¡Hola, cómo están! Pues yo aquí, desde éste lado del teclado. Charros, a mí cómo me gustaría un teclado como el que sale en Animatrix, la parte del detective que encuentra a Trinity, ¿se acuerdan? Ese teclado que parece máquina de escribir antigua... Y éso me remonta a lo arcaico, las primeras historietas que publiqué gracias a los amigos. Yo siempre he dependido de los amigos, ya que mis fuerzas no alcanzan a más, soy un ser débil. Y creo que es por éso que me gusta el medio de la historieta, ya que es muy dinámico, a veces creo que, pese a la gran desventaja de ser un medio de imágenes fijas, a veces es más dinámico que el cine, aunque también a veces da un poco de coraje que algo que uno tarda tanto en dibujar, quien lo lee lo haga en unos cuantos minutos, o segundos, dependiendo de la historieta. Como éstas, que publiqué gracias a los amigos en el boletín número 8 del "Acuérdate de Ayer..."
El rollo básicamente es el mismo, y que ya les había comentado en entradas anteriores; la cuestión era hacerlo ameno, y tratando de hacerlo de forma diferente a como lo hacen los políticos, intentando motivar a una unión estudiantil, fuera del esquema caduco del liderazgo que tanto gusta a los políticos y a los empresarios, que de forma narcisista creen que el llamado "liderazgo" es lo que mueve a la sociedad.
Nosotros éramos unos imverbes muchachos que creíamos (yo sigo creyéndolo) que a la sociedad la movíamos todos, y que el desarrollo humano era cuestión del esfuerzo de todos, y no de la iniciativa de alguien. Y la lucha de ése entonces, era contra lo que hoy pasa en la mayoría de universidades y centros de estudio superiores de éste país: que la investigación y desarrollo fueran únicamente para la iniciativa privada, sin que ésta suelte un peso para apoyar a dicha investigación.
Lo triste es que nuestra lucha juvenil no tuvo gran eco, ya que actualmente es lo que ocurre. Ya he escuchado de investigadores serios de la UNAM y del Politécnico que se quejan de que llegan empresarios y les piden desarrollar alguna tecnología, y la quieren a un precio irrisorio, cuando en otros países ésa ayuda se paga, y muy bien.
Además, hay que ver el descuido a las humanidades. A éstos gobiernos neoliberales y su clase empresarial le importa un comino la cultura, y para muestra, basta ver el estado de las Casas de Cultura del país. Si no es en el centro, es decir, La Ciudad de México, y más específicamente, Coyoacán, Tlalpan, la Condesa y la Roma, "no se hace cultura".
Y es que el negocio de la cultura en éste país es costoso. Un esfuerzo en solitario es muy difícil, por no decir imposible. Y lo más triste: parvadas de muchachos que creen que la abogacía, que la computación, que la administración de empresas son vocación... Y peor: creen que uno estudia por dinero. Por éso se vé que las escuelas que dan ésas carreras, se hallen llenas, pero en las sierras no hay médicos ni maestros. No me voy tan lejos, aquí mismo, en la ciudad, ¿cuántos médicos trabajan para Simi nomás esperando que les salga una mejor oportunidad para salirse de ahí? Y no los culpo, ya que ellos realmente piensan que para éso estudiaron... Para ganar dinero, sin vocación. Mientras se pague, la mediocridad ya es vocación.
Creo que por éso no hay ni siquiera un plan de país, ya que los mismos ciudadanos están alienados. Hay muchos egresados y técnicos que no consiguen trabajo por que los encargados de ello no hacen lo que deben, y toman en cuenta más el papel, la palanca, que el conocimiento verdadero. No soy priísta, ni los apoyo, ¡líbreme Dios de hacerlo! pero antes, con toda la corrupción, con todas las persecuciones, con todo el miedo al "Negro" Durazo, este país se reinventaba cada seis años, y había plan sexenal de desarrollo. Se trabajaba por metas. Hoy, ni siquiera tenemos éso.
En fin, que perdimos la guerra, y esperamos un caudillo que nos saque, un neo-Huitzilopochtli que nos guíe a un nuevo sitio, por que creo, sinceramente, que ésta tierra está perdida. Algunos me dirán, como dijo sabiamente Barney Gómez, "si no te gusta, vete a Rusia" y créanme, lo haría, si no estuviera desempleado y tuviera una lanita extra... No me iría a Rusia, pero sí a la hermana república de Colima, a la hermana répública de Oaxaca, cerca de la costa, a vivir con una bella costeñita, o dos... ¡Sayonara!
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