miércoles, 10 de diciembre de 2008

Pintura de Caballote: El Gallito y Ángel Postrero.



¡Hola, cómo están!
Qué pasó, qué gusto de verlos de nuevo. Pues bien, les presento a otros dos hijos míos. El primero tiene por título "El Gallito" y es continuación de una serie de cuadros con el tema de gallos que hice, de los cuales, desgraciadamente sólo conservo éste, que, desgraciadamente también, no es el mejor. Aún así, sigue en la temática de la pelea de gallos, ése deporte tan inhumano como absurdo, (como las corridas de toros, vamos) ¿Quién halla placer en hacer sufrir y ver sufrir a otro ser vivo? Sólo alguien que tenga percudida el alma (perdón, Jacobo Z, pero es la verdad. No se diferencía mucho de cuando el terrible Vlad, o también Nabudoconosor empalaban y quemaban vivas a sus víctimas y se sentaban a comer, viéndolas sufrir.) La técnica de "El Gallito" es óleo sobre tablaroca, y está esgrafiado, es decir, se rasca la pintura húmeda para dejar ver los colores del fondo. Una técnica muy divertida.
El segundo se titula "Ángel Postrero" y trata sobre un tema que me intriga mucho: los ángeles, nuestros hermanos mayores. Sobre ellos se ha dicho mucho; vamos, hasta Tláloc tenía a sus Tlaloques, pero yo, como creyente en la Biblia, me ciño a ello y trato de representar a uno de los ángeles más poderosos descritos en el Apocalipsis: el ángel que ata a Luzbel y lo encierra en el Abismo. (Ap. 20: 1-3.) Imagínense el poder del ángel: Luzbel era uno de los encargados de cubrir el mismísimo rostro de Dios, (Ezequiel 17) y éste llega y lo hace como quiere. Vamos, ni en Matrix ni en Gokú hemos visto un enfrentamiento similar. (Chance en Guerreras Mágicas.) La técnica es mixta sobre tablaroca también, y aquí sí que jugué, ya que le puse de todo. Casi le pongo grasa de zapatos. Espero que sean de su agrado.

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