación que representaba la entrada al Mictlán. Además de que hicieron hincapié en preservar la milenaria costumbre del Día de Muertos. Qué bueno que hayan aún maestros que se preocupen por inculcar una tradición tan bella y nostálgica como la fiesta del 2 de Noviembre, ya que tienen que pelear contra la estupidez de las cadenas de supermercados, que a medio Noviembre ya están preparando la Navidad, cuando en estados como Oaxaca, Noviembre es el Mes de los Muertos, ya que se celebra todo el mes, y tienen que pelear contra la enajenación de la la televisión y sus horrendos bloques de comerciales de diez minutos y programas gringos, ya que los muchachos y los niños ven en todos lados la horrenda fiesta de Hallowen, y la copian, olvidándose un poco de nuestra fiesta, que es hermosa como no hay dos, ¡y que debiéramos exportar! Pero como los gringos son el imperio (espero que saliente, ya que China parece que va a ser el siguiente imperio mundial, y a ver cómo nos va) pues nos imponen sus tristes y huecos doscientos años de depredación masona, aunados a la cultura anglosajona europea que no tiene que ver nada con nosotros, los latinoamericanos, que con nuestra rica mezcla de culturas árabes, .negras, latinas e indígenas, somos una especie de mole que enriquece todo con sus vaivenes, ya que, como el mole, a veces funcionamos como salsa, y a veces como plato fuerte. En fin. Si no fuera por la corrupción endémica de nuestros gobernantes, la ambición desmedida de los ricos que atropella todo, y esta alma de pepenador que trata de agarrar lo que se pueda cuando hay oportunidad de nuestro pueblo, en serio, otro gallo nos cantara.
Pues nos vemos aquí, en su peludo cojín, la semana que entra si Dios quiere. ¡Pásenla bien! ¡Sayonara!










sábado, 21 de noviembre de 2009

Arte Objeto: Calabox.














¡Qué puex!

Les mando como de costumbre, un saludo combativo y con batientes de puerta desde aquí, su peludo cojín. Y también batientes de ventana, faltaba mas.

¿Qué tenemos aquí? Otro poco de arte-objeto. Eso de “arte objeto”, se me hace que no es más que un bonito nombre para decir “artesanía”. Pues bien, esto que ven, tiene más bien el espíritu de “artesanía”. Es bien difícil, cuando uno camina por los tianguis de aquí, del Edo. Mex. (aunque puede ser de cualquier lugar de México) y ve algunos trabajos de artesanía, distinguir entre ésta y el arte. Hay piezas hermosas, ya sean de cartonería, barro, cestería, que muy bien podrían decirse piezas únicas. Recuerdo especialmente una “catrina” de barro negro que vi en Oaxaca, una pieza que desgraciadamente no pude adquirir, por que como soy hombre de recursos monetarios limitados, su precio estaba muy por encima de mis posibilidades, lo cual no quiere decir que no sea justo. La injusticia estriba en la pobreza generacional de salarios que padecemos los mexicanos y que los sicarios que tienen las riendas de ésta nación no les importa nada, por que ellos siguen llenándose las bolsas de dinero, y eso provoca que el dinero no circule, como debiera ser en una economía sana, y que impide que mucha gente gaste en cosas así, pero me desvío del tema. El artesano hace un gran trabajo, pone algo de su alma en la pieza que hace (¿acaso no es eso una característica de la pieza de arte?) y todavía la regala. Y lo triste es que ya no alcanza el dinero para comprar una pieza que te alegre tu casa. ¿Y saben qué es lo malo? Que quienes aún pueden darse el lujo de comprar algo así, y no hablo de quienes van a las tiendas de artesanías popis de la Zona Rosa, todavía las regatean. Algo que me confirma que en éste país, nadie aprecia el esfuerzo de los demás. Si uno se pusiera en los zapatos del señor que a diario barre la calle, de la cajera que le atiende a uno en el super, del muchacho que le despacha a uno en el tianguis, del vigilante que está doce inhumanas horas encarcelado en ésa puerta que nos abre a diario, de toda ésa gente que hace algo rutinario y aburrido para poder sobrevivir, éste país sería más justo y menos violento. Pero me vuelvo a desviar, ¡caramba! Me encanta divagar.

Sigo. Era una “catrina” que, pese a tener la solidez del barro negro, estaba “envuelta” en su manto, como si estuviera apareciendo ante nosotros. Preciosa. Dos mil pesos. Pero su valor real y justo, sería como diez mil o más.

En fin, que ésta pieza que les ofrezco, era el germen de un negocito. Si. También intenté hacer artesanía, pero a nadie le alcanza ya para comprarla, así que lo dejé, aunque quizás en algún momento lo vuelva a intentar. Está hecha con una caja de cartón, la que laqueé, y las calaquitas fueron hechas con una arcilla que venden en las papelerías más pirrurris, una que está fabricada con resinas y que endurece en unas horas, casi como la epóxica, pero sin la resistencia de ésta.

Como quería que fuera de buena suerte, la hice dedicándosela a un matrimonio joven, el de mis amigos pochtecas Ana-chan y Jona-kun, que cada semana, por varios días, están haciendo su lucha por vivir en éste país con cada vez menos oportunidades, en los tianguis vendiendo mi vicio: videojuegos y japonerías diabólicas, alias ánime. Según la mirada dura y sin piedad de los ricos, ellos serían unos despreciables delincuentes, merecedores de las peores torturas del curbasc. ¡Piratas! Yo digo que los ricos le roban mucho, pero mucho más al pobre, y por generaciones ya. Y que si no fuese por gentes como mis amigos, la caldera social que es éste país ya habría estallado, y no de la forma en como estalló en la revolución abortada que estamos celebrando, no, sino mucho más violentamente, saqueando negocios, quemando casas de ricos, etc. etc. etc. Por que como les he venido diciendo desde el principio de éste artículo, a nadie le alcanza ya el dinero…

¡Sayonara! ¡Hasta la semana que entra!


sábado, 14 de noviembre de 2009

Arte Objeto: Sir Daniel Fortesque.

¡Qué ondita, cómo están!

Hablemos un poco de la realidad virtual. ¿Alguno sabe por qué el terminajo ése de “virtual”? Me gustaría que alguien me lo explicara, ya que uno entiende por “virtual” algo que ocurre literalmente, así como en expresiones del tipo de “ocurrió virtualmente así”, “virtualmente te lo estoy diciendo” etc etc etc. ¿Y por qué corchos lo empleamos para las cosas que se hacen en la computadora, ya sean recreaciones de museos para recorridos por internet, secuencias de entrenamiento para aprender a aterrizar o despegar aviones, o, en el campo que más me gusta, los videojuegos?

Mucho se habla de que los videojuegos son nefastos para la educación de los chamacos. Yo no estoy de acuerdo. Me parece que, en todo caso, es responsabilidad de los padres el ver qué corchos juegan sus cachorros, además de que está demostrado que dos horas diarias de hundirse en la realidad virtual desestresa y genera sinapsis nerviosas que mejoran las relaciones entre el cerebro, los ojos y las manos, haciendo al que juega, más hábil y rápido. Además de que, como aspirante y suspirante como soy, por ser un buen artista visual, y un historietista, reconozco que es con los videojuegos cuando empezamos a crear un entorno realmente interactivo hecho totalmente por nosotros. Es verdad. Estamos haciendo mundos, realidades alternas. Me encantaría aprender a hacer videojuegos. Lo malo, por supuesto, es que esto se maneja por un mercado, y por lo mismo, los videojuegos, su absorbente creatividad, están restringidos por los intereses monetarios de grandes monopolios a los que no les interesa más que un pepino la creatividad y la imaginación, pero, ¿acaso no pasa lo mismo con la música y la literatura, con la famosa “payola” y “el círculo cuadrado de artistas”? ¿No pasa lo mismo con los artistas visuales con los curadores? Ya ni hablar de la danza que se ve reducida al patrocinio eterno del estado ante la desidia de la iniciativa privada, y por lo mismo, las que antes eran compañías de danza, ahora son meras escuelas. El cine, nomás por mencionarlo, ya que sufre lo mismo que la historieta. Y peor ésta, que se ve reducida a un aspecto infantiloide y pseudo informativo por la mente cuadrada de los educadores y de los empresarios, que nunca han querido ver el potencial creativo de la historieta, al comprar las extranjeras y olvidando a las nacionales, que en algún momento fueron de las mejores del mundo. Estoy seguro que muchos comiqueros gringos, muchos mangakas japoneses se inspiraron, o ya de perdiz, tomaron alguna idea de la Borola o del Memín. Yo quisiera ver videojuegos compatibles con las consolas y las computadoras, hechos por gente muy creativa, artistas que estuvieran generando estados de alma interactivos, que a fin de cuentas, es algo que desde siempre ha perseguido el arte.

Bien. Allá por los años 90´s, Sony sacó la que a mi juicio ha sido la mejor superconsola que ha habido, (quizá por la novedad, es verdad), el PlayStation. Las demás, fueron versiones mejoradas, pero la calidad de sus juegos, desgraciadamente no ha sido excelente como los de ésta. Y entre ellos, había una verdadera joya: Medievil. Era un juego hecho enteramente por ingleses, y además de su absorbente atmósfera, su magnífica música y su facilidad de juego, tenía una hermosa historia de redención; se trataba de un héroe que jamás lo pudo ser, ya que cuando salió en primera fila a combatir a un brujo que amenazaba a su gente, cae muerto por la primera andanada de flechas. Su destino glorioso se trunca, al no poder combatir contra el demonio que busca esclavizar a su gente. Este es vencido, pero después de cien años, el brujo regresa, cuando ya no hay héroes dispuestos a enfrentarse a él, reviviendo a los muertos y aterrorizando de nuevo a la población. Pero lo que el brujo no sabe, es que con su mismo hechizo, revive a Sir Daniel Fortesque, dándole una segunda oportunidad para alcanzar su destino trunco. Hermoso, ¿no?

El juego me encantó, así como le encantó a mi sobrino Álvaro, que llenó un rato sus fantasías infantiles con el caballero caído, tan semejante a Don Quijote de la Mancha; allá por el 2007, en Noviembre, le hice éste adorno, ésta pieza de arte objeto para su puerta, y dándome a mi el gusto de poder verlo caminar por las calles de mi colonia, como está en las fotos, con sus enormes sesenta centímetros de altura.

Está completamente articulado, los dedos se doblan y la espada se separa, y está hecho totalmente con técnica de cartonería, no así los materiales. Fueron puras cosas recicladas, a excepción del ojito que está hecho de plastilina epóxica, y la armadura, que son los restos de un rollo de foil de aluminio para estufas. Todo lo demás, era basura: periódicos viejos, un envase cuadrado de aceite para el torso, unos palos viejos para las piernas y brazos, un cacho de alambre galvanizado y un trapo de cocina para las hombreras. A mi sobrino le gustó mucho, tanto, que todavía lo conserva con cariño. Ahí si puedo decir que ésta pieza tiene un dueño: SIR DANIEL FORTESQUE. ARTE OBJETO. COLECCIÓN PARTICULAR DE ÁLVARO AGUILAR. 2007. ¡Ah, qué bonito se oye!

Pues bueno, me despido por hoy. Iba a seguir poniéndoles los santos viejos, pero es Noviembre, Mes de Muertos. La semana que entra, les pondré otra pieza de arte objeto, con el tema del Día de Muertos, que espero que les guste.

¡Sayonara!

lunes, 9 de noviembre de 2009

Histerieta: “Maranhata” Tercera Parte.


¡Qué paxó, pues!

Días de Muertos, y con ello, salimos de la crisis. Desvergonzados, el chaparro lentejo y el fulano que se come una vaca a diario. No es cierto. Yo soy el iluso. Ellos son asesinos de masas. Sumidos en su corrupción, no les importa la gente que medio vive y medio muere. Somos un país de zombies, ya que más de la mitad del país sobrevive y sobremuere con un salario mínimo. Solo nos mantiene en pié el futbol. Lo bueno, es que la crisis ya terminó, pese a que no hay empleo, pese a que acabo de escuchar en las noticias de un hospital que vendía los cadáveres de los niños en 15 000 pesos, y que si no es por una madre inconforme, nadie se da cuenta de lo moustruoso de ello. En fin…

Días de Muertos, y de trombones locos. Casi se inunda la casa. Yo he estado pensando que, con tanta corrupción, con tantos asesinatos debidos a Violencia Doméstica, con tantos robachicos, a ver cuándo nos tocaba a nosotros, y ya ven. Cuarenta minutos bastaron para que muchas comunidades de Estado de México quedaran amoladas con un metro de agua. Comunidades que están asentadas en lo que alguna vez fueron lagos, como Tultitlán, como Ecatepec, aquí mismo, en Tultepec. ¿Será castigo divino, o somos unos idiotas por construir en sitios destinados desde hace eones para el agua? Y hay gente que duda de la existencia del Diluvio Universal, donde llovió así de fuerte durante cuarenta días y sus respectivas noches. En fin…

Días de Muertos, y termino de entregaros a mi hija “Marahata”. “El Señor vuelve” en arameo. Esta copia que les entrego, está digitalmente corregida, ya que su formato original es pequeño, de 10 x 20 cms. y está hecha con tintas chinas sobre cartulina brístol, la más económica, sobre cartoncillo negro. Lo que hice, fue darle más contraste y recortarla y volverla a armar, con el objetivo de reducir las páginas, de veintitrés, a doce. Creo que, visualmente, no se ve mal, ¿no? Originalmente, iba a ser a color, con acuarelas, pero algo que también distingue a la historieta sobre otras artes, es su dinamismo, cosa que se logra con la diagramación y también con el medio tono, es decir, el blanco y negro, además de que al hacerlo así, es más fácil reproducirla (o por lo menos así era cuando la hice, en los noventas, donde las copias a color eran costosas, y el offset era caro, dejándome como única opción las fotocopias; no como hoy, que aún la impresora más económica hace reproducciones muy buenas) Y el grado de dramatismo que se logra con el medio tono, es soberbio.

No sé si lo logré, pero a mí si me dejó satisfecho. Recuerdo, cuando la hice, que había terminado de leer al Ingenioso Hidalgo, Don Quijote de la Mancha, y hasta el día de hoy, sigo pensando que Don Quijote, es el reflejo de la humanidad soñadora (perdón, lugar común, pero necesario) que niega una realidad que se basa en el “ya es así” o “así es”. Creo que hacen falta más personas que no teman enfrentarse a los molinos de viento de vez en cuando, y que crean en una esperanza superior, que sirva de guía a un comportamiento social adecuado. Por eso escogí al personaje de Don Miguel de Cervantes Saavedra, por que tenía la necesidad de expresar un sentimiento universal, ya que yo creo en las verdades universales; un personaje que encarnara la esperanza, y también, ¿por qué no? la ingenuidad de los soñadores, contra la dureza de un mundo entregado a las cosas más bajas, nomás por que “ya es así”. También la hice cuando me había acercado por primera vez, y de corazón, al Señor. Es verdad que uno cae muchas veces, y como diría Pablo en sus cartas, “¡miserable de mí! ¿quién me librará de éste cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24) pero por la Gracia, uno siempre puede volver, sea Dios ensalzado.

Pues, sin más que decirles por el momento, me despido. Les pondré la semana que entra otro cuadro, de la serie de los “santos viejos”, que espero que les guste.

¡Sayonara! ¡Hasta la semana que entra!