
"Domingo Siete: La Modernización". Esta pequeñísima historieta que les presento a continuación, fué publicada en Junio de 1989 en un boletín que sacábamos en CCH Sur los integrantes del periódico mural "Acuérdate de Ayer..." El periódico mural. Cuántos recuerdos. Es una historia interesante, que quizá sirva para ejemplificar la desunión innata de la izquierda, ése raro gen "gorbachita" que tiene, ya que todas sus luchas están predispuestas al fracaso por no presentar nunca un frente común, necesario en toda batalla. Quizá sea nuestro infantilismo, quizá sea nuestro ego gigantesco que nos impide tomar una simple moción de orden y acatarla sin poner peros. En fin...
En todo caso, fué una experiencia formidable. Teníamos entre dieciséis y veinte años y teníamos que sacar un periódico estudiantil cada semana; la presión era enorme. A mí a veces el cerebro se me secaba buscando argumentos, que además fueran amenos para el desinteresado y despolitizado público juvenil, fuera del cansancio de la mano, que sencillamente no tenía entonces el oficio para enfrentarse contra todos. Por que la dirección estaba en contra nuestra, que nos daba a cuentagotas el material, por pedir cosas razonables como un comedor estudiantil, más libros en la biblioteca, material en nuestros laboratorios... Y además, teníamos en contra a un buen sector de los mismos estudiantes, ya que nos veían como meros porros, o en su mejor opinión, como fósiles que se vestían como hippies. Y no he contado la misma maledicencia de los otros grupos estudiantiles de semi-izquierda, que por recibir algo que era derecho, como el material para hacer el periódico, nos tachaban de acomodaticios y reformistas. (¡Reformistas de dieciséis años! Y luego yo soy el fanático por creer en Dios.)
Sin embargo, nuestro grupo era el que más trabajaba, ya que la simple soba de hacer el periódico era grande, dicho ésto sin afán de menospreciar el trabajo de nadie. A mi un número casi me cuesta la expulsión, y fué gracias al apoyo de los valientes compañeros, que no se doblaron cuando el jefe de servicios estudiantiles quitó el periódico y nos citó con una actitud gestapo, y con ganas de expulsarnos a todos. Recuerdo muy bien el momento, nos dijo a través de sus lentes de gran aumento y su calva cabeza "quién hizo ésto", y los amigos respondieron "todos". "¡Quién mató al comendador!" "¡Fuente Ovejuna!" Me emociono mucho cada vez que recuerdo ésto.
¿Por qué les cuento ésto? Es muy simple. A raíz de ese incidente, decidí ponerme pseudónimo, y desde entonces soy El Gato Jazz. Quiero creer que las cosas han cambiado, aunque sea un poco, y que realmente sea verdad lo que se dice de la libertad de expresión, así que el pseudónimo ya ha perdido su intención original, que era cubrirme de posibles represalias. Aunque se dice por ahí que hay nueva guerra sucia...
¡Ah! ¡La ficha técnica! Pues es cartulina bristol y tinta china. El original es enorme, y aún lo conservo. Todo un pliego de cincuenta por cuarenta, pero no lo escaneé, por obvias razones de presupuesto. Además, decidí ponerla tal y como fué publicada, por que como que ése es el chiste de ver un pasquín así. Si la ven con detenimiento, verán que se ve lo que está detrás; es curioso notar cómo lo que estábamos denunciando entonces, que no era otra cosa que la implementación del neoliberalismo del Fondo Monetario Internacional a cargo del mayor ladrón y asesino de nuestra historia contemporánea, Salinas, se cumplió a carta cabal. No estábamos tan errados en nuestra apreciación de nuestro momento histórico, ya que de ahí vino la globalización, y al estar metidos en un mundo unificado, pues también todas las broncas se unifican.
¡Sayonara! ¡Hasta la próxima semana!
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