Hola,
¿cómo han estado? Espero que muy bien, camaradas. Acá seguimos, superando la
pérdida del Guerrero Cuervo. La vida sigue, aunque uno no quisiera a momentos.
Nuestro egocentrismo natural hace difícil la idea de que el mundo siga sin
nosotros, como ocurrirá cuando yo mismo me vaya.
Y aún
no me he ido. He sobrevivido a varios asaltos, me han puesto un cuchillo en el
cuello, me han apuntado con una pistola; he sobrevivido a muchos cafres
dementes que se dicen operarios de transporte público, así como a cafres transeúntes
que ebrios quieren darse golpes con todo el mundo. He sobrevivido a un
terremoto, y he estado muy cerca de un incendio de una planta de gas en Oaxaca,
además de un infarto. Qué vida, ¿eh?
Y no me
he ido. “Mala hierba nunca muere”, dicen por ahí. Me pregunto si mi terquedad a
no morir se deba a mi propia maldad, a mi propia concupiscencia, y me angustia
un poco el que no sea arrebatado por el Señor cuando llegue la hora, y me quede
a ganarme los galones de mi Salvación por medio del dolor, al que soy muy
miedoso, por cierto. Mala hierba. ¿Les comenté alguna vez que mi nombre en náhuatl es Nahui Mallinalli? ¿”Cuatro
Hierba”? Según el Tonalámatl, el “Libro de los Nombres” azteca (“azteca” es algo incorrecto, porque la
última tribu que entró al Valle de México, al ya no vivir en Aztlán ya no eran
propiamente “aztecas”, pero los camaradas del orbe lo entienden mejor así. Lo
correcto es “Mexicatl” o “mexicas”), mi
naturaleza es herbolaria. Y esto me lleva a recordar que una de las teorías
acerca del nombre de México es que la raíz de la palabra “México” no viene de “Mextli Xitli”, “El Ombligo de la
Luna”, como nos gusta creer, sino que viene de “Mexixin”, “Gente de la Mala
Hierba”… Esto explicaría en parte por qué nos gusta a los mexicanos que nos
traten mal siempre, que nos exploten con bajos salarios y jornadas laborales de
diez horas y un mísero día de descanso, que nos impongan leyes absurdas como la
Reforma Energética y la de Telecomunicaciones que me va a prohibir hablar mal
del gobierno de mi país cuando éste haga algo que me parezca mal o arbitrario
acá en la internet, y que me amenaza con meterme a la cárcel si llegase a
considerarme un “peligro social”.
Bendito Guerrero Cuervo, que nos dejaste y ya no vas a sufrir el Estado Fascista
que se cierne en todo el mundo. En estos días se va a cumplir el primer mes de
tu partida, amigo.
Acá
también tenemos un muerto: Bernabé Tetepa, el valiente Tlamahuichihuani Cuatic,
que se enfrentó valientemente al engendro infernal. Acá tenemos que utilicé
hasta veladuras. Traté de fusionar un poco el estilo manga con mi propio estilo
latinoamericano para hacer esta secuencia, y darle dramatismo con los encuadres
y la diagramación de las hojas: Gran Angular y Primer Plano, sólo un Segundo
Plano para mostrar el sitio de la pelea, durísima pero también muy corta, y un
toque de crítica social: en México, pese a que todos somos mestizos, nos gusta
degradar a nuestra raíz indígena, y lo hacemos casi sin pensar: “pareces indio”,
“¡pinche indio!”, “naco”, apócope de “totonaco”,
un indígena o indio, cuando ellos construyeron, sin acero y sin animales de
carga como los europeos, pirámides y ciudades tan maravillosas en la antigüedad,
y aún hoy en día, nos siguen asombrando con su arte y su artesanía, y su
resistencia contra modelos económicos y gubernamentales adversos a su forma de
ver el mundo. Ahí está Wirikuta, ahí está la lucha Cora por el agua, el
movimiento zapatista. Un último comentario, antes de que me califiquen de “peligroso
socialmente”, es que mi país ganaría mucho, y comenzaría a crecer, justo en el
momento en que abrazara sus raíces, tanto la indígena como la española.
Hallaríamos nuestro rostro, y al tener un rostro propio, resistiríamos el
embate de los norteamericanos mucho mejor, y hasta podríamos comenzar a
exportar nuestra cultura, que es basta y muy vieja al imperio, y no quedarnos
únicamente con el taco y el mariachi, así de simple.
Un poco
borrosa la imagen, debido a que no tengo un lente adecuado. En persona es mucho
más guapo el pajarraco éste. Este es el proceso de creación del cuadro:
Este es
el boceto original de este pajarraco. Con sanguina y lápiz conté. Creo que ya
se los había compartido, ¿no?
Este es el encuadre en la tabla
entelada.
Acá el
desarrollo del cielo.
Acá
comencé a pintar las plumas al plumífero éste.
Y acá
seguí con las hojas. En un momento dado, pensé seriamente dejarle las hojas
rojas.
Y acá
ya está con las hojas verdes. Es divertido pensar, ¿por qué hice un pajarraco?
Será que siempre de los siempres me están diciendo que haga cosas que se
vendan, ¡y lo único que gusta acá son pajarracos y florezotas! Realmente no me
gusta mucho el pintar escenas tan bucólicas; creo que la pintura ha de ser
contestataria y sobre todo, que sea un arte que, pese a ser de naturaleza
contemplativa, te haga pensar un poco, y que sea capaz de expresar lo que uno
trae adentro, Así de simple. ¡Además, ya puedo decir que he pintado un
pajarraco! ¡Já ja ja!
Y
bueno, camaradas peludos, ya los dejo. ¡Sayonara! ¡AUNQUE LA AUTORIDAD LA EXCOMULGUE, LA
PROTESTA SOCIAL NO ES DELITO! ¡EL INTERNET AL SER DERECHO HUMANO, DEBE SER
ABIERTO Y LIBRE! ¡HISTORIETA O MUERTE! ¡VENCEREMOS! ¡HASTA LA ENTREGA QUE
VIENE!
No hay comentarios:
Publicar un comentario