martes, 27 de abril de 2010

Histerieta: “El Oso Paco” Segunda Entrega.

¡Hola! Hola, olas vienen, olas van…

Antes que nada, quiero pedirles una disculpa, queridísimos seguidores de los pelos regados en éste cojín, por la tardanza en poner las cosas. Me había hecho el propósito firme de que cada dos semanas, o su aproximado, venir al café internet del amable Pepe Grillo para dejarles algo nuevo, pero he estado algo ocupado, así que el plan, así como el de ponerme a dieta, no ha salido como uno esperaba.

¡Pero aquí estamos! Como se habrán dado cuenta, las dos entregas relativas al osito Paco han sido puestas juntas, por que se acaba el Mes del Niño, y aquí tienen, sin más demora, la segunda y final entrega:











¡¡Ijajayyy! ¡Viva el amor, que carajos! Se nota la mano femenina de la señora autora, ¿no? Historia muy tiernecita, pero tiene un aire de realidad, ¿no lo creen? Si no, díganme, ¿cuántas parejas no conocen ustedes que anden juntos nomás por que él o ella sintió lástima de su pareja por que en alguna ocasión lo vió amolado/a? ¿Qué mujer no se ha sentido conmovida ante las lágrimas de su chillón galán que le pide que le haga caso/no lo deje? O el mexicanísimo “¡si me dejas, me mato!” Uno mismo, pues qué caray. He de confesar que más de una vez me he sentido atraído por alguna mujer que me inspiró ternura, y después de pensarlo bien, llegué a la conclusión de que lo que sentía por ella no era más que eso, ternura, ganas de protegerla, pero lo que se dice amor… Pues no.

Y esto se nota en el Osito Paco, pero la verdad, hay muchas cosas que supuestamente son para niños, pero que trascienden a un plano más maduro, y para muestra, un botón: Chéquense la canción del Cri-Crí, la “Mulita”; es una canción que dice “tendré melena, / seré un poeta / Haré un poema para ti / Por que dijiste rebuznando / es que no en vez de si…” Con ganas de gritarle “¡despechadooo… Ardidooo…!”

Y no solo con el Cri-Crí… Chéquense el cuento de la “Sirenita” de Andersen. No la versión ñoña y cursi de Disney, sino el relato de verdad. Obsesión fatal de una sirena. O la cachondísima “Caperucita Roja” de los alemanes hermanos Grimm.

Será que siempre somos infantes, de una forma o de otra. Nos la pasamos haciendo berrinches de todo, como niños grandes, por que no hemos comprendido que no siempre son las cosas como queremos. Pero esto tiene un lado bello, ya que el no comprender eso, permite que uno de viejo siga soñando, al querer cambiar las cosas “que ya son así” por “debieran ser así”, y tenemos así poetas, pintores, cineastas, artesanos. Revolucionarios que son llamados por los rígidos, inflexibles, “bandoleros”. Y también inventores, gentes que gracias a su forma elástica de pensar, hasta contradictoria a veces, hallan buenas soluciones a problemas que en su momento son barreras que no nos dejan avanzar. Einstein decía que más importante que el conocimiento, es la imaginación, y ésa, amigos míos, es potestad de los niños. Por eso la Palabra de Dios dice que uno tiene que ser como un niño para entrar al Reino de los Cielos. Sí, berrinchudos, sí, inconformes, sí, necios sin querer comprender que algunas cosas nos hacen daño, pero también imaginativos, creyendo todo, sin malicia ni desconfianza. ¡Basta del mundo de los relojes! ¡Basta del mundo de reglas estrictas! En realidad, jugar debiera ser nuestra prioridad más importante, por que al ver la vida como un juego, no nos saldrían úlceras, no tendríamos estrés. Pero no me hagan caso, ya estoy chamaqueando otra vez; será que no me hago a la idea de envejecer.

Como les decía en la entrega anterior, ésta es la primera Histerieta que hice completamente con la computadora, usando el lápiz óptico, así que los trazos siguen siendo míos, que era lo que yo quería desde un principio: el acabado limpio, pero sin que se viese “amuñecado” por la síntesis de las líneas que inexorablemente trae trabajar con el Corel Draw. No, aquí el chiste era seguir conservando mi trazo, mi pulso como si lo siguiera haciendo sobre el papel, y creo que estoy aprendiendo cómo se hace. Mi actual historieta que estoy realizando en éstos momentos, “El Ángel Azul”, me está ayudando mucho. Nomás que la termine se las pongo, ya que creo que la novela gráfica va a ocupar unas 70 páginas o más, y a ver si descubro cómo ponerles de diez en diez páginas, y no nomás las cinco que puedo poner.

En fin, me despido deseándoles un feliz Día del Niño, (estoy trabajando en el congreso para mandar una iniciativa que cambie “niño” por “hijo”, a ver si cuaja, por que no es justo. Uno deja de ser niño, pero “hijo” lo es toda la vida, aunque sea de la… Ya captan la idea, ¿no?) y si tienen a algún chamaquito cerca, ¡apapáchenlo! ¡Los niñitos son bellos! ¡Denles una oportunidad, y aprenderán mucho de ellos!
¡Sayonara!

No hay comentarios: