martes, 14 de julio de 2009

Pintura de Caballote: Sin Título (Patologías.)


¡Hola a todos!


¡Cómo están!

¡Espero que bien! Qué tenemos aquí... Pues bien, el cuadro (en realidad, éste debiera llamarse "círculo") que les presento a continuación no tiene título. Es el retrato de dos de mis mejores amigos, y el fruto de su amor. Pensaba regalárselo a ése pequeño fruto que ya ha crecido y ahora es una jovencita de doce años, cuando llegara el momento de sus quince primaveras, pero de momento no sé qué hacer. De todas maneras, éste cuadro es de ella.

Amor... Es una palabra muy grande. Verán, yo, aunque soy soltero, aunque nunca he tenido la experiencia de compartir todo con una mujer, tengo un par de ideas sobre éso. Por lo que he visto, todos los matrimonios tienen etapas duras, muy difíciles de solucionar, y es obvio: la convivencia cotidiana a veces requiere un esfuerzo muy grande para poder ser llevada, no sé si con placer, pero sí con tranquilidad. García Márquez dice en su libro "El Amor en los Tiempos del Cólera" que el matrimonio no es cuestión de amor, sino de estabilidad. Yo, pienso que miente.

Me parece que el hecho de vivir junto a otra persona por más de dos años, requiere algo más que la estabilidad. Es más, ésa estabilidad debe ser el producto de algo más, debe ser el producto de la suma de muchas cosas, como la afinidad de intereses, la química sexual, el compartir cosas, pero ¿qué aglutina todo ésto? ¿Por qué, en un momento dado, dos perfectos desconocidos deciden unirse más allá de un mero encuentro sexual, que sería más que suficiente para preservar la especie? ¿Qué los hace aguantar sus malos olores, sus malos ratos, en fin, todos los defectos que llevamos como personas encima? ¿No sería más fácil estar solitarios?

Sólo encuentro una palabra que tenga la fuerza necesaria para servir de aglutinante: AMOR. Y cuando éste se acaba, no queda más que salir corriendo, para intentar sobrevivir. Y vienen los divorcios, las peleas, todo el infierno de una separación. Yo he visto, y muy cerca de mí, el daño que hace éso. No es nada agradable estar en un hospital viendo el fruto torcido de ése desamor vuelto odio, destrucción, nada.

Por éso hay que darle siempre una oportunidad al amor. Hay que comprender que el amor es sacrificio, es hacerse a un lado, permitir que el otro, la otra, pase y coma primero. Es decir, como diría sabiamente Alberto Cortés en una de sus canciones, "sólo los que aman saben decir TÚ". Y el amor debe ser un colchón suficiente que suavice todo, hasta la tormenta más poderosa, por que el amor viene de Dios, y es santo, por éso, como dice Pablo en 1° de Corintios trece: "el amor es sufrido, es beningno; EL AMOR NO TIENE ENVIDIA, el amor no es jactancioso, no se ENVANECE; no hace nada indebido, no busca lo suyo, NO SE IRRITA, NO GUARDA RENCOR; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, TODO LO SOPORTA..." por lo mismo, el amor no tiene que ser un obstáculo para nada, para ningún proyecto, para ningún plan.

Sin embargo, somos humanos, y por lo mismo, no somos perfectos. También nuestro amor es imperfecto, y por lo mismo, como somos finitos, en algunos casos quizá deba terminar. Aún así, también es cierto que somos perfectibles, y lo que hacemos mal ahora, si le hechamos ganas, mañana lo haremos mejor. Igual es nuestro amor. Si lo dejamos para siempre en su cuna, nunca crecerá, y por lo mismo, morirá inmaduro, en vez de florecer y hacerse semejante a Dios: eterno. Creo firmemente que hay que darle una oportunidad a que crezca, a que se desarrolle, y no abortarlo cuando aún es joven. ¡Viva el amor! ¡Venga el amor! Por que con amor, hasta los frijoles más humildes saben excelentes, la cama aunque sea de tablas, será mullido colchón, y la casa, aunque sea de láminas, será el palacio más amplio y espacioso que exista.

Termino ya. Amigos, no los estoy atacando ni nada de éso ¡Dios me libre de algo así! Sin embargo, los canales de comunicación se hacen escasos, y aparentemente la distancia ha ido creciendo hasta hacerse moustruosa. Dense una oportunidad. Los dos. Obviamente hay que hacer sacrificios, por ambas partes, ya que no seré yo quien dé culpas, por que ése es un camino hacia la destrucción. Uno no se lleva nada al morir, y quizá el único equipaje que podamos cargar, sean los recuerdos, así que, ¿qué es más importante? Cambar nunca es fácil, pero si aún hay amor, todo se puede, por que es amor la energía que hizo posible al universo.

Sobre el cuadro, pues es óleo sobre lámina, un comal grandote de medio metro de díametro que me encontré chahcareando en Cuauhtitlán, cuando todavía estaba el tianguis gigante, ése que vendía hasta reses en pié, y que por los malos gobiernos, lo han partido y desecado, haciéndolo casi nada hoy. Lo pinté por el '97, pero en realidad lo terminé hasta el 2007 por que le hallé algunas imperfecciones que rehice. Aún no me satisface del todo, será que quiero mucho a mis amigos y por éso le sigo hallando defectos, ya que los originales son distintos... ¡Sayonara!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola opino casi lo mismo de
tu definicion de amor de pareja, pero claro tu lo sabes expresar tal como me hubiera gustado hacerlo a mi,claro el escritor eres tu y en mi humilde opinion muy bueno.

El Cojín Del Gato dijo...

Gracias, Anónimo, por tu amable comentario. No, que vá. No soy nada bueno. Si quieres leer un buen escritor, ve la página de mi cuate Marco, amorfema.blogspot.com. Él sí que es bueno.. ¡gracias, y nos escrivemos!

Ese Gran Tair.