“Este
era un gato, con los pies de trapo, y
con los ojos al revés… ¿Quieres que te lo cuente otra vez?” ¡Já ja ja! ¿Cómo se
hallan camaradas? ¡Espero que muy bien!
El
cuento que intenta platicar ahora este gato, es uno que desea que sea como el
estribillo de la canción infantil que acabo de mencionar: que se repita al
infinito aunque sea un par de veces más. Y para ello se ha de tener fé. Llana y
dura, una fé ciega.
El
cuento comienza, pues, camaradas, el día Miércoles 1ro de Octubre de 2014. El
gato tuvo que admitir que aparentemente, todo comenzó a salir bien cuando tuvo
la decisión de empezar a empujar, a empujar y a tirar hacia arriba y de pronto,
todo empezó a fluir. El viejo sueño acariciado durante tanto tiempo empezó a
hacerse realidad. Un par de problemas, y un par de contratiempos, pero en un
momento, el sueño se hizo presente, y la fé tuvo sus frutos.
Acá
estoy montando el viejo sueño. Y bien, el gato llamó a sus amigos, y estos
respondieron, se congregaron en la Casa de Cultura Calmécac a las seis y media
de la tarde. El gato, emocionado con sus ojos al revés, comenzó a leer:
Fé Ciega. (29 de Agosto 2014.)
El Universo entero
Encerrado en este cráneo.
Creo y estallo.
Tengo fé desde cero;
Como un nonato,
La fé me mueve las manos.
Torpes, marcan un punto
Y el Universo nace en éste cráneo;
El alma mueve mis labios:
El punto es lenguaje, y espacio.
Fé ciega,
La de mi alma que juega
Encerrada en ésta torre fortaleza,
Dibujando ventanas, escaleras
Que suben a un cielo sin final.
El punto se mueve
De mis labios
Hasta mis manos,
Las líneas aparecen,
Mi alma se aferra
A éste tiempo perenne,
Recién creado.
Lo captura y lo congela
Y por fé llana se sostiene.
Fé ciega,
Que en total obscuridad
Enciende estrellas
Buscando a tientas una luz de verdad.
Ahora las manos-corazón
Esbozan ojos, mis ojos.
Creo, y reconozco al rostro
Que se dibuja a sí mismo,
Como un espejo, y soy yo.
Torpes manos que a diario,
Con líneas hablan, construyen
Cuerpos que caminen éste cráneo
Hasta que mañana sea ayer.
Fé ciega
Es este tiempo de arrebato;
El corazón es la mano,
Es el pincel que sangra
Grafito, tinta, acuarela y óleo a diario.
Fé ciega
Es creer que éstas manos
Sean los labios
Con los que ahora canto.
El gato sigue
ronroneando a sus amigos:
25 de Noviembre de 2013.
Te recuerdo muy bien.
Blanda, tus cabellos
Se esparcían sobre la cama.
Te recuerdo ayer,
Caliente y vacía
Sobre mi cama.
Tus dientes de obsidiana
Tomaban mi miembro
Con fingido amor,
¡Lo cortaban!
Mujer sin alma,
Vagina llena de espinas…
Mientras te montaba,
Me matabas…
Ramera de fingido fuego,
Adentro de ti
Descubrí
Al más helado hielo
Con que me castraste
No solo el miembro, también el alma.
Tuve que asesinarte
Mientras me matabas…
Hoy, somos dos amantes vacíos,
Flotando dentro del vientre de la nada.
30 de Septiembre de 2013.
En mi sueño,
Llevo el corazón preso
En las pinzas de un escorpión
Enorme, él es infinita habitación
Que me abraza, me constriñe
Como mis costillas a mi emoción.
La nada es piedra
Y en medio de ella
Nado, y vuelo.
Las costillas las patas,
Las vértebras su aguijón,
A mordidas, la sangre estalla.
Tres veces ha que así me asesinas.
Tres veces ha que así me humillas.
Tres veces ha que así me despedazas.
Una: Etérea Luna.
Dos: Acairelado Corazón.
Tres: No te nombraré, mujer.
En este sueño
Que es la vida,
Me arrojas entre mis costillas,
Para volver a latir
Siempre sin ti.
Como siempre, sin ti.
Y cuando seguro creo
Que por fin te tengo,
Abro los ojos, despierto
Con mi corazón
Entre tus dedos
Y me matas de nuevo,
Y muerto sueño
A éste corazón preso
Por el escorpión
Que es mi cuerpo.
El gato
limpia su garganta, y sigue ronroneando:
Al Rey Mago del Norte. (Fragmento.)
I.
¿Es un lamento esto que se
oye?
¿Qué extraña voz parte estas
soledades?
Prolongado “Ay” agudo que se
rompe,
Se desvanece justo a la
mitad y cae al Hades.
Sonido que forma una silueta
Recortándose contra el
silencio
Que es esta tierra baldía y
yerma.
Se alza un dolor, un desafiante
espectro.
Vagabundo y errante, mágico
Rey,
Un sendero dibujas con tus
pisadas:
Estela de la vida de este
trágico ser.
Se pinta el suelo de rojo y
lágrimas.
¡Sea, pues, la sangre tu
corcel!
Extravagante y demente Rey
Mago
Que pintas al amor con oropel,
Cruzas desde el Norte el
solitario llano…
No criaste a tus propios
hijos,
Por eso amas a los cachorros
de extraños.
Solitario ente, huérfano de
amigos,
De su amistad nadie te
ofreció un trago.
La sed de amor te mata,
El hambre de compañía te
hace daño.
Arrastras tu lúgubre silueta
antes del alba…
Errante Rey, ¿a quién darás
tus necios regalos?
Las Flores.
“Le pregunto a mi hermana por
las estrellas. Ella voltea hacia mí su mirada de ojos lejanos, y me atraviesa,
queriendo responder pero su mirada se clava hacia un punto lejano. Ella es de
mi misma edad, somos gemelas, pero su practicidad –siento- le impide tomar en
serio mi pregunta.”
“Pero mi pregunta es sincera,
aunque ella no me crea. Siempre me han gustado los espacios celestes y su majestuoso
misterio, inalcanzable desde que era una niñita que apenas podía despegar del
piso cincuenta centímetros. Siempre que venimos al pueblo, desde que tengo
memoria, le hago la misma pregunta, y ella como siempre, voltea y trata de
atravesarme con su mirada. No hay remedio.”
“Y hoy no es la excepción. Pero
ya no somos niñas de cincuenta centímetros de altura, no. Cuando siento su
mirada –como siempre desde hace diez años- perforándome, me escucho a mí misma,
y por primera vez me hallo infantil. Creo que es la última vez que le haré esta
pregunta a ella.”
“Los libros no me bastan. Mi
abuelo, a quienes venimos a visitar cada Julio desde que nos acordamos, tiene
una enorme biblioteca en donde me hundo como siempre a observar la enorme
Enciclopedia Británica, y sus libros de astronomía ya me los sé de pies a
cabeza, pero tantas cifras sobre la distancia de los astros con respecto al
sol, y la distancia de los otros soles con respecto al nuestro, me parecen
fábulas imposibles de creer, porque, ¿quién ha ido con sus propios pies, con un
cordel a medirlos? Una verdadera locura lo que se me ocurre, dice mi abuelo,
que me premia siempre con un fuerte abrazo. ‘¿Cómo
se supone que va a respirar la gente que se atreva a caminar hasta allá?’ ‘No
te alcanzaría la vida, m’ija, para medir la distancia entre Marte y la Tierra’,
pero aún así, eso se me hace más viable y más creíble que lo que supuestamente
hacen los científicos, con sus rayos láser y sus cromatógrafos y sus ondas de
radio, y me sorprende que quieran usar cosas que ni siquiera entienden para
medir algo, ‘porque un rayo láser al fin
es pura luz concentrada, y nadie sabe hasta la fecha qué corchos es la luz’
le espeto a mi abuelito, que me sonríe con cariño.”
“Sin embargo, no son las
distancias lo que me preocupa. En realidad, mi sueño sería poder hundirme en
ésa negrura y flotar, y tener a todos los astros dentro de mí. Sé que suena a
locura, cuando veo afuera a mi hermana ayudando a mis tías con las labores más normales de nosotras las mujeres, como
dicen aquí en el pueblo. Sé que soy ‘la
rara’, pero no puedo quitarme estas cosas de la cabeza.”
“Y mañana nos vamos. De vuelta a
la ciudad, a hundirnos en su cielo sin estrellas. Esta noche, quisiera comerme
y guardar dentro de mí toda esta luz diminuta, tomarla con las manos y
llevármela de alguna manera conmigo. Mi hermana me sonríe, y con sus ojos me
señala el ojo de agua, limpio, prístino y donde se reflejan todas las
estrellas, y su mirada es invitación, y es aceptada de la misma forma en que me
la hace: calladamente. Más un deseo, una oración lo que me hace desnudarme y
correr hacia el ojo de agua y hundirme en él, atrapada por un momento en la
incertidumbre de lo desconocido, la frialdad que de momento me entume y me
libera de todo, una especie de morir y renacer.”
“-¡Manita, aquí
están tus estrellas!”
“La voz de mi hermana ahora es
de cariño cuando arroja en el agua negra por la noche un gran costal de flores.
Los pétalos y las corolas flotan en el aire y se posan en la superficie, y
ahora creo que entiendo mis preguntas, y mi hermana, que tan atinadamente me ha
sabido responder, se desnuda ella también y se arroja en la superficie,
rompiéndola un instante y ya somos dos seres del cosmos, nadando en esta
sustancia y haciendo nuestras todas sus maravillas. Mi hermana sonríe, y
juguetonamente me dice:”
“-Y bien,
hermanita, ¿te basta con esto? ¿O me seguirás dando lata el año que viene?”.
“-¡Creo que ya
no, mientras el año que venga también hagas esto!- le digo mientras me vuelvo a
hundir en la vastedad del cosmos que al fin, es mío.”
¡El
gato se emociona! Los amigos aplauden, y el gato se deja querer:
Sin título. 10 de Abril 2014.
Tú me tienes a mí
Y yo te tengo a ti,
Pequeño gorrión atento
Al paisaje y al silencio
Roto solo por las ruedas de acero
Y la tos de algún pasajero
Que deambula perdido en el andén,
Mi querido, amado niño
Que viaja conmigo
A través de este raro sueño.
Atento observas lo que duermo
Y tu mirada es mi abrigo,
Mientras por el andén transito,
Tren ligero de Xochimilco,
Y te llevo en brazos,
Pequeño y amado pájaro.
Te siento en mis piernas
Mientras te canturreo una canción,
Pequeño Bodo; papá y mamá esperan
En casa a que bajemos del vagón.
Con ojos nuevos miras el camino
Que nos trae desde Xochimilco;
Ríes alegre, mi bello pajarito
Y te abrazo en sueños, agradecido
De que me acompañes onírico
A través de este largo y angustioso trayecto,
Mi pequeño, protector angelito
Que rompes mis pesadillas
Con tu asombro nuevo,
Con tu hermosa risa.
Este sueño ya no es pesadilla,
Hoy es de las más bellas fantasías;
Con el pequeño Bodo de compañero,
Viajando con mi pequeño amigo,
La distancia es el sueño
Y tú, amiguito, mi cobijo, mi abrigo.
Sin título. (67)
Grito en éste puente de Plata
Mientras tu sonrisa se pierde
Por toda la gris muerte
Que se apodera de tu alma.
Vuelve…
¡Vive, Corazón Mío!
Que todo el polvo del cosmos
No halle morada en tu casa…
Aún muertos yo te amo,
Espero ésta alborada
Para que la Luna
Entre por la ventana.
Amanecer Lunar.
Reencarna hoy…
Reencarna,
Que yo te espero en el puente de plata.
Mil años, los que hagan falta,
Grano a grano de Luz de Luna
Pego a besos los muros de nuestra casa,
Gritando a ése océano de la Nada,
Reclamando a las Estrellas tu Alma…
Yo te espero en el puente de Plata.
¡Derrota a ése vacío del Infinito!
Y reencarna
En mi princesa de celeste agua…
Mil años, los que hagan falta,
Yo te espero, clavado a la orilla de la Nada.
El
aplauso continúa, y el gato se siente embriagado de afecto:
La florista.
Hace
mucho tiempo que no veía a naiden… Usté es el primero. Sí, patrón, todas las
florecitas las hice yo, ¿no se anima? Ándele, va a ver qué bonitas se ven en la
casa de usté… Gracias, patrón. ¿Quere que le diga lo que pasó? Ah, chirrión,
pos, ¿cómo, patrón, si ya ni me acuerdo de cuando nací?
Yo me
llamo María Soledad, y, pos, dizque vivo, y sola. Mentira. Soy harto burlona,
ya ve usté. Yo tenía un perrito que me acompañó hasta que se me murió, pero no
vivo sola. Aún así, tuve mi buena vida. Mis papás era gente alegre que me
enseñó a reír, a disfrutarlo todo y a todos, hasta que se me murieron, fíjese.
Que yo recuerde, nunca tuve enemigos, ni siquiera gente que me cayera gorda,
perque era muy chica para tenerlos cuando todos se murieron, cuando el cielo se
abrió y el sol, en su justicia, los quemó a todos.
Pos qué
quere que le diga… Fíjese, los ricos, pos no voy a decir que no, no todos eran
malos. Si yo pude vivir, aunque fuera un poquito más, fue por gracia de Dios,
que envió a una señora que se compadeció de mi piel negrita negrita por el sol
y me recogió cuando estaba ya acabando. Apenas si me acuerdo, verá, perque era
muy chica; lo que sí recuerdo, es que el señor marido de ella no le quiso dar
nada para mí, ni siquiera un pedacito de tierra; era muy estricto, y pos,
tambén a ellos se les acabó la comida perque aunque eran ricos, no eran tan
ricos, perque los que no se morían primero lloraron de hambre, ya que el sol se
comió tambén su alimento, secó las plantitas y los animalitos y tambén la
comida.
Y vinieron, y los mataron para
poder comer, pero eran tantos y tanta su hambre que tambén acabaron con la
comida de los ricos, y llegaron hartos, parecían bestias salvajes y lo
rompieron todo, y como no tenían escuela, ya no supieron cómo es que se hacían las
cosas nuevas, y se murieron tambén.
Déjeme que le cuente… Es que
estuvo harto feo. Antes de acabar, se comieron los unos a los otros, y ni las
ratas ni las cucarachas se salvaron. Antes de morirse, los ricos, harto
enojados, hicieron llover su fuego del cielo para matar a todos los probes… No,
no era un fuego santo, como el del sol, perque Diosito abrió el cielo y le dijo
al sol que nos castigara por ser tan maldosos, y el sol, ¿pos qué iba a hacer?
Nos castigó, sí señor. Pero el fuego de los ricos no era santo, eran como
diablos que quemaban desde lejos, bailaban con sus cabezotas que eran como si
trujeran unos gorros grandototes, y se veían chistosos, bailando con su bolota
roja, pero quemaban harto feo.
Y si, mataron a muchos, hartos se
murieron, pero tambén eran hartos los probes, tantos, que no pudieron matarlos
a todos, pero no importó, perque los ricos tambén se murieron, ya que de día no
podían salir, perque le tenían miedo al sol, que les tenía harto coraje por ser
tan maldosos y los quemaba vivos, los dejaba ciegos y la piel blanquita que
tenían, delicadita, humeaba y se volvía negrita como la mía, y se quedaban ahí,
dentro de sus coches y sus trajes raros, chamuscados, y sabían harto feo, no
servían ni para comer, y de noche tampoco podían salir. Hacía mucho frío. Sí,
como ‘orita mesmo, como dice usté, pero ya ve, a todo se acostumbra una, pero
los ricos no, y se morían, y pos luego, dejaron de ser ricos y se murieron
igual que los probes, comiéndose unos a otros.
Y pos yo, ya ve. Sólo puedo salir
de noche… Y junto todo lo que quedó y hago estas florecitas. Lo bueno de estar
morido, es que ya no se siente hambre. Verá, es como si una siguiera viva, pero
como si una ya no pesara, y sin tripas que le gruñan a una. Y como ya naiden
tene que comer, pos todo lo horramos. Si. Todos los moridos y yo. No se crea,
nos va harto bien. No me creerá que ya no semos probes y que ‘ora, todos semos
ricos…
No, gracias a usté, señor, por
comprarme mis florecitas… Que tenga güen viaje a Marte… Oiga, usté es marciano,
¿verdá?
Sin título.
Cada bombeo demuestra
Esta potencia,
La fuerza de mi corazón.
Cada latido es mirada,
Pensamiento y acción.
Corren hacia el día, mi noche emoción.
Bombea sentimiento.
Toda la sangre:
Río armamento
¡Pelea a muerte por la vida!
Cada latido habla que viva,
Cada latido corre hacia mi día,
Espanta la noche de mis venas,
Arterias avenidas.
Cada bombeo demuestra
Ésta existencia,
Demuestra
La fuerza de mi corazón.
Mini rimas. (Octubre de 2013.)
A:
Todo lo que de mí queda,
Adolorido, lo junto y lo recojo
Y con ello formo este montón de piedras,
Que cae, vencido, de hinojos.
B:
¿Una lágrima cae de este ojo?
Pudiese ser el rocío, o la llovizna.
La Bondad de Dios sobre este monstruo
Que adolorido, no se mueve, ni lo intentaría.
El
aplauso que los amigos cobija a este gato. Y por lo mismo, este día se siente
muy feliz, tanto, que hoy no va a hablar nada de política. ¿Para qué
molestarse? Hoy, y hoy también, son días felices.
Les
recuerdo, amigos, que la exposición de éste Gato Jazz, se hallará durante todo
el mes de Octubre de 2014 en la Casa de Cultura Calmécac, ubicada en la Avenida
Hidalgo sin número, esquina con 16 de Septiembre en Coacalco Centro, Estado de
México, México En la siguiente entrega les compartiré los cuadros (que como ya
pudieron ver, se hallan acá en su Cojín) que fueron expuestos, y compartiré
también, los comentarios que amablemente me han dejado. También pospondremos un
poco el inicio el Códice 9 de Tzitzimine, ¡que se quedó en una buena parte!
Pero no se preocupen, les prometo que retomaremos el hilo pronto. Acá les dejo el cartel del evento:
Sin más
que informar en el frente de Estado de México, camaradas, me despido, ¡hasta la
entrega que viene! ¡Sayonara! ¡AUNQUE LA AUTORIDAD LA EXCOMULGUE, LA PROTESTA SOCIAL NO
ES DELITO! ¡EL INTERNET AL SER DERECHO HUMANO, DEBE SER ABIERTO Y LIBRE! ¡HISTORIETA
O MUERTE! ¡VENCEREMOS!