miércoles, 19 de noviembre de 2008

Pintura de Caballote: Adiós Rufino y Autoexorcismo.




¡Finalmente! ¡Albricias! ¡Aleluya! El primer cuadro se llama "Autoexorcismo", mi autorretrato y fué el primer cuadro que hice en la carrera. Hasta éste momento las cosas que pintaba eran meros juegos. Ahora la cosa se puso seria, ahora pintaba con ganas de vivir de ello. Y no sólo éso. Ahora tenía que pensar como pintor, es decir, concentrarme no sólo en los temas, sino en los "problemas plásticos" que implica cada cuadro. Vaya oración, ¿verdad? Traté de representar mis estados bipolares (todavía no se hacía público ése terminajo)unidos a una base terrosa que es mi alma campesina... Já já já...Ahí vamos, ahí vamos de nuevo. El segundo, es un pequeñísimo homenaje a uno de los pintores más grandes y universales que ha dado nuestra nopalera tierra. Es decir, sería, para mí, el equivalente de Juan Rulfo, pero en pintura: ¡Rufino Tamayo! Así se llama: "Adiós Rufino" y aquí experimenté con celulosa y trigo para dar las texturas. En serio, si nosotros los mexicanos fuéramos un imperio dominante como España, como Estamos Sumidos, no se diría "Picasso", "Pollock", se diría "Tamayo" en primer lugar, aunque me tachen de chowvinista (changos, se oye a raza de perro. Persa azul, es mejor) y el Museo Nacional de Arte sería como el Escorial o el Metropolitan Museum of New York. Ésa manía que no entiendo de las potencias de aislarse del mundo y decir "rock" y "música del mundo", como si no viviesen también en ésta buena Tierra.

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