Esto es a lo que los camaradas
japoneses llaman “boke” de Año Nuevo. ¡Cómo se hallan, mis estimados
contlapaches! ¡Qué gusto de saludarlos de nuevo! Espero que este Año Nuevo 2014
les pinte bien, pese a la privatización de la industria energética en México, y
la nueva amenaza del PRI-PAN para “reformar” el campo y meternos a cajón los
transgénicos de Monsanto. Ay ay… Pero permítanme primero ponerles la parte que
sigue del códice seis de Tzitzimine, y terminamos con la reflexión de Año
Nuevo, porque ahora sí me tomé unas pequeñas vacaciones y no pude ponerles
nada, ¡so sorry! Pero pongámonos al día: nos quedamos en que por fin había
llegado el capitán Sánchez con las bazookas que les habían dado los militares
al Aguilita y sus hombres, y estos estaban siendo diezmados por la mejor
posición y el mejor armamento de los norteamericanos del agente Andrew de la
CIA. ¡Aguilita le vuela un ojo a Andrew y éste ordena matar al Dr. Yazz-Ot-Tsé!
¡Ijajayyy! ¡Nuestros héroes han
conseguido rescatar al Dr.! Con un poco de la ayuda de la extraña mujer que se
le aparece al Aguilita, es verdad. ¿Qué les depara el futuro a nuestros héroes?
¿Lograrán detener a Tezcatlipoca, “El Espejo Humeante”? ¡Todo esto, en el
Códice Siete, camaradas! ¡Próximamente en éste, su cojín! Y bueno, quiero
ofrecerles una reflexión con motivo de la pasada Navidad y del Año Nuevo. Como
les iba diciendo antes, pende sobre nosotros los mexicanos la amenaza del maíz
transgénico y sólo Dios sabe que cosas horribles más, y parece que ni el
Aguilita y su ímpetu de sano nacionalismo puede parar ya.
Diría
que estas cosas salen de la cabecita de Peña Miento, que estas “peñejadas” son obra del actual
mandatario mexicano, pero no es cierto. Esto es un plan global. La reflexión es
obligada, camaradas. Verán, el día cinco de Enero pasado observaba uno de los
cuadros más tristes que se puedan imaginar: un niño pequeño, de unos ocho años,
con las marcas de la desnutrición y la pobreza generacional sobre su pequeño
rostro, vendiendo globos para que los niños más afortunados pudiesen enviar sus
cartas a los Reyes Magos, mientras recordaba un debate radiofónico sobre la
“legalización” de las manifestaciones; todos los argumentos, tanto en pro como en
contra, se volvieron una diatriba infernal ante la imagen del niño vendiendo
globos y cartitas para los Reyes Magos, inocente criatura incapaz de tomar él
mismo uno de esos globos y mandárselo a los Reyes, pidiendo algo para él. Serio
el niño, dura su expresión. Y me doy cuenta cabal de que este supuesto debate
es de sordos y tontos. El derecho es inalienable, en teoría, pero mientras los
que sigan protestando por el rumbo actual del país sean los mismos valientes
300 de siempre, y mientras la gran mayoría de los mexicanos se queden callados
y temerosos, o en el peor de los casos, indiferentes, pasará lo que siempre
pasa: la Revolución de Independencia, traicionada por Agustín de Iturbide y el
plan de la Profesa. La Revolución Social de 1910, asesinada primero por
Venustiano Carranza y después por Álvaro Obregón, con los asesinatos de Zapata
y Villa. La obra de Lázaro Cárdenas, traicionada por Miguel Alemán y
actualmente por el PRI y el PAN, saboteada por ratas como Fidel Velázquez y
sucesores, dizque líderes obreros de la CTM. Y la mayoría molestos como siempre,
pero seguimos jugando a la “mentirosa”, es decir, mientras me pregunten si soy
feliz, contestaré que sí para que no me vean raro. Si me preguntan si soy
pobre, lo negaré, para que no me pongan el “San Benito” de la pobreza y acallar
al qué dirán. Y así el país de “nunca
pasa nada” aparentemente camina ante el mundo, con un flamante primer lugar
en América Latina como el más feliz. Já ja. Pero espérenme tantito, camaradas,
que voy a algo.
Viendo las noticias globales, se
ve que lo mismo se está haciendo en países de todo el orbe, países como España,
Grecia, América Central, Colombia, Chile, que son de los que me llegan noticias
más rápido, pero aparentemente pasa lo mismo en Indonesia, Filipinas, y un largo
etcétera. ¿Será coincidencia? ¿De plano son tan amigos los mandatarios y su
burguesía local para que de pronto, y sin ninguna advertencia todos se pongan a
hacer las mismas reformas “estructurales” dejando de ser ellos los verdaderos
jefes de regiones enteras, y cedan así, sin ninguna resistencia, ése mando ya
ni siquiera a gobiernos, sino a empresas globales como Dupont, Nestlé,
Coca-cola? ¿Será cierto realmente que de buenas a primeras, dejen de ser Cabeza
de León para convertirse en Cola de Ratón, como se dice acá en México?
La pobreza se multiplica, y,
obviamente, el descontento también. Según Carlos Marx, ésta es la última etapa
del Capitalismo, y me parece que es acertado en su análisis; estamos en una
etapa histórica en que el gran capital maneja toda la política mundial, pero
esto no es nuevo, no. Por poner ejemplos, los romanos destruyeron a la gente
que vivía en la actual Rumania para quedarse con su oro, de la misma manera que
el imperio español destruyó las civilizaciones precolombinas por las riquezas
de ésta. Es un rasgo de los imperios el imponer su forma de pensamiento y su
cultura a todo aquel que se cruce con ellos, y se valen de cualquier
estratagema. Los esclavistas holandeses y portugueses del siglo XVI
justificaban su ambición por ir a cazar gente obscura, con la Biblia, tomando
un par de versículos e ignorando olímpicamente el resto, y lo mismo hicieron
los ingleses y posteriormente los nazis, basados en la ciencia también para
justificar su racismo.
Hoy en día
seguimos en lo mismo: la ciencia justifica la manipulación de especies por la
filosofía de Nietche del Superhombre, que “mata” a Dios y argumenta la
evolución. El hombre, al ser liberado de cualquier sujeción al ser el único ente
capaz de modificarse a sí mismo y a su ambiente, tiene entonces la
justificación para hacer transgenia. Es el argumento que usó el imperio inglés,
el imperio nazi y es el mismo que utilizan los imperios comerciales, más
poderosos que países enteros. “Libertad”.
“Quiero ser libre de hacer todo lo que pueda
hacer”. “Estamos liberando a esta gente de su atraso”. “Queremos libertad de comercio, no dádivas”. La Libertad hasta de
Dios es la búsqueda y la justificación de estos últimos tres siglos, desde la
Revolución Industrial y su máquina de vapor hasta nuestros días de computadoras
e internet. Casi es simple la forma en que se justifican los imperios
comerciales para hacer sus negocios, y en nombre de ésa pueril libertad crean
burbujas comerciales basadas en quimeras como el billete, posteriormente la
tarjeta de crédito, y actualmente el dinero digital; economías rápidas, es
verdad, pero basadas en aire, sin ningún sustento material como oro o metales
preciosos y gemas. La supuesta “Libertad” de las también supuestas
“Democracias” no es ni tu Libertad ni mi Libertad, sino la Libertad de ellos
para hacer lo que quieran sin que nadie les frene. Estas aparentes “Libertades
económicas” no son otra cosa que control. Quien controla la economía controla
la sociedad, es simple. La Globalización implica el alineamiento con economías
más fuertes, y el uso de una moneda única para hacer todas las transacciones,
como ocurre actualmente con el dólar americano y el euro. La desventaja de
ello, es que evita que las soberanías nacionales puedan defenderse al controlar
por sí mismas la inflación y la deflación, afectándonos directamente en una
forma muy simple: nuestro salario. Los salarios no suben de la misma manera en
que suben los precios de las mercaderías, ya que el mercado ya no está
controlado por una economía local, sino que es impuesta por una economía
global, un claro ejemplo de ello fue la crisis del aguacate mexicano, que como
subió su precio en el año de 2010 a nivel mundial, en México, país productor de
aguacate, subió innaturalmente llegando a costar hasta 70 pesos, el equivalente
a 5 dólares americanos.
¿Entonces, qué es lo que pasa? No ocurre otra cosa,
camaradas peludos, que estamos estrenando gobierno mundial. Afortunadamente hay
todavía economías fuertes que se resisten y otras que pelean al ser otros
imperios, como Europa, Estados Unidos y China, todos contra todos, es decir,
sus burgueses; no todo está en manos de la misma empresa, que de seguir las
cosas como van, será así en un futuro no muy lejano. Ahora sí, a lo que voy:
Acaba de pasar la Navidad, y es
algo que incumbe mucho a la economía y al mundo contemporáneo, y no por las
ventas que genera, sino por un hecho de fé: Dios vino al mundo convertido en
Hombre. Jesucristo caminó junto a los desposeídos, nunca tuvo pertenencias que
no fuesen necesarias; algo importante: corrió a los mercaderes que vendían
afuera del Templo de Salomón, los llamó “Ladrones”. Esto es importante. El
Antiguo Testamento advierte seriamente que a Dios le molesta mucho la balanza
con pesos desiguales y las reglas inexactas. Eso quiere decir que a Dios
también le molesta la moneda que no está sustentada con riqueza material, es
decir, le molestan mucho las burbujas inflacionarias. Toda la Biblia habla de
dar al desposeído, de proteger a la viuda y al huérfano, de pagar salarios
justos, son tantos los versículos, que sería ocioso de mi parte ponerles una
parte; pero también, en su parte profética, habla de “Bestias”, que la mayoría de estudiosos de las Sagradas Escrituras
coinciden en que son Imperios. Y en el Libro de Apocalipsis habla de dos
“Bestias”, las más poderosas que la humanidad pueda ver. Les pido un poco de
paciencia, camaradas peludos, que ya termino. El capítulo 13 del Apocalipsis de
San Juan versículo 1 dice: “Me paré
sobre la arena del mar, y vi subir del mar a una bestia que tenía siete cabezas
y diez cuernos, y en sus cuernos, diez diademas, y sobre sus cabezas, un nombre
blasfemo”. Toda la sociedad actual dice que Dios o murió, o no le
importamos. “Dios no existe pero el Dinero si” es la proclama del Capitalismo
Mundial. En el versículo dos da la descripción de dicho ente, y también dice
algo importante: “[…]…y el Dragón le dio
su poder y su trono, y grande autoridad.” El mundo capitalista es un mundo
despiadado. Clama a grandes voces que “la
supervivencia del más fuerte” es la única regla para existir en el mundo,
¡no me negarán que es algo luciferino! Como los pobres son débiles, son
inútiles, son mugrosos y nauseabundos, hay que quitarlos de las calles, como
hicieron Rudolph Julianni, el ex-alcalde de Nueva York y el mismo López
Obrador, de dizque izquierda, que cuando vino el Papa y López Obrador era
regente, mandó camionetas a “recoger” y “ocultar” a la gente de la ciudad en
condición de calle. Actualmente, uno de los argumentos para desalojar a los maestros
disidentes del Zócalo de la Ciudad de México, y posteriormente del Monumento a
la Revolución (revolución social, que conste) era que “afeaban” las calles e impedían el libre comercio. Yo personalmente
pienso, y esto es mi mera opinión, que la Bestia descrita es Europa Unida y que
los cuernos son familias adineradas que controlan la economía europea;
obviamente, las diademas son las cabezas de dichas familias, o sus rostros
comerciales. Versículos once y doce: “Después
vi a otra bestia que subía de la Tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los
de un cordero, pero hablaba como dragón.” “Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y
hace que la tierra y los moradores de
ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada.” A mi
parecer, esto cuadra perfectamente con Estados Unidos e Inglaterra, países que
en la década de los 80‘s, impulsaron el actual sistema capitalista que fue
rebautizado como “Neoliberalismo”, cuya crudeza quebró incluso a la poderosa
URSS, que no pudo con el gasto defensivo y cuya economía se fracturó, también
debido al despotismo de quienes se decían socialistas pero actuaban más como
reyes. Sus artífices: Margaret Tatcher y Ronald Reagan. Esta bestia es la
encargada de algo importante, como verán. Versículos 16 al 18: “Y hacía que todos, pequeños y grandes,
ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha,
o en la frente; y que ninguno pudiese comprar o vender, sino el que tuviese la
marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría.
El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de
hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”. Esto es de vital
importancia, camaradas, el mundo va que vuela al asunto de que a uno se le
imponga un chip o un tatuaje invisible con toda nuestra información para que en
cuanto uno entre a una tienda, las máquinas robóticas nos reconozcan y nos
ofrezcan lo que más nos guste. De hecho ya pasa. Los usuarios de Facebook y de
Google reciben información basada en sus preferencias de búsquedas. El problema
es que, como toda tecnología reciente, es cara, la brecha entre ricos y pobre
se hace más amplia, y por lo mismo, el acceso se dificulta. Y no sólo eso, va a
llegar un momento en que si no se tiene la dichosa tarjeta de crédito o débito,
ya no podrás comprar cosas en tiendas departamentales. Actualmente hay serios
esfuerzos para lograr que la gente que vende en la calle pueda usar un teléfono
inteligente y un lector de banda para tarjetas electrónicas, para que pueda
hacer cobros a clientes con tarjeta de crédito o débito. El salto a que te lean
un tatuaje con el teléfono inteligente es muy pero muy pequeño. Ya no voy a
comentarles, camaradas, de los desastres naturales ni nada de ello. Este asunto
de la economía global “da tela para platicar largo y tendido”.
Los escépticos se burlan de estas
cosas, pero únicamente hace falta tener un poco de atención para darse cuenta
de que el plan luciferino sigue avanzando, un paso a la vez. Ha tenido más de
cinco mil años para planear esto, y muy posiblemente, nosotros veamos el
resultado, pero también, veamos el resultado del Plan de Dios. Las cosas
marchan como un reloj, y por eso creo que es bueno alzar la voz, no hacerse
cómplice del plan de Satanás para destruirnos. Su guerra contra Dios es de la
misma índole de cuando los nazis ya estaban perdidos e iban en su retirada
masacrando pueblos enteros y asesinando a miles de gentes. Es lo mismo. Satanás
sabe que ya perdió, y no se quiere ir solo al infierno, quiere arrastrar a la
mayor cantidad de gentes que pueda. Hay una advertencia seria, también en el
Apocalipsis de San Juan, al final: Capítulo 19, versículo 20 y 21: “Y la bestia fue apresada, y con ella el
falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había
engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su
imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con
azufre”. “Y los demás fueron muertos
con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves
se saciaron de las carnes de ellos”. Mucha gente adora al dinero. Un
personaje tan inocente, que permea las mentes de miles de millones de niños en
todo el mundo, Don Cangrejo, de Bob Esponja, es un adorador ferviente del poder
económico, al decir que “el dinero mueve al mundo”. Puede parecer una
exageración, camaradas, pero no es así.
Creer en Dios no hace daño, nos
hace mejores personas. Alguien que realmente ama a Dios nunca de los nuncas va
a explotar a su trabajador, así de sencillo. Quizá el niño que dio origen a
toda esta reflexión tenía ésa mirada dura, porque su deseo quizá, no se halla
en el poder económico, él sólo quiere vivir en paz, vivir de su trabajo, en
justicia. Quizá no le interese ser millonario ni tener coches ni rascacielos ni
mujeres de oro, y que su única ambición sea terminar pronto para poder irse a
jugar con sus amigos. Hay cínicos que dicen que “el mundo es así”, pero, ¿y si
todos dijéramos que ya no queremos que sea así? ¿Si comenzáramos, camaradas,
con el simple propósito de Año Nuevo de meternos en los zapatos de los demás?
¿No cambiaría poco a poco el mundo, y dejaríamos de necesitar la profecía,
porque Dios vendría a vivir con nosotros? ¿No sería bello que ése pequeño
vendedor de globos que mañana va a vender chicles y cigarros a los transeúntes,
en un futuro cercano pudiese jugar y que su única preocupación fuese la de
estudiar para algún examen y su tarea?
Y ya para terminar, quiero
comentarles acerca de los dibujos que les he puesto, son mis últimos garabatos,
y los dos primeros son unos bosquejos para una ilustración sobre el tema “El
Rey Mago del Norte”, cuyo poema que derivó todo esto, creo que ya se los puse.
El tercero es un retrato a la memoria de mi tía Carmen, el cuarto es un árbol cuyo corazón ha sido
robado, y el quinto y último, mi amada hijita Cassandra, de la novela que estoy
por terminar, “Hadas”. ¡Espero que les gusten!
¡Sayonara, camaradas! ¡Feliz Año
Nuevo! ¡LA PROTESTA SOCIAL NO ES DELITO! ¡HISTORIETA O MUERTE! ¡VENCEREMOS!