miércoles, 9 de septiembre de 2009

Histerieta: “La Nostalgia”.












¡Hola a todos, cómo están!
Pues nada, aquí saludándolos desde las montañas de ésta nopalera tierra, el gato subiéndose al cojín a dejar una más de sus histerietas romanticonas, ronroneadoras y harto chipocludas. (Bueno, como diría mi cuatacha Tiricia, “si yo no me doy mi guayabazo, ¿quién me lo dará?”)

Pues lo que les traigo a continuación, es una de mis hijas que hice por ésos ayeres de 1990. Recuerdo claramente que la cartulina me la obsequiaron gentilmente los caballeros del SITUAM. Yo no conocía aún el couché paloma, y decidí emplear éste soporte tan bello en algo que valiera la pena.

Además, acababa de descubrir a los Hermanos Martínez Gil, monstruos del bolero, con su canción “sacrificio del alma”, y decidí hacer mi versión personal del tema, y el resultado, es ésta historieta que ahora tienen en sus pantallas.

La dimensión es grande, está hecha en cuartos de pliego, o sea, casi doble carta, con tintas chinas, y las letras son de letraset, las letras de látex que transferías al papel por medio de un lapicero, y que utilizábamos en aquellas épocas en que las computadoras aún no manejaban imágenes como hoy, que es harto sencillo. Basta con dibujarlo por medio de un lápiz óptico, o escanearlo, y le pones todo, color, letras y efectos especiales como destellos y sombras, con la compu.

Como dato curioso, éste trabajo me costó un regaño de mi amiga Araceli, la hermosa como no hay dos “Cielo Siete”, que me dijo seriamente, al entrar al cubículo del “Acuérdate de Ayer” y verme haciendo el guión: “mejor ponte a estudiar”. En serio, debí hacerle caso. Chance y ahora fuera diputado por el PeRDeré. ¡Cruz, cruz!

Bueno. Sin más por el momento, me despido de ustedes, Dentro de poco comenzaré a publicar aquí, en éste peludo cojín, la que considero mi obra maestra: “Sombras en el Adoquín”, una gigantesca historieta de más de 140 paginotas a todo color, que narra la historia de José Galicia, mi abuelo, que soy al mismo tiempo yo, en sus/mis devaneos oníricos persiguiendo mujeres (¿pues qué otra cosa se corretea que valga realmente la pena?) Y también les pondré más cuadros, la tan esperada (no sé por quién, pero en fin) serie de los “profetas” y la tercera parte de “Los Sueños”, titulada “La Florista”, un cuentito muy corto. Y como se decía en las revistas viejas: “¡Estén pendientes!”

¡Ah! ¡Y no se olviden de gritar el 15, y con cada “¡VIVA MÉXICO!”, un “¡FUERA EL MAL GOBIERNO!” que nos impone impuestos a los que menos tenemos, y al sucio estilo de los empresarios, por no decir gánsteres, ante la crisis lo primero que se les ocurre es mandar a cabezas de familia al desempleo, recortando personal, mientras no le cobra los impuestos que salvarían al país y que deben empresas gigantescas como Bimbo, Telmex, Cemex, Grupo Electra, Televisa, etc. etc. etc. Y mientras no dice dónde quedó la lana del petróleo que llegó a raudales a éste nopalero país con las tristemente célebres guerras del Golfo, (no todo se ha de haber ido todo en libramientos viales) y mientras permite que tipejos como Cartens se sigan comiendo lo que cuesta media vaca a diario con el dinero del erario público, como si no ganaran bien los angelitos éstos y no tuvieran para comerse unas garnachas en la calle, que es lo que come la mayoría de los trabajadores en su hora (actualmente media) de comida. Dos sopes (si bien va, si no, nomás uno) y un chesco. Si tuvieran vergüenza, aunque sea un poquito, tasarían sus salarios con el salario mínimo, para que, cada vez que a éstos angelitos que nos gobiernan quieran darse bonos y subirse el salario, tuviesen que subir también el salario mínimo. O en todo caso, ya que no suben sueldos, ni crean empleos con el conveniente -para ellos- pretexto de la crisis mundial, redujeran la jornada de trabajo a seis horas diarias, (efectivas, no ficticias como las supuestas ocho horas que son hoy, y que en realidad ya son diez, con la complacencia de las ratas de la CTM y de la Secretaría del Trabajo) y que la semana inglesa fuese obligatoria para todos, no solo para oficinistas.

Urge un fobaproa, pero para los habitantes del país. Que nos rescaten también a nosotros de nuestra bancarrota, por que al rato ya no va a alcanzar ni para frijoles con arroz. Digo, no solo de futbol y telenoverlas vive el hombre, y la mujer, y los niños, y las mascotas, que también tienen su corazoncito, y su estomaguito, ¿no?

¡Sayonara!

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