lunes, 11 de abril de 2011

Histerieta: “Los Que Cayeron De Cabeza” 5ta Entrega.

¡Mis estimados contlapaches! ¡¿Qué hay de nuevo?! Pues nada, camaradas, aquí atareado con la actividad de limpiar “Sombras En El Adoquín”. Nunca pensé que el dichoso escáner fuera tan fiel, y hasta que no vi mi Histerieta en la pantalla del ordenador, no me dí cuenta de lo sucia y dedeada que estaba. Así que, si quiero que participe en el concurso de Editorial Jus, pues tengo que limpiarla, y enderezarla. No puedo creer lo chueco que me fui en un montón de líneas! En fin, en fin…

¿Y ustedes? Espero que se la estén pasando muy bien. Yo he vuelto a hacer algo de ejercicio, ya es justo bajar la panzota que me cargo, ya que al caminar, mas parece que llevo un tambor, la gente se pone contenta pensando que ya llegó el circo al pueblo, y aunque corro como Peter Griffin, el de “Padre de Familia”, por lo menos ya aguanto 30 minutotes por ésos caminos que ustedes ya conocen. Sí, los que aparecen en “La Carrera De La Silla”, ahora la gente está sembrando, y están bonitos. Muy terrosos, pero en serio, es padre caminar y correr con una milpa junto.

¿En que nos quedamos? Ah, sí. Permítanme felicitarles por haber sobrevivido a la primera entrega de “Tzitzimine”. ¿Qué les pareció? ¿Le seguimos por ése camino? ¿Echamos a correr al gato? ¡Claro que sí! ¡Aquí tienen la primera parte del Códice 2!:




Bien, como no nos hacen daño, ahí les van unas consideraciones técnicas, que mas bien son confesiones. Cuando comencé a hacer esta historieta, me sentía harto nervioso, era una labor enorme, no sabía ni por donde comenzar. Como se habrán dado cuenta en estas entregas, mi dibujo cambia mucho entre éste primer códice y el segundo, y eso se debe a mi inexperiencia, a mi incapacidad para afrontar ciertos retos, y como uno no tiene las herramientas, uno tiene que hacer lo que hacemos todos los mexicanos, es decir, improvisar e inventarse uno mismo sus propias herramientas. Por ejemplo, los textos al principio los hice como siempre los había hecho, sobre la misma cartulina en que estaba el dibujo, pero poco después me dí cuenta de la poca eficacia, ya que al borronear el lápiz de las líneas, la cartulina Couché no aguantaba la goma, y me borraba el texto hecho con tinta china, quedando harto sucio; hay un par de ilustraciones que repetí como cinco veces, ya que no me gustaron ni a mí ni a mi hermano, y eran los del primer encontronazo del Aguilita con el moustruo. Los que vieron ustedes, fueron los últimos, y los hice hasta que terminé toda la historieta, y si he de ser sincero, no me convencen del todo, pero los dejé por la misma razón de las letras. Sólo cambié las ininteligibles con la compuprice con la letra “comic sans”, pero las que se entendían, las dejé por el enorme esfuerzo que me costó hacerlo todo. Además del tiempo, y como que para mí, el tiempo de Tzitzimine se terminó, aunque se acerca el tiempo de Tzitzimine 2, que mi hermano escribe en éstos momentos, y en éste momento, es el tiempo de “Hadas” y de “Xibalbar”, la historia que sigue al “Ángel Azul”. También repetí tres veces la viñeta del principio de éste códice. Estaba yo muy terco con hacerla en un tercer plano, es decir, una toma panorámica desde arriba, pero después me dí cuenta de que convenía más de la forma en como quedó, ya que es mas dramática.

Déjenme confesarles algo. En cierto sentido, me gustaría no ganar, para poder ponerles a ustedes “El Ángel Azul” y “Sombras En El Adoquín” (en realidad no creo ganar, en estas cosas me gusta tener los pies muy firmes sobre la tierra, y comprendo que hay mil gentes mucho mejores que yo. Mi verdadera meta es un reconocimiento, ya que eso sí creo merecer, y si no, es que de plano no hay justicia en este mundo), ya que de ganar, tendría que ceder los derechos por cinco años, y aunque la idea es encantadora, sé que el estar publicado es un arma de dos filos, ya que el alto costo de los libros me aislaría de mucha gente.

Supe también que el Fondo De Cultura Económica también hace un concurso, pero no encuentro en su página güev la información, ¿alguno tiene algo? Les agradecería si me corriesen la información sobre el concurso se ilustración que está haciendo.

Y bueno, camaradas peludos, creo que es todo por hoy. Me despido deseándoles que estén bien, y me gustaría que sopesasen esta idea, que en realidad no es mía, es del gran Pancho Villa, sobre el armar a la sociedad civil para que ésta pueda defenderse del narco y del ejército y de la policía y de los ladrones y de los pederastas y de tantas lacras que hay, bajo el principio de “yo cuido tu espalda, tu cuidas la mía”. Sé que es una idea polémica, ya que hay muchos locos que al verse armados, harían muchos desmanes, pero es algo que también hay que verlo de forma amplia: estamos ya en una guerra, nos guste o no, y no se va a detener con marchas pidiendo paz, ni se va a arreglar pactando con los narcos. Es como cuando los Zapatistas se levantaron. La gente pidió estúpidamente el cese a la guerra, en vez de pedir que el gobierno saliese y fundar una nueva república con nuevos principios, una república incluyente, que en vez de separar, uniese a los mexicanos, una república que dejase de lado la mentalidad de la Colonia y que se terminaran de una vez y para siempre las castas; una nueva república, que insertara de forma digna a los indígenas, a los discapacitados, y que terminara con la discriminación que los mexicanos traemos desde la Colonia y que no terminamos de dejar. Ahora es lo mismo, necesitamos un gobierno fuerte que sea representativo y que meta en cintura a los narcos, pero también al ejército y a las policías, así como a los empresarios. No se puede pactar con criminales, si se legalizan las drogas, vamos a tener como respetables empresarios a una bola de sicarios, no debemos olvidar que justicia también significa castigar al culpable. Un gobierno que guíe y que encarrile a la sociedad con un plan a muy largo plazo, eliminando usos y costumbres negativos y fomente los positivos, que deje de buscar que el peso sea débil nomás por que así no vienen las trasnacionales, que deje de estar tan urgido del exterior y que vea más hacia el interior. México debería poder, por sí mismo, tener agua y comida y energía y caminos para todos los mexicanos sin necesidad de los extranjeros, ya que tenemos la riqueza y la tierra y el viento y los volcanes para hacerlo. En fin…

¡Sayonara! ¡Hasta la siguiente entrega!

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