miércoles, 30 de septiembre de 2009

Eructos Literarios: Los Sueños 3ra Entrega “La Florista”.



Bueno, como les había prometido, aquí les entrego la tercera entrega del proyecto “Sueños”. Como ya les había dicho, se trata de los sueños que tiene un hombre camino a su chamba, a bordo de una pesera. Espero que los disfruten:


LA FLORISTA.

…Sigue lloviendo. La gente corre a taparse, y dentro de éste pesero el calor y los aromas son insoportables… Parecemos perros, espantados por un poco de agua. Ésa señora que vende flores, me recuerda que tengo que comprarle un ramito a Ana, si no se enojará conmigo… ¿Cuánto faltará para llegar? Seguro me regañan. Ni modo, no se va a acabar el mundo por que llegue tarde una vez… Voy a dormirme otro ratito, a ver si éste pinche pesero avanza...



Hace mucho tiempo que no veía a naiden… Usté es el primero. Sí, patrón, todas las florecitas las hice yo, ¿no se anima? Ándele, va a ver qué bonitas se ven en la casa de usté… Gracias, patrón. ¿Quere que le diga lo que pasó? Ah, chirrión, pos, ¿cómo, patrón, si ya ni me acuerdo de cuando nací?


Yo me llamo María Soledad, y, pos, dizque vivo, y sola. Mentira. Soy harto burlona, ya ve usté. Yo tenía un perrito que me acompañó hasta que se me murió, pero no vivo sola. Aún así, tuve mi buena vida. Mis papás era gente alegre que me enseñó a reír, a disfrutarlo todo y a todos, hasta que se me murieron, fíjese. Que yo recuerde, nunca tuve enemigos, ni siquiera gente que me cayera gorda, por que era muy chica para tenerlos cuando todos se murieron, cuando el cielo se abrió y el sol, en su justicia, los quemó a todos.


Pos qué quere que le diga… Fíjese, los ricos, pos no voy a decir que no, no todos eran malos. Si yo pude vivir, fue por gracia de Dios, que envió a una señora que se compadeció de mi piel negrita negrita por el sol y me recogió cuando estaba ya acabando. Apenas si me acuerdo, verá, por que era muy chica; lo que si recuerdo, es que el señor marido de ella no le quiso dar nada para mí, ni siquiera un pedacito de tierra, era muy estricto, y pos, tambén a ellos se les acabó la comida por que aunque eran ricos, no eran tan ricos, por que los que no se morían primero lloraron de hambre, ya que el sol se comió tambén su alimento, secó las plantitas y los animalitos y tambén la comida.


Y vinieron los probes, y los mataron para poder comer, pero eran tantos y tanta su hambre que tambén acabaron con la comida de los ricos, y llegaron hartos, parecían bestias salvajes y lo rompieron todo, y como no tenían escuela, ya no supieron como es que se hacían las cosas nuevas, y se murieron tambén.


Déjeme que le cuente… Es que estuvo harto feo. Antes de acabar, se comieron los unos a los otros, y ni las ratas ni las cucarachas se salvaron. Antes de morirse, los ricos, harto enojados, hicieron llover su fuego del cielo para matar a todos los probes… No, no era un fuego santo, como el del sol, por que Diosito abrió el cielo y le dijo al sol que nos castigara por ser tan maldosos, y el sol, ¿pos qué iba a hacer? Nos castigó, sí señor. Pero el fuego de los ricos no era santo, eran como diablos que quemaban desde lejos, bailaban con sus cabezotas que eran como si trujeran unos gorros grandototes, y se veían chistosos, bailando con su bolota roja, pero quemaban harto feo.
Y si, mataron a muchos, hartos se murieron, pero tambén eran hartos los probes, tantos, que no pudieron matarlos a todos, pero no importó, por que los ricos tambén se murieron, ya que de día no podían salir, por que le tenían miedo al sol, que les tenía harto coraje por ser tan maldosos y los quemaba vivos, los dejaba ciegos y la piel blanquita que tenían, delicadita, humeaba y se volvía negrita como la mía, y se quedaban ahí, dentro de sus coches y sus trajes raros, chamuscados, y sabían harto feo, no servían ni pa’ comer, y de noche tampoco podían salir. Hacía mucho frío. Sí, como ‘orita mesmo, como dice usté, pero ya ve, a todo se acostumbra una, pero los ricos no, y se morían, y pos luego, dejaron de ser ricos y se murieron igual que los probes, comiéndose unos a otros.


Y pos yo, ya ve. Sólo puedo salir de noche… Y junto todo lo que quedó y hago estas florecitas. Lo bueno de estar morido, es que ya no se siente hambre. Verá, es como si una siguiera viva, pero como si una ya no pesara, y sin tripas que le gruñan a una. Y como ya naiden tene que comer, pos todo lo horramos. Si. Todos los moridos y yo. No se crea, nos va harto bien. No me creerá que ya no semos probes y que ‘ora, todos semos ricos…


No, gracias a usté, señor, por comprarme mis florecitas… Que tenga güen viaje a Marte… Oiga, usté es marciano, ¿verdá?


Sin fecha. (Enero 2009.)




Bueno, camaradas, contlapaches de toda ésta canija vida, espero que les haya gustado este relato cuyo génesis es viejo, por ahí de los 90’s, pero que por azares del destino, lo he recuperado y mejorado, y ahí queda, con la esperanza de convertirse en una Histerieta… Los dibujos son, en su orden, el retrato (de memoria e imaginación, porque nunca ha querido posar para mí) de mi cuatacha Ana suke (“suke” significa algo así como “pequeño” en japonés) y fue hecho, con mis disculpas a su marido -ya que no fue hecho con afán de ofensa, sino para refrendarle a todos los cuates y cuatas que su costilla es una mujer hermosa, de fuertes rasgos indígenas, casi orientales (está esperando dos pechochos bebés, ¡enhorabuena!) -una tarde en que estaba aburrido de mi existencia hueca, así que me acordé de ella, y quise dibujarla, así de memoria nomás, y echándole un poquito de imaginación. La puse porque en la primera parte del cuento, la del pesero, el personaje dice “…un ramito para Ana…”, y creí que era una buena idea. A ver si no me arrepiento, si soy mal interpretado, cosa que espero que no.

El segundo dibujo, fue hecho igual, una tarde (exactamente hace dos días) en que estaba pensando qué cosa ponerles en el cojín. Me acordé del cuento, y quise hacerle un dibujo que lo ilustrara. Los dos están hechos en ésas hojas de papel coloreado que venden en cualquier papelería, tamaño carta, y con un lápiz del númber two. El primero, se llama “Intuición de Ana”, y el segundo “La Florista”, como el relato. Además, creo que queda el retrato de Ana suke, ya que ella es muy flaca, y “La Florista” es una calaca vendiendo flores… ¡Já ja ja! Creo que no me quedaron mal para haber sido hechos, cada uno, en un día, ¿no?

Bueno, ¡digan NO al IVA disfrazado! ¡Ese 2% nunca va a ir a programas sociales! ¡Si realmente quieren hacer algo por la gente pobre, que se bajen el sueldo un 80% todos los altos mandos en todos los niveles de gobierno! ¡Que liberen los trámites para las PYMES! ¡Amnistía para los deudores de cuentas bancarias y créditos! ¡Aumento real y substancioso a los salarios mínimos, para que el capital circule y crezca! ¡Que las empresas gigantes paguen los impuestos que deben! ¡Hay que volver a la Economía Mixta para crecer de nuevo!
¡Sayonara!


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