miércoles, 14 de enero de 2015

Histerieta: “Los Que Cayeron de Cabeza” 33ra entrega.


                ¡Mis estimados contlapaches! ¿Qué me cuentan de nuevo? ¿Cómo los trata el año nuevo? Este 2015 viene retacado de sorpresas que espero de todo corazón que sean buenas con ustedes y también conmigo.


                Yo sigo atrapado en un problema con mi computadora: resulta que se me coló un malware que me obliga a hacer todo a base de discos DVD en el café interné del buen amigo Pepe Grillo, y de momento no tengo dinero para repararla, quizá hasta dentro de dos meses, ya que ha habido gastos por acá; quería mostrarles un  par de dibujos que he hecho (en realidad son más, como diez hasta este momento) pero como tampoco puedo usar el scanner, nos contentaremos con la entrega de Tzitzimine. Por lo mismo, he de ser breve. ¿En dónde nos quedamos? ¡Ah, sí! El Aguilita se hallaba enfrentándose al nahual Ixtlicóyotl, que había desollado a Andrew y compañía:
















                En esta ocasión, permítanme alterar el orden establecido y darles dieciséis páginas, debido a los retrasos. Esta secuencia me gustó mucho, y me costó como veinte litros de sudor al hacerla, por lo que espero que sea de su agrado. Había una necesidad de mostrar a Ixtlicóyotl en toda su malignidad, y sobre todo, al grado de maldad al que podían llegar sus seguidores, y por ello mi hermano, el argumentista, pensó en la hija de Ixtlicóyotl también como una caníbal, aunque desgraciadamente, la realidad supera con creces nuestra humilde ficción. El rescate era necesario. Siempre nos han gustado a mi hermano y a mí las escenas de rescates, por épicas, además de dar un contrapunto a la historia, aunque en éste caso, el rescate del ahora difunto capitán Sánchez no le salió muy bien. Hay un dicho aquí en México, que reza: “de la raya, nadie pasa”, eso quiere decir que cuando te llega la hora de morir, aunque te pares de cabeza para impedirlo, vendrá la huesuda por ti. Eso es lo que ocurrió aquí.

                Un comentario final, aunque me cueste otro virus: la verdad siempre sale a flote, y nos faltan no sólo 43 muchachos, sino más de dos mil personas desaparecidas en lo que va de ésta desastrosa administración del virrey Peña. Hay testimonios de que fueron las fuerzas armadas quienes se los llevaron. No se puede tapar el sol con un dedo. Esto no es nuevo en éste país, no. Y eso es lo triste, que en pleno siglo XXI la barbarie exista y campee libremente en todo el territorio nacional. Pero lo peor es, quizá, que ésta barbarie de desaparecer gente venga de quien se supone debe protegernos: Las fuerzas de seguridad del país. Por eso digo, y alzo también mi voz con los padres de los desaparecidos, y los padres de la niña Totil, y con todos los padres cuyos hijos han sido secuestrados por mafias prohijadas por autoridades corruptas que únicamente piensan en el cargo como un trampolín para enriquecerse: ¡VIVOS SE LOS LLEVARON! ¡VIVOS LO QUEREMOS DE VUELTA! ¡SI EL PRESIDENTE NO PUEDE CON LA VERDAD, QUE RENUNCIE! ¡Hasta la entrega que viene, camaradas y camarodos! ¡Sayonara! ¡AUNQUE LA AUTORIDAD LA EXCOMULGUE, LA PROTESTA SOCIAL NO ES DELITO! ¡EL INTERNET AL SER DERECHO HUMANO, DEBE SER ABIERTO Y LIBRE! ¡HISTORIETA O MUERTE! ¡VENCEREMOS! ¡HASTA LA ENTREGA QUE VIENE!