jueves, 14 de julio de 2011

Histerieta: “Los Que Cayeron De Cabeza” 11ra Entrega.


Y bueno, ya pasamos la mitad del año, y las vagaciones comenzaron.

“Me levanto de la cama, y pienso mientras me lavo los dientes en el buen Nalgo; pienso también en el buen Pato, y no puedo evitar sonreír mientras recuerdo nuestras figuras medio ridículas (¿o ridículas y medio?) cantando a todo pulmón las Cartas a Eufemia con la luna por compañera sobre la calle Actopan. Lo ridículos que debimos habernos visto: feos, tristes y con pretensiones serias de vagancia buscando a fuerzas un antro abierto a las cinco de la mañana; lo malo es que las prostitutas ya se habían ido a su casa y el buen Nalgo y yo, con la compañía tipo escoba del buen “Chivo”, descubríamos horrorizados que estábamos con demasiadas ganas de mujer y muy poco dinero en los bolsillos.

La luna sobre la calle Actopan nos miró cantando a Pato y a mí de la misma manera que la señora que nos hizo el favor aquella terrible vez nos miró cuando recibió nuestro dinero y nuestras ganas fallidas de orgía. Ya eran las siete de la mañana y lo que en realidad había eran puras ganas de revancha por una mala noche de soledad exacerbada por el alcohol. El único cuerdo ahí fue el “Chivo”, que al ver el resultado, nos dijo adiós y se fue a su casa a mascar con dignidad su soledad. Como la luna, igual que la luna cuando se ocultó detrás de las antenas de los edificios al darnos la espalda a Pato y a mí.

 El agua del vaso se acaba, y se va inexorablemente por el céspol que hace un ruido muy semejante a mi garganta cuando tengo ataques de asma y no puedo resoplar bien. Pobre lavabo, se me ocurre que se parece a uno, tragándose las inmundicias que nos dan por todos lados a cajón, y no puedo evitar pedirle una disculpa que sin embargo, no me descarga de la culpa que de pronto siento al verlo ahí, tan pretenciosamente blanco y puro y firme a fuerzas. Y volteo.

El retrete me mira triste, y se me ocurre de nueva cuenta que siempre se puede estar peor. Que hay cosas que te tienes que tragar a fuerzas y que por el escalafón, son cosas peores que las que recibe un triste lavabo, mayor en jerarquía, firme y orgulloso como militar en garita. Más bien como supervisor en fábrica, sintiéndose superior al retrete por que a él no le dan mierda, sólo escupitajos. No soporto más ver a la humanidad en mi baño, así que le pido perdón con la mirada al pobre retrete y me salgo a caminar sin peinarme siquiera. No sabría contestar el reclamo del espejo y su vanidoso escalafón de jefe de sección.

Y afuera, el día gris, el ambiente húmedo lleno de cacas de perro, que, como diría el maese Ricardo Camacho, poderoso historietista famoso por su obra “Seis Ojos”, éstos desechos, así como las cáscaras de naranja, salen siempre a flote cuando llueve como verdades universales después de una larga noche de soledad. El mundo se ha transformado en un gigantesco tubo de albañal. El mundo, sin ideologías ya, se ha vuelto éste aburrido ir y venir sólo en dos direcciones: atrás y adelante. Qué negativo ando, me cae que sí.
Pero aquí algo atrapa mi mirada. Justo cuando me siento Tair Samza corrompiéndome en mi propia metamorfosis, mis ojos de raya se aguzan más al sentir una presencia pequeña, erguida y desafiante.

Como el último bravo sosteniendo con su espada al monstruoso ejército que se le echa encima con ganas de matarlo, es todo un guerrero legendario. No, es una guerrera, una Guerrera Mágica, hermosa, poderosa, desafía con su presencia la idea absurda del sexo débil, y demuestra por qué ella es la voz que inspiró a los poetas, es la figura que inspira a los pintores; por ella se han hecho sinfonías y canciones de amor. Ante su delgada y poderosa figura resistiéndolo todo, pienso en Don Quijote y los molinos, y no puedo evitar sonrojarme ante su poder que renueva la vida, y la esperanza en ésa vida que es más grande que el tubo de albañal en que hemos convertido al mundo con la absurda máxima de “así es”.

Y de pronto, siento urgente sentir su poder de cerca, bañarme en ése poder legendario que cicatrice mis heridas, que me dé rumbo y sentido… Me acerco cauteloso a su resplandor dorado, observo con detenimiento su encarnizada lucha contra el mundo material que busca tragarla… No, ya la ha tragado una vez, y como Prometeo ha roto la esfera que busca confinarla a ser mediocre para traerme su especial luz. ¡Ah! ¡No lo resisto! ¡Debo tenerla!

Me acerco más, extiendo mis manos con hambre y ella parece invitarme a hacerle el amor con palabras, con las manos y la boca susurrándole mis siglos de soledad. Extiendo mis manos, como ella extiende hacia mí sus pétalos amarillos, su delgado cuerpo verde savia, su lucha de tallo y hojas contra las innaturales losas de concreto que eran su prisión, ésas terribles losas hechas por los diosezuelos infernales que somos los humanos… ¡Flor! ¡Ven, Primavera! Que este Vulcano triste y solitario te desea…

¡Ay! ¡Ay de mí! No hay final feliz en este cuento de hadas. Cuando nuestras soledades por juntarse estaban, cuando mi flor y yo buscábamos comunión, como un relámpago, como  una tragedia semejante al Diluvio Universal que mató a los dinosaurios, a los dragones y a los pegasos y las quimeras, un rayo de tacón largo cayó del cielo, una lanza terrible rompió las defensas de mi flor e hizo caer su bello cuerpo a tierra. Lloré su hermosura caída y canté coplas a su valor eterno en un milisegundo. Su bello cuerpo destrozado, rasgado en mil partes por el barro, campo del honor de las valientes guerreras, por la turba hecha pié, restregándola con saña, deleitándose en su victoria sobre mi flor…

-¡Ay! ¡Guácala! Pisé caca de perro!
-¡Ay manita! ¡límpiate ahí, que hay un poquito de pasto!

Las voces eran como demonios burlones, mas… mas… Mi mirada se posó en la lanza asesina y fue hacia arriba… ¡qué buenas nalgas tienen éste ejército ganador y su amiga! Pienso, mientras discretamente sigo a las muchachas, por ésta perversa y gustosa maña de adorar las nalgas femeninas.”






¡Ah, la florecita! Todo esto se me ocurrió ayer apenas, que me sentía de la vil fregada, así que salí un rato a caminar y vi a una florecita amarilla, de ésas que la gente “in” considera “mala hierba”, luchando por vivir como poseída, con su tierra ganada en una grietita del concreto, y de ahí hice apenas éste cuentito-reflexión, que espero sea de su agrado.

Qué tenemos aquí… Já, apenas la entrega pasada vieron el primer encontronazo del grupo de Cuauhtémoc y sus Tlamahuichihuanis con un nahual. ¡Puro poder, carajo! Y aquí, algo que los gringos (no el pueblo gringo, debo aclarar esto, ya que una vez, tuve una fructífera discusión con Nalgo, mi cuate del alma, y me hizo atinadamente ver que etiquetar como “gringos” a todos los yanquis está mal, cuando son los grupos de poder estadounidenses los que promueven el asesinato de presidentes como Madero, como Salvador Allende, y vayan a saber ustedes si no estarían detrás del asesinato de Benazhir Bhuto) hacen a cada rato con sus opositores, cuando alguien tiene los arrestos de ofrecerles resistencia.

Todavía recuerdo con escalofríos unas imágenes que vi en un noticiero televisivo, donde unos muchachos iraquíes se acercan a una barda de un puesto de vigilancia gringo, y los ven con la cámara de visión nocturna. Todavía uno de los soldados, con más juicio, pregunta si debe disparar, y cuando el otro le dice que si, sale la lluvia de balas, partiendo a uno de los muchachos en dos. Qué feo, en serio. Qué feo que alguien así, por la ley del garrote más grande, llegue y se agandalle tu casa, y tú ni siquiera tengas derecho de alzar la voz para exigirles “¡Lárguense de aquí!”. Alguien debiera decirles sus verdades, y ahí, camaradas, se extraña a la Unión Soviética, por que ellos eran los únicos que le decían sus verdades a los Yanquis durante la guerra fría. Recuerdo una vez en que el delegado soviético le decía en la ONU al gringo “no vamos a tomar lecciones de moralidad de un gobierno que ha arrojado armas atómicas sobre población civil”, refiriéndose con razón a Hiroshima y Nagasaki.

Y haciendo recuento histórico, ¡qué canalladas se han visto! ¿o no, camaradas? Los nazis, sus dizque aliados, ya tenían el radar, y no le dieron ésa tecnología a los japoneses. Si los ojos de liga (en buen plan. Yo también tengo ojos de liga) hubieran tenido el radar, quién sabe qué hubiera pasado. Igual y hubieran ganado el tiempo que necesitaba el Eje al obligar a los gringos a retroceder, y ahora sí, los nazis y los japoneses podrían haber atacado a la Unión Soviética y partirla en dos, que era la tirada del Hitler; Hawái sería japonés, y Manchuria, y parte de Siberia,  y quizá ustedes y yo no habríamos nacido! Pero lo cierto, dejando de lado la sabrosa especulación, tan semejante a los chismes de farándula, es que Japón ya estaba vencido, no había necesidad de que EU arrojara la bomba. Ya no tenía industria, ni hierro ni petróleo, sólo era cuestión de tiempo para que se rindieran.

Cambiando de tema, quiero agradecerles sus expresiones de ánimo. Ya estoy mejor, gracias a todos y a todas (me desagrada eso de partir algo que ya está unido. ¿Qué es eso de “todos y todas”? Como si la justicia social y de género fuese una cuestión de semántica.) y ya me siento con más ánimos. Tengo una mala noticia para mí, pero buena para ustedes, grandiosos seguidores de éste cojín. Fíjense que se me juntó todo, la chica, el concurso, broncas de otra índole más económica: puros fracasos seguiditos. Y resulta que además, ésta cuchufleta llamada computador dual core lentium chorromil, se me descompuso, y ya no pude mandar al “Ángel Azul” al concurso de Jus. No me da tiempo ya, así que decidí dejar eso de lado. Lástima, a ver si el año que entra.

Pero eso es bueno para ustedes, camaradas, ya que es la historieta que he decidido ponerles a continuación. En serio, qué caro se ha vuelto imprimir en éste país. ¡Todo está carísimo! El papel, la tinta, además de que no sabía que estas copiadoras tienen un límite de impresiones… Charros, como que de pronto sentí que todo lo malo se me venía encima, y ésa fue la gota que me derramó el vaso de la ecuanimidad. Les pido una disculpa por mis excesos.

Volviendo al tema de la impresión, me gustaría que ésas editoriales que de tan buen talante hacen un concurso, se dieran cuenta de lo difícil que es ser artista en éste país, y aceptaran formatos digitales para presentación de obra, digo, ya ven que hay formatos para foto semejantes al Adobe PDF que evitan la alteración de la obra digital. Por que en serio, a uno que es pobretón le cuesta el pellejo cumplir sus requisitos, tan sólo para que conozcan la obra de uno y ahí, en un futuro posible, participar como ilustrador, por que ganar un concurso de ésos está muy difícil. Ahí lo dejo para la mano peluda.

Y sin más por el momento, les dejo, mis estimados camaradas. Un minuto de silencio por el gran Facundo Cabral, asesinado por sicarios que no tienen sensibilidad para nada, gente que está castrada en todo lo referente a la humanidad. Gente que es como un costal, no tienen ojos, ni boca, ni nada, sólo un cuchillo para herir a quien se acerque a ellos, para herir a quién se los arrojen. Descanse en paz, gran cantautor. ¿Y ya vieron que ganamos en Edomex?  ¡Más del 60% de abstención! ¿Qué representación puede tener Eruviel el Priísta si sólo el voto duro y/o de los tontos y/o gandallas lo apoyó? ¡Viva el Partido de las Lombrices! ¡La Revolución Ya Empezó! ¡No Votes! ¡Que Se Vayan Todos! 

¡Sayonara!

2 comentarios:

Mtra. Claudia Blancas V. dijo...

¡woooww!!, no cabe duda que aquí está tu esencia. Simplemente ¡¡wwoooww!!

El Cojín Del Gato dijo...

¡Arigato Kodaimas, mi estimada Clau! Que seria te ves en la foto, ¿en que piensas? ¡Gracias de nuez, y saludos a toda tu tribu!