miércoles, 11 de febrero de 2009

Pata de Gato: Tlatelolco.


¡Hola a todos!

Pues bien, aquí me tienen de nuevo, con una serie de fotografías que tomé junto a mi amiga Ana-chan (En japonés, la terminación "chan" es como decir "hermanita".) que ésta vez que nos fuimos de pinta de la Conque 09. Estaba muy aburrido el asunto, ya que, en realidad, siempre que voy a una convención de historietas voy básicamente a ver cosplay (que son los locos que se disfrazan de los personajes de las japonerías diabólicas) y a ver a los dobladores y panelistas.



Que le digo, "oye, ésto está muy muerto. Mejor vamos a ver muertos que valgan más la pena" y al aceptar, que nos venimos para acá, a las ruinas de la ciudad-estado de Tlatelolco, que, según el folleto que dan a la entrada, puede significar "Montículo de Arena". Me rebota un poco, ya que si Tlanepantla significa "entre dos tierras" o "banderas" o algo así, me sonaría más a "entre la arena", pero en fin. Yo no soy experto en náhuatl, y menos en el náhuatl variopinto de éstos días.




Lo increíble es que una zona así, está casi olvidada por los habitantes. Es impresionante, y como había poca gente, pues uno se sentía algo así como un fantasma de eras pasadas. Le comentaba a mi amiga en tono juguetón que me estaban saliendo plumas de quetzal del sombrero.




Y la quietud... Pensar que aquí tuvieron lugar las batallas que nos han definido como mexicanos, como cuando Axayacatl conquita a Moquíhuix para hacer de Tenochtitlan el centro cultural del imperio, celoso del esplendor de Tlatelolco. Aquí también ocurrió la terrible batalla por no sólo el imperio mexica, sino por la forma de vida de Mesoamérica entera contra los españoles y sus aliados. Caminar sobre ésas losas en donde se peleó por cada centímetro... Es un sentimiento raro, me imagino que así se sentirán los que caminan en San Petesburgo. La sangre derramada da un sentimiento muy raro.



Y luego, al alzar la vista hacia la iglesia de Santiago Tlatelolco, y comparar las piedras con que está construída con las piedras de los templos antiguos, pienso que tenemos mucho de nuestros antecesores, es decir, de su modo bárbaro, ya que aquí también se riega la sangre inocente como sacrificio a obscuras y hambrientas deidades. Y se me ocurre que en ésa iglesia no se adora a Jesucristo, sino a Huitzilopochtli, ya que mantuvo sus puertas cerradas durante la carnicería del 2 de octubre del '68, donde pienso también que se truncó el futuro sano de éste país, y se cambió por uno torcido, lleno de narcos, lleno de asesinos, de ladrones, de gente deprimida, de gente sin futuro. Por que aquí es donde se cortó el árbol que era México, y quedó únicamente la raíz. Somos un moustruo acéfalo. Tenemos una raíz enorme, de imperios, el español y el mexica, pero no tenemos tronco. Lo único que me queda por esperar, es que no prevalezca la sangre enferma que es nuestra, la del indígena que se dejó sojuzgar, que calló y se eclipsó, la del fugitivo español que vino buscando fortuna, huyendo, destruyendo todo con su ambición, y que gane, que pueda salir el brote de la buena sangre, la de Nezahualcóyotl, que gritaba "¡Al menos flores, al menos cantos!", la de Temanaxtle, que liderea lo que considero el primer movimiento de independencia de México, la de los españoles que vinieron huyendo del franquismo, como León Felipe, como Miguel Hernández que clama "porque donde dos cuencas vacías amanezcan, ella pondrá dos piedras de futura mirada" (bueno, ya sé que MIguel Hernández no vino a México, pero su poema queda para lo que quiero decir), en fin, que ésa es mi esperanza, ya que éste país es muy grande, y a veces duele mucho quererlo, sobre todo cuando no te dá nada, cuando te dá un cuchillo en el estómago y un autogobierno dictatorial disfrazado de "democracia". Autogobierno, por que se impuso solo, sin la anuencia de los ciudadanos, que cada vez votan menos. Yo no pienso votar ya. Y dictatorial, por que aunque no te mata en racimo como los nazis, tampoco te protege. Vé los empleos perdidos, vé la pobreza de la gente, vé la ambición de los burgueses, que con tal de ganar un peso más, se le suben a las barbas al mismo gobierno que los consiente en todo. En fin...
¡Disfruten las fotos, y cuando puedan, dense una escapada a Tlatelolco! Y si pueden hacerlo con una amiga, ¡pues qué mejor!


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