¡Mis
estimados contlapaches! ¡Hasta salpullido me ha dado de verlos de nuevo! ¿Cómo
han estado? ¿Qué tal les pinta este año nuevo? ¿Será un buen año? ¿O será otro
año de lucha por sobrevivir?
En esta
ocasión les traigo un óleo de mediano formato tirándole a grande. Aproximadamente
100 cm x 140 cm. Es un trabajo algo viejo, ya que aunque lo terminé en 2017, fue
comenzado en 2013. Varias vicisitudes hicieron que su elaboración fuese lenta,
trabajosa. Además del mismo dolor que me produjo hacerlo, ya que su tema
también es viejo, pero terriblemente actual. Un tema que en alguna ocasión,
allá en 1996, cuando estudiaba en la actual Facultad de Artes y Diseño (antigua
Escuela Nacional de Artes Plásticas) ya había tomado. Este es el cuadro de
entonces, titulado “Ayes de la Matria I” y que ya había publicado en éste su
cojín:
Obviamente,
estaba inspirado en aquel grabado de Leopoldo Méndez, esa xilografía legendaria
del hombre atravesado por un maguey y que es portada del libro "México Bárbaro" de John Kenneth Turner:
Y han
pasado más de 20 años de aquel primer óleo, que dolorosamente representaba mi
visión personal del estado de mi Patria, México. 20 años, y, ¿cómo veo la
situación actual? Bien, creo que vale más una imagen que mil palabras:
En este
país tenemos una especie de pacto mortal, ¿serán los dioses antiguos que están
siempre sedientos de sangre? ¿Esos monstruos como vampiros que promueven desde
hace tanto tiempo la idea del sacrificio humano, la Muerte entronizada en lugar
de la Vida? Porque como decía José Alfredo Jiménez, pareciera que aquí, la Vida
no vale nada. Un botón de muestra: las tumbas clandestinas, donde los Señores
de la Guerra actuales arrojan los cuerpos de sus matanzas de inmigrantes
centroamericanos, haciendo del territorio nacional un cementerio gigante. Otro
botón: Acteal. Otro botón: Ayotzinapa. Otro: guardería ABC de Sonora. Desaparecidos
por montones, balaceras por todos lados, esclavitud… Una vez, caminando por la
calle, observé a un delincuente corriendo por la calle con una enorme pistola
calibre .45 amartillada y dispuesto a descargarla sobre mí o sobre quien
intentase cortarle el paso. Mucha gente adora a la Muerte, entronizándola y
pareciera que las festividades del Día de Muertos fuesen en un momento dado,
más importantes que la Navidad.
Pareciese
que las noticias y la vida cotidiana estuvieran impregnadas de violencia y
degradación, como en el horrendo caso de “La Niña de las Calcetas Rojas”,
abusada sexualmente y asesinada por su mismo pariente. Vamos mal, ya que
incluso las mismas televisoras enarbolan como héroes a narcotraficantes, y
ninguna autoridad hace nada. Los jóvenes escuchan música que no hace más que
propagar comportamientos animalescos, y ven películas donde, si no hay sangre,
no hay diversión. “El águila voló y vive la Serpiente”, como diría muy
sabiamente en una canción Arturo Meza.
Toda
esta violencia, todo este desprecio por la vida de las personas, es algo que me
horroriza. Como diría el poeta Alma Fuerte, “las manos que matan no son manos”;
debía decir algo de nueva cuenta, y ése es el cuadro. A continuación les pongo
el desarrollo etapa por etapa. Mi pretensión era hacer también un video, pero
en vista también de que los tiburones andan muy celosos de que uno no use su
música –aunque uno no gane ni un quinto con ello-, decidí dejar eso a un lado.
Quería ponerle como fondo una canción lanzada en 1979 de Piero, en la voz de la
gran Margie Bermejo que se titula “País”. Si puedo, se las pongo acá, ya que
creo que ésa letra va muy bien con este cuadro. A ver si se halla en Youtube.
Si pueden escucharla mientras ven el desarrollo, me entenderán cabalmente. Aquí el desarrollo paso a paso:
Y bien,
espero que les haya gustado. Me he puesto las pilas y en estos momentos me
hallo ocupado con tres proyectos pictóricos, “El Rapto de los Payasos”, un
temple grande sobre tabla autobiográfico sobre una aventurilla amorosa, un
chipocludo triangulo amoroso que tuve allá en mi cada vez más lejana juventud
con una querida pariente y mi mejor amigo, un cuadro sobre el perrito Roncho
que tentativamente se podría llamar “Sueños Perrunos”, el cual quiero que sea
un esgrafiado, semejante al “Gato Transyugogato” que ya les puse en este su
cojín, y un ambicioso proyecto de un mural que quiero realizar sobre tablas
desmontables y armables. Tengo tiempo acariciando ésa idea, para que sea fácil transportarlo, sobre una
tehuana que represente al sol, y unos alebrijes espantados. Sigo con el
Proyecto “Xibalbar”, ¡y acabo de terminar la página 16! Parece que ahora si va
viento en popa. Ando también escribiendo una novela ligera sobre la traición y
la ambición humanas, y creo que es todo. Este 2018 pinta como un año de
renovación, de cambio. Esperemos que sea para bien.
Y
bueno, camaradas y camarodos, es todo por hoy. No se preocupen si no puedo
publicar cada mes como antes; la razón es que ando haciendo obra nueva, y por
lo mismo, es un poco difícil hacerlo periódicamente. Lo que sí les puedo
prometer, es que siempre que haga algo nuevo, se los compartiré sin egoísmos de
ninguna especie.
¡Hasta
la entrega que viene! ¡Historieta o Muerte! ¡Venceremos!
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