¡Mis
estimados/as camaradas y camarodos! ¿Cómo están? ¡Espero que muy bien!
“Pues
aquí, la cosa sigue más o menos del mismo modo que ha sido siempre. Iba
caminando el otro día por la calle mascando las cosas malas y tratando de
digerirlas, observando únicamente el suelo, ésa dimensión alterna que uno
camina a diario, las sombras que a nuestros pies hacen sus propias guerras, o
se aman en una civilización que uno desconoce por estar absorto en el diario
vivir. El asfalto se volvió tierra, el concreto se convirtió en pasto, y como
una explosión en el suelo, cielo de dos dimensiones aspirando a una tercera,
las flores estallaron en mis pupilas como fuegos artificiales. Alcé los ojos, siguiendo
la trayectoria ascendente de sus verdes tallos, y como si atisbara una cuarta
dimensión, un árbol, guerrero del tiempo, también extendiendo sus brazos de
madera hacia el cielo, hacia la inmensidad buscando abrazarla también me
saludaba…”
“Estallaba
el cielo en mil colores distintos, y de una forma lenta, rítmica, cachonda. Me
quedé ahí, parado, paladeando el instante cuasi eterno hasta que la explosión
de luz cedió, dando lugar a otras más pequeñas que resultaron ser miles de
soles diminutos en apariencia; la distancia entre las estrellas y yo
desgraciadamente fue insalvable, pero aún así bebí con los ojos todo lo que
pude, borracho de luz y de felicidad. “Miau” escuché, una voz que venía desde
el árbol, y sintiéndome un poco como Alicia cuando cayó por el agujero del
conejo, me acerqué y me vi a mí mismo, maullándole poemas de amor a ése cielo
que bailaba lejano como el amor de ella, aquella a quien nunca conocí, aquella
a quien nunca conoceré…”
“El
gato se me quedó observando, ‘Miau’ volvió a decir, y por más que me esforcé,
no pude descifrar ésa voz, su mensaje. Apenado, bajé la cabeza, y, con fuego en
los ojos, con fuego en las manos, puse un pincel en ella y decidí plasmar lo
mejor que pude ésta rara y placentera experiencia”.
¡Un
mini cuento! ¡Já ja ja! Por si no lo notaron, las partes del relato están
entrecomilladas, para separar un poco la realidá de la ficción. El primer
cuadro lo hice hace como dos meses, precisamente en preparación para el ya
pasado diez de mayo, y créanme, lo hice con un poco de temor, ya que mi madre
es mi crítico más exigente. Sin embargo, le gustó; es un óleo sobre tabla
entelada muy chico, de apenas 39 cm. por 27 cm., pero con hartas texturas. El
otro cuadro, es un gatito esgrafiado, una técnica mixta en la cual, la capa más
profunda está hecha con acrílicos sobre una tabla entelada, y encima el gato,
hecho con óleo. Después se rasca la superficie con un clavo y el resultado ya
lo vieron. Es muy chico, de apenas 20 por 28 cm., sin embargo, éste minino ha
sido uno de los cuadros que más me han gustado. Espero que a ustedes también
les agraden.
Y
bueno, camaradas y camarodos, los dejo por hoy, espero traerles otro cuadro del
que estoy haciendo un video, o igual les traigo un relato, aún no lo sé.
¡Resistan! Pese a los fraudes electorales, la compra de votos descarada, igual
las cosas se mueven, poco a poco. Recuerdo cuando en el año de 1988, cuando el
ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y todo México con él, fuimos robados en la
elección presidencial de ése año. Gracias a las movilizaciones populares de ’88
y ’06, cuando a López Obrador también le robaron la presidencia, ahora por lo
menos ya se reconoce que las boletas electorales deben contarse dos o tres
veces si hay dudas en cuanto a la elección. Poco a poco, no hay de otra.
¡Sayonara!
¡Hasta la entrega que viene!