jueves, 6 de agosto de 2009

Pata de Gato: Descansar en paz.


¡Hola a todos!

Pues bien. Ya sé, sí, que les había dicho que iba a colocar una historieta nueva, pero acabo de regresar del centro hace unas horas, y tenía que poner ésto. Espero me disculpen.

Verán. Se trata del enojoso asunto de los cuarenta y nueve niñitos muertos, asesinados por la corrupción y la impunidad en Sonora. Sí. Me refiero a las criaturas que perecieron calcinadas. Apenas me enteré de la convocatoria para el plantón en las oficinas centrales del IMSS ayer, es decir, antier, por que en estos momentos ya es madrugada cerrada, negra, como la justicia y el sentido común de éste país de locos, de asesinos, de corruptos, de mafias disfrazadas de gobiernos y de mafias queriendo ser gobierno.
La tarde estaba gris, justo cuando llegué, a las siete de la tarde-noche. Llovía, y a mi mente vino el versículo bíblico del Génesis 4:10, cuando Caín acaba de consumar la muerte de su hermano por la ambición de ser el favorito: "¿Qué has hecho? la voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra", dijo El Señor, y no pude menos que entristecerme, por el grito reiterado y prolongado exigiendo justicia, el ver a ésos padres, algunos de ellos muy jóvenes, como árboles a los que les hayan quitado la capacidad de dar fruto, la capacidad de amar.

Llovía, y eran muy pocos.

Llovía, y el egocentrismo de los automovilistas les pitaba enojados por haber cerrado momentáneamente el paso de sus autos de lujo.

Llovía, y la indiferencia de la gran mayoría que pasaba por reforma era más fría que la lluvia...

Yo quisiera que fueran miles gritando "Ya no eres nuestro padre, por que te abriste como una cihua ante el enemigo" y quebraran a piedras los parapetos de los corruptos, pero eran muy pocos.

Ay de éste país, pero, ¿acaso somos un país? ¿Cómo podemos llamarnos un país si nunca lo hemos sido? ¿Si nunca hemos tenido rostro? ¿Cómo podemos decirnos mexicanos, cuando la voracidad y la corrupción hace que cuarenta y nueve criaturas muriesen de una de las formas más horribles que existen, y nadie, aquí, en el centro, sienta algo de empatía? ¿Cuando ni siquiera se izó a media asta ninguna bandera, y nadie se sintió ofendido, humillado, colérico ante la caradura, el cinismo de éstos sujetos? Sí, hablo del gobernador bachoco, el gobernador de Sonora. Hablo del director del IMSS, hablo de ésa diablesa que consiguió su cargo, por compadrazgo, no por capacidad, Carla Rochín Nieto. Hablo de todas las autoridades, desde los inspectores que recibieron mordidas, y que legitimaron el peligro inminente, hasta los grandes directivos, llegando hasta al espurio presidente que tenemos, que celebró con grandes sonrisas su logro de ésas guarderías.

¿Cómo podemos cantar "Mexicanos al grito de Guerra", cuando con una ofensa de ésta magnitud, no salimos y exigimos la renuncia de todos, absolutamente todos, desde los policías corruptos hasta el mandamás autoimpuesto en la silla presidencial? ¿Acaso sólo somos mexicanos cuando juega la decepción futbolera y el 15 de septiembre?

No tenemos derecho a cantar el himno, por que somos agachones. por que dejamos que la sangre de ésas criaturas sirva de alimento para ésos vampiros rapaces, por que dejaríamos que a nuestros hijitos, nuestros sobrinitos, les pasara lo mismo y no alzaríamos ni la voz ni los puños. Es triste, muy triste, pero no tenemos rostro, necesitamos urgentemente un Tlacaélel que nos vuelva a formar, necesitamos recordar de dónde venimos, ¡somos hijos de dos de los imperios más poderosos que hayan existido sobre la faz de la tierra! ¿Acaso el águila voló, y ahora vivirá la serpiente, dueña y señora de éstas tierras?

Llevamos dos siglos de dizque independencia, pero nos importa un comino. Por que dejamos que un crimen así quede impune. No tenemos cohesión social, nos averguenza mirar hacia atrás e identificarnos con el indígena que era astrónomo y conquistador, con el español que vino queriendo hacer fortuna y consiguió un imperio. Hay que mirar hacia atrás, y hacernos de un rostro, por que ya no queda tiempo. Pasó la tragedia de Sonora, pero a diario ocurren miles de tragedias pequeñitas, pero no por éso menos dolorosas... ¿Cuántos niños no son arrebatados de sus hogares? ¿Cuántas criaturitas no están en manos de las mafias satánicas de la pederastia y la trata de blancas, por no decir el tráfico de órganos? ¿Saben cuál es la máxima pena para un violador de infantes? ¡Once años! ¡Si éso no es una ofensa máxima, no sé cuál sea una! ¡Igual me pueden escupir a la cara, y ya que soy mexicano, no haré nada! Y se me olvidan los pequeños que son obligados por el hambre a trabajar desde muy chicos. Y los pequeños que son abortados. ¿Queremos a nuestros hijos? ¿A nuestros sobrinos? ¡Piénsenlo un momento!

En fin... Esas cuarenta y nueve criaturitas ya están con el Señor. Y que se rían los que perpretaron éste pequeño genocidio. El Señor dice en Mateo 18: 6 que "y cualquiera que haga tropezar a uno de éstos pequeños que cree en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar". Quizá de la "justicia" humana puedan escapar, pero no de la divina.

En fin, que ya no tienen dolor, como sus compañeritos que sí escaparon a la muerte pero no de la mutilación por el fuego. Su pequeña existencia arruinada, toda su esperanza de futuro, despedazada. Pero he visto muchas veces que cuando cosas así pasan, Dios hace que el espíritu crezca y se haga poderoso, para superar la adversidad.


¡No nos olvidemos de éstos pequeños! Como diría el Serrat, "cada hijo es el tuyo, cada hembra tu mujer"

¡Sayonara!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo he sentido una impotencia semejante, hace poco mi padre se nos puso mal, muy mal estaba inconciente pero para poder llevarlo al hospital llame a las oficinas de transito porque era el dia que nuestra carcacha NO CIRCULA les comente la urgencia pero me dijeron que no, que ni lo sacara por que si una patrulla me detectaba me tocaba corralon y multa, un carro que nosotros compramos con nuestro esfuerzo, con tenencia pagada (otro robo de nuestros gobernantes), verificado y documentacion en regla, cual democracia si algo que es tuyo no lo puedes usar ni en un emergencia, se que nada que ver con los bebes que desafortunadamente fallecieron, pero abusos como este no lo hacen todos los dias a millones de mexicanos